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ChemSex

@a2c_ilustracions

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Emma Placer

Emma Placer

La primera vez que escuché hablar del “chemsex”, ya hace unos años, en mi absoluta ignorancia pensaba que me estaba perdiendo alguna práctica sexual o concepto nuevo e interesante de estos que van apareciendo cuales setas en un día de otoño. La realidad es que sí es una práctica sexual, pero no es del todo saludable, por lo que está bien conocerla; pero, al menos para mí, no es interesante por las consecuencias nocivas para la salud que puede tener.

¿Qué es eso del chemsex? La palabra se compone del término chems (una forma de decir drogas en inglés) y sex: sexo. El concepto y la práctica tiene su origen en Londres en el ambiente gay; se trata de largas sesiones de sexo, normalmente entre hombres gais o bisexuales, combinadas con el uso y abuso, en algunos casos, de drogas psicoactivas durante esas sesiones, como son GHB, mefedrona, popper, cocaina, MDMA, ketamina, etc... En muchos casos, se utiliza viagra y derivados para favorecer la erección, lo cual, unido al policonsumo de otras drogas, puede generar graves riesgos en la interacción de fármacos y sustancias.

En cuanto al formato, se puede realizar en parejas, tríos, orgías, y también personas solas visualizando pornografía. En la actualidad, existen aplicaciones en las que a través de teléfono se accede con cierta facilidad a las “quedadas” para realizar estas prácticas. El argot completo y funcionamiento del chemsex es amplio y creativo, inundado de emoticonos y expresiones propias; es habitual que en las convocatorias de sesiones se presente toda esa información variada que, a modo de glosario, explica las características de las drogas y las prácticas sexuales que se realizarán en la sesión. Os resumo algunas de las más comunes:

  • Sesión: La forma de referirse al encuentro, también se puede denominar “sesionvicio”, “sexion”, “chill”, “chuchesesion” etc.
  • Chuches-Golosinas: Drogas sintéticas como el MDMA, el Speed. “Tina” (metanfetamina), Perfume (popper) y otras.
  • Slam o Slamming: Consumo de droga por vía intravenosa. El emoticono utilizado es una jeringuilla. También se usa el “no slamming” para señalar que en ese encuentro no se utilizarán jeringuillas, por lo que se reduce notablemente el riesgo de contagios.
  • Fisting: Con el emoticono del puño se representa que en esa sesión se puede practicar la inserción total o parcial en el ano de la mano y el brazo.
  • Azules: Uso de viagra en la sesión también llamadas “Vi”, “Moradas”, “Blue” etc
  • Apelo, bb: Sexo sin protección, “bareback”, se suele ilustrar con el emoticono de las gotitas de agua.

Es justo decir que también se encuentran en el argot expresiones del tipo “no drogas”, “0 drogas”, “no drugs”, para comunicar otro tipo de deseo más saludable.

Un problema de salud pública

Varias investigaciones, entre otras las de la Sociedad Española de Médicos/as de Atención Primaria (SEMERGEN), alertan sobre el aumento de estas prácticas relacionado con el aumento de las infecciones de transmisión sexual como hepatitis C, VIH y otras infecciones de transmisión sexual. En el transcurso de las sesiones, se han encontrado personas con ictus e infartos de miocardio, entre otras complicaciones mortales; estos son algunos de los riesgos más posiblemente detectables y graves. El problema del chemsex es que la práctica en sí es potencialmente adictiva; se encuentran pacientes en atención primaria con problemas psiquiátricos asociados a la participación recurrente del chemsex, se detectan principalmente ansiedad, depresión, brotes psicóticos, intentos de suicidio etc.

En 2017, en Madrid y Barcelona fue declarado un problema de salud pública, ya que estos trastornos tan graves para la salud integral tienen consecuencias directas en el deterioro de la vida social, laboral y familiar de la persona. Las medidas de apoyo que se han tomado para compensar estas consecuencias han sido la publicación de diversas campañas recordando los riesgos de esta prácticas, con recomendaciones básicas que van desde no compartir el “rulo” o “turulo” (artilugio para esnifar), así como las jeringuillas en el caso de que se practique “slamming”, realizarse pruebas para detectar ITS, hidratarse con regularidad, observar si alguna persona se queda inmovil o dormido demasiado tiempo, decidir con libertad y de forma consciente qué tipo de prácticas te apetecen en cada momento, etc.

Entiendo que toda esta información, de entrada, demoniza la práctica del chemsex, y no dudo que muchas personas de forma esporádica y con mucho control disfrutarán de la misma, pero os invito siempre a que sea lo que sea que se pruebe, sea de la forma más sana y placentera posible, y para eso la información es poder. Una de las personas que más ha investigado sobre este tema es el experto en salud sexual Raúl Soriano, y también puedes consultar las guías publicadas por el Ministerio de Sanidad.

Como siempre, nos leemos y escuchamos en nuestra web www.saludplacer.com. ¡Hasta pronto, placeres!

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