La porquería se sube por las paredes (y las farolas)
Hay papeles que dañan la imagen de la ciudad
Papeles, panfletos y carteles de todo tipo, tamaño y condición, algunos recién colocados y otros visiblemente deteriorados ya por el paso del tiempo, afean la imagen de Vilagarcía de Arousa, como hacen las pintadas que, de un tiempo a esta parte, parecen proliferar en la ciudad.
Se localizan en prácticamente todo el casco urbano y transmiten una imagen de suciedad y abandono tan criticada por los vilagarcianos como repudiada por los turistas.
Vista Alegre
Especialmente cuando ese material publicitario, o de cualquier otro tipo, afecta directamente a un entorno monumental tan importante como el que constituyen el pazo, el convento y la iglesia de Vista Alegre.
Aunque lo mismo puede decirse de las pegadas de carteles realizadas en el entorno de la playa, el parque de A Xunqueira o la zona portuaria.
Al igual que se aprecia este deterioro en la plaza de Galicia, la calle de Castelao, Avenida da Mariña y otros muchos lugares del centro urbano vilagarciano.
Zonas peatonales
Con especial significación en las zonas peatonales, que es donde los anunciantes más empeño ponen en captar la atención de los ciudadanos.
Son carteles en los que se buscan u ofertan trabajadores para todo tipo de actividades, anuncios de propuestas culturales y convocatorias de manifestaciones.
“Se recoge chatarra”, “se ofrece cuidadora”, “se buscan albañiles”, “se limpian casas” o “se dan clases”, son solo algunos de los mensajes.
No faltan las reivindicaciones sociales ni otros carteles en los que se buscan animales desaparecidos. Incluso los hay directamente relacionados con diferentes actos políticos y/o procesos electorales.
Campañas institucionales
Al igual que hay carteles colocados por la propia administración o conocidas entidades del municipio que forman parte de viejas campañas y están tan deteriorados que tampoco ayudan a proyectar una buena imagen de la ciudad.
Todo ello en farolas, papeleras, balaustradas, bancos, paredes de edificios –abandonados o no–, marquesinas de autobús y otros muchos sitios o elementos públicos y privados, utilizados de forma descontrolada como si de un tablón de anuncios se tratara.
Lugares donde no solo esos carteles o letreros afean el entorno, sino que también lo hacen las deterioradas cintas adhesivas utilizadas para pegar muchos de ellos.
Está prohibido
Lo más llamativo es que a pesar de que la mayoría de los anuncios impresos que se ven pegados en la calle obedecen a una práctica prohibida, en los mismos se aprecia claramente el número de teléfono, la dirección y/o el nombre del particular o la empresa responsable de esta práctica, incluidas centrales sindicales y variadas entidades socioculturales.
Llegados a este extremo hay que recordar que este tipo de prácticas están expresamente prohibidas desde hace más de una década por el Concello de Vilagarcía.
La ordenanza reguladora de la circulación y de las funciones de la Policía Local determina que, “por motivos de seguridad y de limpieza, no se permitirá fijar propaganda, panfletos, adhesivos o folletos en ninguna señal de tráfico o mobiliario urbano, excepto en los casos autorizados por la Alcaldía o Xunta Local de Goberno, entendiéndose como responsable de la infracción la persona que se anuncie o su representante legal”.
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