Carlos Mouriño: “Confiad en Marián”

El relevo en el gobierno del club y el emocionante homenaje al presidente saliente centran la junta de accionistas del Celta

“Lo asumo con toda la ilusión, compromiso y respeto al legado que recibo” dijo la nueva mandataria

Un emocionado Carlos Mouriño cede el testigo a su hija Marián: "El 'Mouriño vete ya' lo recordaré siempre, pero con una sonrisa"

Foto: Marta G. Brea / Vídeo: RCCV

Juan Carlos Álvarez

Juan Carlos Álvarez

Diecisiete años después, el Celta escenificó un relevo en la presidencia. El reloj de un tiempo diferente se puso en marcha después de que la junta de accionistas aprobase el nombramiento del nuevo consejo de administración que presidirá Marián Mouriño y que supone la salida ya definitiva de Carlos Mouriño después de convertirse en el presidente que más tiempo ha estado al frente del club en toda su historia.

El relevo, acordado desde hace tiempo en el seno de la familia Mouriño y que ya era efectivo desde el verano, cuando Marián se puso a los mandos y se hizo responsable de la mayoría de grandes decisiones del Celta, quedó escenificado ayer en una asamblea que estuvo presidida al alimón por padre e hija. Pese a que diferentes compromisos personales lo ponían en duda, Carlos Mouriño pudo finalmente asistir, por lo que el hombre que dirigió los pasos del Celta desde 2006 cumplió con su deseo de que la reunión con sus accionistas fuese el último de sus actos al frente de la sociedad.

Así, la junta se convirtió en una suerte de homenaje a la figura de Carlos Mouriño, emocionado en algunos momentos, como cuando los accionistas le dedicaron una ovación puestos en pie, y en menor medida a su consejo de administración, la mayoría de cuyos integrantes le acompañaron desde el momento en que tomó la decisión de comprar las acciones de Horacio Gómez. Marián Mouriño, en el arranque de la junta –de mayor asistencia que en años anteriores aunque plomiza en los primeros puntos del orden– señaló que su deseo era que la junta se convirtiese en un tributo “a quien ha sido el presidente durante los últimos diecisiete años, mi padre”. Y así fue.

El ambiente crítico que se respiraba entre los accionistas en el arranque se fue diluyendo cuando a los asistentes se les tocó el aspecto sentimental. Ahí muchos decidieron aplacar las críticas, aparcarlas para otro momento y dejarse envolver por el agradecimiento hacia la figura del presidente saliente. Hubo un emotivo vídeo en el que se repasó su trayectoria, varios de los accionistas que tomaron la palabra lo hicieron para darle las gracias por el trabajo de estos años y todo confluyó en la ovación con la que fue despedido por sus compañeros del consejo, por los directores y empleados del club y por los accionistas.

Padre e hija se abrazan.   | / /MARTA G.BREA

Padre e hija se abrazan. | / /MARTA G.BREA / juan carlos alvarez

Un emocionado Carlos Mouriño tomó la palabra para proclamar: “Es un mal día, pero es un gran día”. Se mezclaban en el dirigente el dolor por despedirse de la presidencia, pero la liberación de desprenderse de esa responsabilidad y la alegría de traspasar el poder a su propia hija. Mouriño fue especialmente cariñoso con los miembros de su consejo de administración: “Siempre voy a recordar el día de la despedida con un orgullo muy especial hacia la gente que tuve a mi lado. Esto lo conseguimos con todos, con los empleados, con la gente que se volcó con nosotros. Si de algo me siento orgulloso es del equipo que formamos durante este tiempo. No necesitábamos palabras para decirnos las cosas. El celtismo era lo que nos unía y nos empujaba. Reunir a esa gente ha sido mi principal mérito. De eso me voy orgulloso y satisfecho”.

Palabras para la afición

El ya expresidente del Celta tuvo palabras cálidas también hacia los aficionados que le han acompañado en este viaje: “Esa afición que me ha criticado en ocasiones y que, quizá, si yo hubiese estado en la grada con ellos, también me sumaría a esas críticas. Pero al mismo tiempo he sentido mucho su aliento, su comprensión ante los malos resultados o las malas decisiones. El “Mouriño vete ya” lo recordaré siempre...pero con una sonrisa. La crítica nos tiene que hacer mejores, nos tiene que ayudar a seguir trabajando día a día como si fuese el primero”.

Se acordó Mouriño de su familia, de su esposa especialmente por todo el tiempo que le “robó” por culpa de los compromisos asociados al cargo y al Celta y envió un mensaje a los aficionados pensando en la etapa de Marián al frente del club: “Os hago una última petición: aplicad con Marián el mismo comportamiento que habéis tenido conmigo. El Celta es una pasión, no importa quién esté. El club está por encima de todos nosotros. Marián tiene la capacidad suficiente para estar en el puesto que está. No es la hija de Carlos Mouriño sino Marián. Ella podía superar la prueba de selección más exclusiva de cualquier empresa. Por eso os digo...confiad en ella, arropémosla como hicisteis conmigo”. El presidente saliente le dedicó una frase a su hija cargada de sentimiento: “Tienes una enorme responsabilidad con el Celta y con la ciudad. Esa responsabilidad llévala con el mismo entusiasmo con el que desde pequeña seguíamos los partidos del equipo. Hija, te quiero”.

Presidente honorífico

Por su parte, la nueva presidenta del Celta dejó para el final el anuncio de que Carlos Mouriño sería nombrado presidente honorífico del club –figura que no ha existido en su centenaria historia– y sobre su tiempo apuntó que “asumo el proyecto común con toda la ilusión, compromiso y respeto al legado que recibo del presidente y de su consejo. Es un día muy especial para mí y espero para el Celta”.