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Sonsoles López: "Nunca pensé que la ingeniería no fuera para mí"

La viguesa Sonsoles López Pernas, experta en tecnología educativa, es profesora e investigadora en la University of Eastern Finland

La ingeniera viguesa Sonsoles López Pernas, en Joensuu.

La ingeniera viguesa Sonsoles López Pernas, en Joensuu. / Cedida

Sandra Penelas

Sandra Penelas

A los 9 años empezó a diseñar páginas web en el ordenador del despacho de su padre y ya entonces decidió que estudiaría Ingeniería de Telecomunicación. Estudió la carrera en la Politécnica de Madrid (UPM) y su tesis sobre la creación de salas de escape educativas acaba de recibir el premio extraordinario de su universidad y también el de la Real Academia de Doctores de España en la categoría de ciencias experimentales y tecnológicas. Desde septiembre, Sonsoles López Pernas (Vigo, 1994) es además profesora e investigadora sénior en el campus de Joensuu de la University of Eastern Finland.

Su abuelo materno era el reputado arquitecto Desiderio Pernas, que introdujo la modernidad en el Vigo de los años 60 y 70, aunque ninguno de sus doce nietos siguió su camino profesional. “Es un orgullo, pero mis padres jamás me lo inculcaron y tampoco apuntaba maneras para ello”, reconoce Sonsoles, cuyo hermano pequeño es ingeniero aeroespacial en Indra.

Ella fue becaria en varios grupos de investigación desde sus últimos años de carrera y cursó su doctorado en Ingeniería Telemática con mención internacional en el Next Generation Internet Group (GING): “Es un equipo que hace muchos desarrollos tecnológicos con una función social y educativa. Cuando llegué me propusieron poner en marcha una escape room para que los alumnos practicasen programación de páginas web y como los resultados fueron buenos y el tema era novedoso decidimos hacer la tesis en este campo”.

Sonsoles no solo puso en marcha sales de escape para dos asignaturas –Ingeniería web y Computación en red– , sino que también elaboró una plataforma para ayudar a los profesores a desarrollar sus propios proyectos. “Puedes adaptar el contenido de forma automática al progreso del alumno y monitorizar su avance. El verdadero desafío era alinear la tareas de programación con una narrativa de escape room”, explica.

Al principio, las salas eran híbridas y mezclaban los retos en el ordenador con actividades como la búsqueda de pistas en distintos espacios de la facultad, pero la pandemia impuso el formato virtual. “Comparamos la adquisición de conocimientos en los dos formatos y era ligeramente mejor en el presencial, quizá porque los alumnos estaban más descolgados desde casa”, apunta.

Uno de los proyectos en los que participó fue la escape room virtual que lanzó maldita.es este mismo año para combatir la desinformación y el discurso del odio contra los inmigrantes. “Siento de verdad que mi investigación tuvo un impacto real, me abrió puertas y me brindó la oportunidad de trabajar en Finlandia”, celebra Sonsoles.

La ingeniera viguesa Sonsoles López Pernas, en Joensuu.

La ingeniera viguesa Sonsoles López Pernas, en Joensuu. / Cedida

La ingeniera viguesa ya era profesora ayudante en el departamento de Informática de la UPM y estaba a punto de salir su plaza de ayudante doctor para los siguientes cinco años cuando recibió la oferta de la institución nórdica.

Consiguió que allí le hiciesen un contrato de investigadora sénior con la misma duración y puso rumbo a Joensuu, una pequeña ciudad de unos 80.000 habitantes situada muy cerca de la frontera con Rusia y a más de 4 horas en tren de Helsinki.

“La carga docente es menor y tengo más tiempo para investigar, que es lo que más me gusta. La universidad también es mucho menos jerárquica y hago lo que quiero. Y, por supuesto, el salario es superior. Madrid era un agobio y en Joensuu disfruto de un buen equilibrio entre vivir en un sitio tranquilo más o menos rural y trabajar en una institución importante e internacional. De hecho, tengo alumnos de Tanzania, Ghana o Bangladesh”, comenta.

Pertenece a la unidad de tecnología educativa de la Escuela de Ciencias Educativas Aplicadas y Formación de Profesorado y, aunque mantiene activa la línea de trabajo relacionada con las escape rooms, ahora se centra en el análisis del aprendizaje (machine learning) y en intentar mejorar el uso de herramientas como la plataforma Moodle o los cursos MOOC (on-line, abiertos y masivos).

“Utilizamos los datos que generan los alumnos para entender cómo las utilizan y cómo son los procesos de aprendizaje para intentar mejorarlos. Aunque esto tiene sus limitaciones porque es imposible saber lo que ocurre offline”, señala.

"Madrid era un agobio y en Joensuu disfruto de un buen equilibrio entre vivir en un sitio tranquilo y trabajar en una universidad importante e internacional"

Desde su llegada a Finlandia no ha parado de viajar por motivos profesionales a España o Alemania y este mes se irá a Belgrado. Pero ya ha tenido oportunidad de experimentar temperaturas de -15 ºC. “Y suelen llegar hasta los -30 ºC. Pero te abrigas bien y no he pasado frío en ningún momento. Joensuu tiene un núcleo urbano muy pequeño y casi todo el mundo vive en casas, así que la Navidad es muy bucólica con la nieve y la iluminación”.

Aunque España es uno de los destinos predilectos de los finlandeses para escapar de los rigores invernales, el movimiento en sentido inverso no es tan intenso y Sonsoles todavía no ha conocido a ningún compatriota en la universidad. Tampoco a otras mujeres ingenieras en su departamento, aunque ella no acaba de encontrar explicación a la brecha de género en las carreras tecnológicas.

Sonsoles López Pernas.

Sonsoles López Pernas. / Cedida

“Nunca pensé que la ingeniería no fuese para mí por ser mujer. Jamás fue un impedimento. Y me gusta que la carrera haya perdido ciertos estigmas y cada vez haya más chicas matriculadas. Es cierto que requiere trabajo, pero tiene muchísimas salidas profesionales y es muy bonita. Las chicas deberían darle una oportunidad a las ingenierías. Infravaloramos nuestras capacidades, pero al final, en general, sacamos mejores notas”, reivindica.

Joensuu fue territorio ruso y, a pesar de la cercanía a la frontera, Sonsoles asegura que los habitantes no están preocupados por una posible escalada de la guerra con Ucrania: “Casi todo el mundo tiene formación militar pero no hay miedo. De hecho, yo no escuché a nadie hablar de las pastillas de yodo cuando decían que se estaban agotando”.

Sonsoles en la University of Eastern Finland, en la que es investigadora.

Sonsoles en la University of Eastern Finland, en la que es investigadora. / Cedida

Sonsoles está “muy contenta” en Finlandia, aunque en sus planes figura el regreso a España en algún momento y, si puede ser, a su ciudad nata: “En la UVigo hacen investigación en mi campo y me haría mucha ilusión poder trabajar allí”. Tampoco oculta su temor ante la falta de oportunidades: “Estoy haciendo méritos fuera pero no me gustaría volver dando un paso atrás en mi carrera y en España no se está valorando la experiencia en el extranjero”. 

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