No te hagas profesor por las vacaciones

Trabajan las mismas horas que cualquier empleado público de su CCAA, imparten más horas de clase que sus colegas europeos y ejercen una de las profesiones con mayor síndrome de burn out de la actualidad

Un profesor de vacaciones en la playa como lo dibujaría un niño.

Un profesor de vacaciones en la playa como lo dibujaría un niño. / Elaborado con IA (copilot)

María Bueno

María Bueno

Todo el mundo tiene una amiga que quiere hacerse profesora porque cree que va a vivir mejor y, si tú no la tienes, es que eres tú. 

Chascarrillos aparte y en un mercado de trabajo como el español, con un margen sustancial para mejorar en calidad de empleo” (Funcas, 2022) puede que sea tan cierto que tú puedas vivir mejor como mentira es que ellos, los docentes, “vivan demasiado bien”. 

Basta con acercarse a la realidad de cualquier profesor para darse cuenta de que su día a día está muy lejos de como la pintan los clichés de taberna: no solo imparten más hora de clase al año que la media de los países de la UE 25 y trabajan el mismo número de horas que cualquier otro empleado público; sino que, además, ejercen una de las profesiones con mayor síndrome de burnout, en la que tanto la vocación como el descanso van a ser imprescindibles para asumir su responsabilidad en el desarrollo de las personas. 

Horario lectivo vs laboral

“Hay una confusión entre horario lectivo y laboral. Es como decir que el deportista solo trabaja cuando le vemos compitiendo en los 100 metros lisos”

Julio Trashorras

— Vicepresidente Anpe Galicia

¿Por qué está tan extendida entonces la idea de que tienen demasiado tiempo libre? “El problema está en la confusión entre horario lectivo, las horas de clase que imparten de forma directa; y horario laboral, que está regulado y que se sitúa en 37 horas y media, exactamente igual a la del resto de funcionarios civiles de la administración pública”, responde Julio Trashorras, vicepresidente autonómico del sindicato ANPE Galicia.

“Vemos a nuestros hijos en casa y creemos que sus profesores están en la suya, pero no es así: siguen trabajando en los centros”, traduce el también Defensor del Profesor, que compara: “Es como si dijésemos que los deportistas sólo trabajan unos segundos al año, cuando les vemos competir en los 100 metros lisos, sin tener en cuenta toda la preparación que hay detrás”. 

De la elaboración de programaciones a las evaluaciones, pasando por la coordinación entre departamentos, las reuniones de desarrollo de programas o la preparación de las clases, guardias, tutorías, dinamizaciones… Son solo algunas de las actividades necesarias para el “normal funcionamiento de cualquier centro”, que los docentes desarrollan en una jornada laboral “que va más allá de lo que se ve y trasciende: dar clase”.

Algo a lo que, por cierto, los centros de Primaria españoles dedican 55 horas más que la media de la UE25 y, los de ESO, hasta 181 horas más que sus colegas europeos, según el informe ‘Panorama de la educación 2023’. 

Así, la semana laboral de un docente de Primaria en Galicia se dividirá en 25 horas lectivas, otras 5 de dedicación directa al centro y otras siete y media de no obligada permanencia en el centro, que se destinarán a la preparación de actividades docentes (DOG 30 junio 2011 y DOG 13 de junio 2012). 

Un mes de vacaciones

Con las vacaciones pasa un poco más de lo mismo. “También está regulado, la normativa establece que tiene derecho a un mes: 22 días lectivos que, sumado a cuatro fines de semana, nos dan 30 días”, desarrolla Julio Trashorras, que añade que el profesorado no elige su mes de vacaciones: “La propia normativa establece que preferentemente será en agosto”. 

De este modo, califica como “falso” que el cuerpo docente tenga las mismas vacaciones que su alumnado y desglosa este argumento por meses: 

Junio. Cuando los niños empiezan las vacaciones, el profesorado tiene la obligación de permanecer en los centros tanto para reclamaciones de notas como para cierre de evaluaciones y actas, entre otros. 

  • Julio. Durante el mes de julio el profesorado no tiene la obligación de estar en los centros, pero sí de estar a disposición de lo que la administración pública requiera. Es aquí, comenta el Defensor del Profesor, donde vamos a distintas casuísticas: 

- Equipos directivos. Los equipos directivos ejercen funciones durante todo el mes de julio en los centros, que están abiertos para la gestión de matrículas, la emisión de certificados, etc. 

- Oposiciones. Desde finales de junio, se desarrollan los procesos selectivos de educación, oposiciones en las que “un número importante de profesorado está llamado a formar parte de los tribunales”, añade el vicepresidente de ANPE Galicia, que preguntado al respecto, explica que ha formado parte de un tribunal dos ocasiones en 24 años. 

- Formación. Hay otro aspecto fundamental en una profesión en la que la formación continua es clave y es que son muchos los programas para el profesorado que se desarrollan fuera del programa lectivo, durante el mes de julio.

  • Septiembre. Del mismo modo y aunque el alumnado empiece el curso a mediados de septiembre, los docentes están trabajando a tiempo completo desde el día 1. 

Finalmente y preguntado por los festivos escolares, el vicepresidente nos remite al principio de la conversación y añade además que los docentes no pueden elegir sus días libres pues “el calendario escolar está regulado”, a excepción del permiso de hasta cuatro días por asuntos particulares, de los cuáles solo dos pueden ser en períodos lectivos. 

“Informes para todo, criando polvo”

Una profesión “medida al milímetro” que requiere de una gran planificación y a la que una parte importante del profesorado dedica horas extra preparando temario o corrigiendo exámenes, entre otros: “Ahí ya depende de como te organices, como mucha gente en otros trabajos, lo que no sé es porque en el caso del profesorado se cuestiona tanto”, añade el Defensor del Profesor, que da cuenta de cómo ha aumentado el nivel de burocracia en los últimos años. 

“La administración quiere fiscalizar y controlar lo que pasa en los centros, que por otro lado es lo que debe de ser; lo que ocurre es que se ha llegado un punto en el que hay que cubrir informes por absolutamente todo, que muchas veces acaban en un despacho criando polvo porque nadie los ve”, explica el docente desde el sindicato ANPE, que ha firmado un acuerdo con otras organizaciones para analizar cuál, “de todo ese trabajo burocrático”, es efectivo y necesario y cuál, por el contrario, es prescindible.

¿Son sus días libres los que nos preocupan, o nuestra necesidad de ellos?

Los docentes trabajan por tanto las mismas horas que cualquier otro funcionario, con derecho a un mes de vacaciones que, además, no pueden elegir salvo en casos excepcionales; además de un mes para formación en el que tienen que estar a disposición de lo que la administración le requiera. Aún así y teniendo en cuenta la situación del mercado de trabajo en España, a muchos les parecerán unas condiciones de trabajo envidiables. 

Pero entonces y tomando en consideración que, por un lado, trabajan con perfiles altamente demandantes y desgastantes a nivel psicológico y, por el otro, que es la educación de nuestros hijos lo que está en juego, no deberíamos preguntarnos ¿son los periodos de descanso del profesorado los que nos preocupa o, más bien, nuestra necesidad de ellos?