El año pasado ardieron 508 hectáreas, la segunda mayor superficie desde 2016

Sin embargo, 2022 baja al cuarto ejercicio con más incendios, al registrar 66 | Extinguir los dos grandes fuegos de Guillar y Sanguiñedo, iniciado en O Irixo, costó 404.000 euros

Varias personas observan el fuego que quemó 387 hectáreas en Sanguiñedo, en agosto. |   // BERNABÉ/J. LALÍN

Varias personas observan el fuego que quemó 387 hectáreas en Sanguiñedo, en agosto. | // BERNABÉ/J. LALÍN / salomé soutelo

Salomé Soutelo

Salomé Soutelo

La prolongada sequía que vivimos el año pasado y la oleada de fuegos de verano que complicó la disponibilidad de efectivos motivó que, aunque 2022 no fuese el año con más incendios forestales, sí fuese el segundo en superficie quemada en el distrito forestal 16, con 508,32 hectáreas. Esta cifra solo está superada por las 963 calcinadas en aquel fatídico 2017, cuando el puente del Pilar se tradujo en una vorágine de fuegos que aquí en Deza asoló el monte Siador. De esas 508 hectáreas, 208,93 corresponden a monte arbolado y las 299,39, a fincas de monte raso.

La Consellería de Medio Rural permite consultar en su web el número de incendios y la superficie afectada desde 2016. En cuanto al número de fuegos, el distrito al que pertenecen las dos comarcas registró 66, una cifra que lo coloca como el cuarto año con más siniestros, por detrás de 2017 (con 165); 2016 (88) y 2019 (70).

El incendio originado en O Irixo obligó a desalojar casas de la aldea de Bustelo, en Lalín.

El incendio originado en O Irixo obligó a desalojar casas de la aldea de Bustelo, en Lalín. / BRAIS LORENZO

Si comparamos los datos del distrito Deza-Tabeirós con los de los otros tres de la provincia, resulta que aquél es también el de menor número de fuegos: en O Condado-A Paradanta hubo 125 siniestros, con 720 hectáreas quemadas, en Vigo-O Baixo Miño, sus 129 incendios afectaron a 80,87 hectáreas, y en Caldas-O Salnés, los 131 siniestros asolaron 1.057,58 hectáreas. Así las cosas, en toda la provincia hubo el año pasado 451 fuegos forestales, que quemaron en conjunto 2.367, 64 hectáreas. En 2021 habían sido 204 incendios y casi 599 hectáreas ardidas.

Época de alto riesgo

La mayor parte de los incendios forestales se producen en la denominada época de alto riesgo, entre el 1 de julio y el 30 de septiembre. En esos tres meses tuvieron lugar en el distrito 46 fuegos que arrasaron 451,83 hectáreas.

Un bombero charla da instrucciones a un compañero, en el incendio de Guillar, en Rodeiro.

Un bombero charla da instrucciones a un compañero, en el incendio de Guillar, en Rodeiro. / BERNABE/JAVIER LALIN

De esta casi media docena de incendios forestales en verano, hubo dos que superaron las 100 hectáreas y de los que, por tanto, pueden obtenerse los costes de extinción. Uno de ellos comenzó en Guillar el 14 de julio y tardó más de una semana en darse por extinguido, tras arrasar 110,11 hectáreas. Para apagar las llamas fue precisa una movilización de medios que costó 155.563 euros.

El 10 de agosto se declaraba un fuego en San Cosme de Cusancas, en O Irixo, que acabó extendiéndose a tierras de Lebozán (Lalín) y Sanguiñedo (Dozón) y que obligó a desalojar viviendas. Las llamas asolaron 680 hectáreas, de las que 287,78 están en Sanguiñedo, en Dozón. En cuanto al coste de extinción, son 248.329 euros en Dozón, pero para las 680 hectáreas totales se dispara a los 561.532. Vemos que, entre el fuego de Guillar y Dozón, los costes suman 403.892 euros.

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