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El fiasco de Prothero en Barreras acaba en el banquillo judicial

Liam Campbell lleva a juicio al expresidente de la factoría, a la armadora de Ritz-Carlton y a Oaktree por despido y los acusa de prácticas de gestión que causaron pérdidas a la empresa

En el círculo, una imagen de Douglas Prothero; al fondo, una infografía del Evrima, finalizado

La construcción 1705 de Hijos de J. Barreras iba a estar equipada con un equipo de aire acondicionado y calefacción de la compañía danesa Novenco. El sistema fue bendecido por la armadora, Cruise Yacht (utiliza The Ritz-Carlton Yacht Collection como marca comercial), con su principal responsable, Douglas A. Prothero, al frente. Con este ok, el astillero lo compró a Novenco con cargo al presupuesto del barco, el crucero Evrima, como estaba previsto.

Pero la naviera cambió de opinión, y el equipamiento dejó de servirle. Se ordenó la compra de otro equipo nuevo, por otros 1,5 millones de euros y también abonado por Barreras; el buque tuvo que sufrir distintas modificaciones –conductos del aire, tuberías o cableado– con costes adicionales por otro millón de euros y los consiguientes retrasos.

El de Novenco es un ejemplo, pero habría decenas; el proyecto 1705 ha sido una sucesión de modificaciones, no siempre asumidas por la armadora, que fueron trepanando tanto el presupuesto del barco como la salud financiera del mayor astillero privado de España. Es lo que denuncia el ex director general del astillero Liam Campbell, que llevará a juicio a la plana mayor del proyecto Ritz-Carlton, con Prothero a la cabeza, por despido “nulo o improcedente con conculcación de derechos fundamentales”. La vista estaba fijada para el 20 de diciembre, pero ayer mismo fue pospuesta para el 11 de julio de 2022.

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El procedimiento, bajo la dirección letrada de Belén Canosa, se dirige también contra Barreras, Cruise Yacht y la matriz del entramado empresarial (en manos del fondo Oaktree). Las modificaciones en la construcción del barco que describe Campbell –denominadas órdenes de cambio o COs change orders– habrían sido ordenadas en contra de su criterio, y de forma irregular; al manifestar su desacuerdo a su superior, el propio Prothero, fue despedido tras una campaña de “acoso y hostigamiento”.

Liam Campbell, británico, fue contratado como director general de Barreras en julio del año pasado, con un periodo de prueba de seis meses.

“Desde el inicio de la relación laboral , el actor venía identificando prácticas financieras irregulares que descapitalizaban a la mercantil Hijos de J. Barreras a favor de la armadora Cruise Yacht 1”

Fragmento de la demanda, a la que ha tenido acceso FARO

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Los manejos descritos se habrían producido antes y después del primer rescate del astillero y, por tanto, antes y después de que la entidad semipública Cesce (Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación, controlada por el Gobierno central) hubiese avalado el proyecto de gestión del propio Prothero –con una exposición de riesgo que supera los 400 millones a día de hoy–, y de que el Ejecutivo hubiese desbloqueado fondos por importe de más de 68 millones más (entre el tax lease y la subvención a tipos de interés por el Real Decreto 874).

DESCAPITALIZACIÓN

“Identificando prácticas financieras irregulares que descapitalizaban a Hijos de J. Barreras”

“ACOSO”

“Dos días después de denunciar los hechos a Marriott ya no podía acceder a su correo ni al móvil corporativo”

DESCAPITALIZACIÓN

“Identificando prácticas financieras irregulares que descapitalizaban a Hijos de J. Barreras”

MODIFICACIONES

“Se eliminaron los costes de gestión de la mayoría de las órdenes de cambio”

La defensa de Campbell ha instado la incorporación al proceso tanto del Cesce como de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales), a quien el equipo de Prothero solicitó un salvavidas de más de 30 millones de euros, que fue rechazado. Entiende el equipo legal del exdirectivo que es obligación del Estado, en este caso a través de Cesce, la salvaguarda del buen proceder con fondos públicos.

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Campbell expone una retahíla de “desencuentros” con el entonces presidente ejecutivo del astillero. Aunque fue nombrado como tal en septiembre de 2020, ya tras la firma del rescate (febrero del mismo año) fue el equipo de Ritz quien asumió la tutela completa de Barreras, que en teoría dirigía un directivo de Pemex. Las diferencias entre el ex director general y Prothero radicaban en esas “prácticas financiero-contables” que hacían mella en el balance de la empresa viguesa. Hasta tal punto, de acuerdo a la demanda, que el canadiense pidió a su fichaje que firmase un anexo en su contrato para extender a nueve meses el periodo de prueba, y así poder rescindir el contrato sin indemnización.

Estamos ya a comienzos de 2021, los fondos del primer sobrecoste –80,025 millones, avalados por Cesce– no llegan y Prothero trabaja ya en los planes de llevarse el Evrima a Santander. Sin retorno, pese a negarlo. Y con otro respaldo del Cesce a una segunda desviación sobre el precio –ahora, de más de 49 millones– a cambio del compromiso de rematar en España los trabajos de propulsión. No el crucero al completo.

En este punto, con el remolcador Hispania contratado para sacar el crucero de Vigo, empezarían esas maniobras de “acoso”. Liam Campbell enumera otros movimientos en perjuicio de la tesorería de Barreras, autorizados por Prothero –era, a la vez, presidente del astillero y CEO de la naviera– y que hicieron saltar por los aires la relación laboral. “Se eliminaron los costes de gestión de la mayoría de las COs (órdenes de cambio), incluso las ya pactadas y firmadas. También se trasladaron otros costes y márgenes a cargo de la cuenta del astillero”. Además del sistema de aire acondicionado y calefacción, en Barreras se reemplazó a la auxiliar viguesa Regenasa por MJM para el suministro y montaje de los camarotes de la tripulación, el puente y la sala de control y máquinas. En el texto apunta a que la contratación de MJM se ejecutó sin pedir otro presupuesto, con “un efecto negativo” en Barreras pese a ser el contratista “más caro”.

Campbell se niega a firmar ese anexo en su contrato, ante la insistencia –abunda– de su jefe. El astillero no tiene un equipo de compliance, y el británico se dirige entonces a un canal de denuncia de Marriott International (matriz de la cadena hotelera Ritz-Carlton, que es dueña de la marca Evrima) y de Oaktree. Dos días después, el 10 de febrero de 2021, “ya no podía acceder a su correo electrónico de empresa ni a su línea de teléfono móvil corporativa”. El 9 de marzo, una semana antes del adiós del Evrima de Beiramar, y cuando Campbell se encontraba en Madrid para volar a Vigo –y tras hacerse una PCR–, fue despedido. Asegura, “sin causa justa y como clara represalia por el ejercicio de su libertad de expresión y por denunciar prácticas financiero-contables irregulares que afectaban al proyecto y al astillero”.

De un vergel de pedidos para Vigo a la quiebra

Douglas A. Prothero desembarcó en Vigo en 2017 con la entrada en vigor de un primer crucero de ultralujo en Hijos de J. Barreras. Firmaría un segundo y prometería un tercero, pero ni siquiera el primero se remató en Beiramar. A raíz del preconcurso del astillero, y con el respaldo de la mayoría accionarial, el Estado, los bancos y empresas auxiliares, asumió el control de la atarazana para hacer del naval vigués –decía– una referencia continental en barcos de transporte. Duró menos de un año en la presidencia ejecutiva. Barreras, en quiebra, busca comprador para sus terrenos.

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