Cambio de guardia en el Celta

El club vigués celebra esta tarde la junta de accionistas que supondrá la entrada oficial del nuevo consejo de administración presidido por Marián Mouriño

Luis Campos, Marián Mouriño y Juan Carlos Calero.

Luis Campos, Marián Mouriño y Juan Carlos Calero. / Alba Villar

Redacción

El Celta escenifica esta tarde el cambio de guardia en su gobierno después de diecisiete años bajo el mando de Carlos Mouriño. Pese a que hace meses que Marián Mouriño se ha puesto al frente del club y está detrás de las principales decisiones tomadas en el Celta desde comienzos del mes de julio, esta tarde será cuando el relevo se haga visible.

Hace tiempo que la junta de accionistas, que tendrá lugar en el Salón Regio de la sede de la calle Príncipe a partir de las 19:30 horas, estaba marcada como el momento preciso para la salida del anterior consejo de administración, el que ha acompañado a Carlos Mouriño en su andadura al frente del club, y la entrada del equipo nuevo presidido por Marián Mouriño. Ella –que ocupa el cargo de presidente en funciones desde el pasado 28 de diciembre cuando su padre presentó la dimisión– se pondrá por primera vez al frente de una junta para dar cuenta de sus movimientos y decisiones a la masa de accionistas del Celta.

Y aunque en los últimos meses ha hecho numerosas apariciones públicas y ha sido visible en la mayoría de actos que ha organizado el club, aún no se ha dirigido a los aficionados o accionistas en calidad de presidenta del club. Ese instante llegará esta tarde cuando se espera que la nueva presidenta deslice las líneas maestras que piensa desarrollar durante su mandato.

Junto a ella estará su nuevo consejo de administración. No se mantiene ninguna de las personas que estuvieron al lado de Carlos Mouriño en esta travesía. El cambio es de caras pero también generacional como desde el propio club se han preocupado por señalar. Hace pocos días se desveló la composición del nuevo órgano rector del club. El consejo pasa a estar formado además de por Marián Mouriño por Sergio Álvarez, exguardameta del primer equipo; Xisela Aranda, empresaria viguesa, excampeona de España de squash y también exfutbolista en el Tenerife; Antón Álvarez, especialista en márketing, comunicación y consultoría; Carmela Cuevas, responsable de Control de Gestión Comercial Zara Inditex y Business Angel en Velca; Jose Manuel Amoedo, socio fundador del bufete Amoedo & Lago Abogados; José Álvarez Dafonte, socio fundador y CEO de Grupo Femxa Formación y Empleo; y Miguel Álvarez, el socio director de Marcapital Ventures y marido de Marián Mouriño. Este será el nuevo equipo en el que la nueva presidenta se apoye para gobernar los pasos del Celta en los próximos años. Hoy tomarán posesión como consejeros y oficialmente será al día siguiente, miércoles 13 de diciembre, cuando en su primera reunión voten para convertir a Marián Mouriño en la nueva presidenta.

En la junta de accionistas de esta tarde no solo se estrenará la nueva presidenta y sus consejeros. También el nuevo CEO, José Gainzarain, que acaba de llegar al club para ocupar el vacío que dejó la salida de Antonio Chaves, saldrá a defender en público las cuentas del pasado ejercicio y la propuesta de presupuesto de cara a la temporada en curso. Gainzarain se estrenará en lo económico con un ejercicio deficitario porque durante el curso 2022-23 el Celta perdió algo más de trece millones de euros después del pago de impuestos. El incremento en los gastos a mayores generados durante la temporada se produjeron un 77% en la plantilla, un 14 % corresponde a gastos generales y un 7 % a indemnizaciones por una cantidad de 3,5 millones de euros en donde se incluyen los finiquitos de dos cuerpos técnicos (Eduardo Coudet y Carlos Carvalhal), el despido de Santi Mina al que el Celta liquidó para zanjar cualquier relación con él y también la salida de diversos empleados que se ha producido durante los últimos meses.

Gainzarain también presentará el presupuesto para la temporada 2023-24, muy ambicioso, y en el que el Celta prevé unos ingresos y gastos por encima de los cien millones de euros para obtener a 30 de junio un beneficio de algo más de un millón de euros. Aunque esta cifra fluctuará en los próximos meses, los vigueses están en condiciones de superar los 105 millones de euros de ingresos que son su récord histórico. Para ello resulta esencial el hecho de que computa el ingreso de 30 millones de euros que el club ha hecho por la venta de Gabri Veiga y que, al realizarse después del 30 de junio, aparece en las cuentas del próximo ejercicio. Una vez más el gasto en plantilla (tanto sueldos como amortizaciones de fichajes) se lleva la parte más jugosa en la partida de gastos. Casi ochenta millones destina el Celta a este concepto para situar su límite salarial en el más alto que ha tenido en toda su historia.