La UVigo trabaja en una nueva tecnología con láser para el vidrio que no entra en la cadena de reciclaje

El grupo LaserON lidera un proyecto europeo que persigue un método más flexible y sostenible para materiales que ahora no se recuperan

Buscan que la propia máquina ya fabrique piezas elegidas por el usuario

Reunión de lanzamiento del proyecto EverGlass el pasado enero en la Escuela de Ingeniería Industrial.

Reunión de lanzamiento del proyecto EverGlass el pasado enero en la Escuela de Ingeniería Industrial. / Cedida

Sandra Penelas

Sandra Penelas

Investigadores vigueses trabajan en una tecnología de vanguardia para recuperar con láser determinados tipos de vidrio que a día de hoy se quedan fuera de la cadena de reciclaje. El grupo LaserON, de la Escuela de Ingeniería Industrial y el Cintecx, lidera un proyecto europeo que tiene como objetivo la puesta a punto de un método in situ, más flexible que los actuales y sostenible y que incluso permitiría a los usuarios seleccionar qué tipo de producto desean que fabrique esta futura máquina.

El consorcio EverGlass involucra a centros e institutos de investigación de España, Eslovaquia, Francia y Alemania. Está en marcha desde principios de año y cuenta con una financiación de 3 millones de euros dentro de la convocatoria EIC Pathfinder Open, específicamente dirigida a tecnologías disruptivas que implican un alto riesgo por situarse en la frontera del conocimiento pero que tienen el potencial de generar un gran impacto.

Miembros del grupo de investigación vigués LaserON.

Miembros del grupo de investigación vigués LaserON. / Cedida

“El reciclaje de vidrio se puede calificar de éxito comparado con el de otros materiales como el plástico, pero solo se recuperan determinados tipos y, sobre todo, en los países industrializados europeos. Hay 28.000 botellas y recipientes cada año que se podrían reciclar y acaban en vertederos. Pero además existen materiales que no entran en esta cadena como las pantallas de los dispositivos electrónicos, los vidrios de construcción, los de uso farmacéutico como ampollas o viales o las vitrocerámicas. La idea del proyecto es reciclar otros tipos de vidrio y también intentar llegar a otras regiones del mundo”, explica Juan Pou, que coordina todo el consorcio junto con Rafael Comesaña.

Frente a las actuales plantas de reciclaje, que funden toneladas de vidrio en grandes hornos que funcionan a altas temperaturas, los investigadores proponen una metodología más flexible para llevar a cabo tratamientos más individualizados para cada tipo de material.

“La inercia de los procesos convencionales es enorme y no puedes apagar los hornos. Pero, con esta nueva tecnología, un mismo equipo podría adaptar el proceso en solo unos minutos. Vamos a explorar diferentes láseres de alta potencia que tenemos en el laboratorio para elegir el más adecuado. Y, de esta forma, solo habría que cambiar ciertos parámetros, por ejemplo, la temperatura dependiendo de si se van a fundir pantallas de móvil o viales. Se adapta la solución de manera mucho más sencilla”, destaca el catedrático vigués.

Primeras pruebas de reciclado de vidrio con láser.

Primeras pruebas de reciclado de vidrio con láser. / Cedida

Además, respecto a los actuales procesos de reciclaje, la nueva metodología también supone una reducción del consumo energético y, por tanto, de la huella ecológica, así como de las grandes exigencias logísticas. “No se trata de eliminar lo que ya existe, sino de llegar a más sitios y materiales”, subraya.

El grupo LaserON, que suma 30 años de experiencia en el procesamiento y síntesis de materiales con láser, cuenta con una “infraestructura única” en toda la Península y que además se sitúa entre las diez más relevantes de Europa en este ámbito.

Los investigadores del campus ya ha comenzado con las primeras pruebas de laboratorio y las simulaciones para obtener, en los tres años del proyecto, un prototipo de reciclaje. “La solución final todavía está en proceso de definición, pero el objetivo es que la propia máquina ya fabrique a partir del residuo alguna pieza sencilla elegida por el usuario. Estas máquinas podrían estar instaladas en empresas que recojan estos vidrios que ahora no se reciclan o, en otros casos, quizá será factible tenerlas en un centro comercial para reciclar las pantallas de móvil”, plantea Pou.

Interés del consumidor

Y es que la perspectiva del consumidor final está presente en el proyecto desde sus inicios gracias a la participación del Instituto Europeo de Comunicación Científica (ESCI) de Oldenburg, un centro que estudia el impacto de las nuevas tecnologías en la sociedad.

“En los proyectos de investigación el usuario final suele quedar un poco lejos, pero la convocatoria Pathfinder Open quiere que no nos encerremos en el laboratorio y que las propuestas sean multidisciplinares, con más puntos de vista para garantizar que la tecnología se va a poder implementar. Gracias a este socio, tenemos en cuenta desde el inicio cuestiones como qué le interesa al consumidor cuando se le rompe la pantalla del móvil o cómo podríamos implementar esta tecnología en países de Sudamérica o África que carecen de nuestro modelo de reciclaje”, comenta Pou.

Si el consorcio logra sus objetivos podría optar a una segunda fase de la convocatoria europea para seguir madurando la tecnología y a una tercera para acercarse aún más a la explotación final: “Se trata de evitar el llamado valle de la muerte en el que acaban los proyectos cuando terminan. Este programa del Consejo Europeo de Innovación está muy bien porque acompaña y traza el camino para poder llegar a esa comercialización”.

Reunión de lanzamiento de EverGlass en Vigo.

Reunión de lanzamiento de EverGlass en Vigo. / Cedida

Una convocatoria europea altamente competitiva: solo el 7% de las propuestas logran fondos

El proyecto EverGlass fue uno de los 53 seleccionados por el Consejo Europeo de Innovación (EIC) entre los 783 recibidos desde 33 países. Es decir, forma parte de ese 7% de propuestas rompedoras elegidas por su mayor potencial en una convocatoria altamente competitiva.

“Todos los socios están muy contentos e involucrados. Y para nuestro grupo resulta muy motivador poder arrancar desde aquí una tecnología disruptiva propia. Sobre todo, para los jóvenes que tienen tantas dificultades para estabilizarse. Además hemos conseguido en paralelo un proyecto nacional que nos va a dar soporte. Tiene un carácter más técnico y se va a centrar en determinados materiales como los vidrios con alto contenido de metales”, destaca Juan Pou.

La reunión de lanzamiento del proyecto se celebró en enero en Industriales y reunió a todos los socios. El consorcio integra a expertos del Instituto de Cerámica y Vidrio del CSIC, entre ellos, Alicia Durán, expresidenta de la Comisión del Vidrio de Naciones Unidas y actualmente en la Comisión Nacional. También forman parte de la red el centro especializado en vidrios funcionales FunGlass de Eslovaquia; los expertos en evaluación de riesgos e impacto ambiental del centro francés Actalia; el Instituto Fraunhofer de Matemática Industrial; y el ya citado ESCI.

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