El esgrimista de Meis que acarició la corona de Italia

Marcos “Kiko” Rodríguez, natural de Meis, se quedó a un solo tocado de proclamarse campeón de esgrima para ciegos en el país que le ha adoptado deportivamente

El joven de Meis con su espada y su medalla ayer en Cangas.

El joven de Meis con su espada y su medalla ayer en Cangas. / Gonzalo Núñez

Un español se ha quedado a las puertas de convertirse en campeón de Italia. Es el caso de Marcos “Kiko” Rodríguez y en la disciplina de esgrima para invidentes. Solo un punto le separó de la corona transalpina tras caer en la final por 9-10 en Bolonia ante Filippo Innocenti.

La incógnita acerca de la presencia de un joven de 21 años de Meis participando como un italiano más por el título nacional se resuelve en base a su talento. Esa fue la condición que llevó a su actual entrenador y maestro, Lorenzo Radice, a plantearle el fichaje por el Club Scherma de Milán tras verle competir en una prueba, precisamente, en la capital lombarda.

Kiko, trabajador de la ONCE en Cangas, quiso ampliar horizontes y aceptó la propuesta por la que tenía que asumir el coste de los desplazamientos a Italia para entrenar y competir. Para ello contó con el apoyo de sus padres, propietarios del bar A Boca en Meis, así como de la asociación A Croa que, con el fin de recaudar fondos, organizaron una andaina solidaria que acumuló algo más de 2.000 euros para ayudarle en su aventura deportiva.

Tras dos citas previas en las que dio muestras de su progresión, fue en el campeonato nacional italiano donde el meisino mostró todo su potencial entre un total de 25 rivales. En la primera fase, compitiendo a 5 tocados o a un máximo de 3 minutos, Kiko se mostró inaccesible ganando los cinco duelos pasando como primero del ránking a las eliminatorias.

El esgrimista de Meis quiere ser paralímpico en 2028.

El esgrimista de Meis quiere ser paralímpico en 2028. / Gonzalo Núñez

En su trayecto a la final, el primer rival fue Roberto Realdini. “Empecé perdiendo 6-2 e hice 8 puntos seguidos para ganar”, señala el esgrimista. A continuación, le tocó medirse y ganar (10-3) a Tomas Arosio, “fue una sensación agridulce porque es mi compañero de club, solo tiene 15 años y cuando voy a Italia siempre me quedo a dormir en su casa”.

Ya en semifinales le tocó medirse espada en mano a Lorenzo Ballini, de 57 años. “Fue muy difícil porque mide dos metros y tiene muchísima experiencia. Ya me había enfrentado a él en las dos competiciones previas en Italia y me había ganado. Incluso empecé perdiendo 7-1 y remonté hasta el 10-9 con un último punto en el que se tocó con su propia espada”.

Una acción muy similar a la de la semifinal, aunque esta vez en contra de los intereses de Kiko, fue el desenlace de la final. Como él mismo apunta, “tras empatar a 9 tuvimos que ir al minuto de desempate o al punto de oro. Por sorteo, a mí me valía el empate, pero a falta de 10 segundos ataqué porque estaba muy motivado y no me salió bien la jugada”.

Kiko Rodríguez en su puesto de trabajo en Cangas.

Kiko Rodríguez en su puesto de trabajo en Cangas. / Julio Santos Álvarez

Toda una medalla de plata de Italia que no pudo recibir en el podio debido a que el vuelo de vuelta desde Milán le impedía quedarse a la ceremonia de clausura en Bolonia. “Tuve que coger la medalla a la carrera porque tenía un desplazamiento de tres horas para coger el avión, pero la satisfacción es la misma porque es la prueba de que el esfuerzo merece la pena”, subraya.

Algo que tiene muy claro el joven es a donde irá a parar su medalla y a quien se la dedica. Apunta que “esta plata se va a lucir en el bar A Boca porque mis padres son los que más han puesto de su parte para que yo pueda competir en un club italiano”. El alto valor sentimental de la plata lograda se explica en que “se lo dedico a mi tío Ramón Rodríguez que murió el pasado septiembre a consecuencia de una enfermedad con solo 51 años y siempre me animó a seguir adelante en todo en mi vida”.

Aquel tumor cerebral que con solo 12 años le llevó a perder la visión fue la puerta que se abrió para hacer de la esgrima su pasión. Con una motivación que impacta, Kiko Rodríguez ya tiene muy claro cual será su próximo reto y que no es otro que el Campeonato de España que se celebrará en Pontevedra en julio con el ánimo de recuperar una corona nacional que ya fue suya por dos veces.

Con la medalla lograda en Bolonia.

Con la medalla lograda en Bolonia. / FDV

Con el horizonte puesto en los Juegos de 2028

La ambición por seguir creciendo en su deporte no conoce límites. La posibilidad de convertirse en paralímpico es algo que no se escapa dentro de sus planes de futuro. La opción de alcanzar la gloria deportiva no podrá ser este verano en París. Señala Kiko que “en estas Paralimpiadas el esgrima para invidentes será deporte de exhibición e irán por invitación a algunas federaciones y ya están otorgadas”.

En su hoja de ruta está el seguir destacándose en competiciones internacionales para poder estar en Los Ángeles 2028. “Lo más probable es que ahí sí sea deporte oficial paralímpico y va a ser mi máxima motivación. Quiero estar ahí y toca pelear con todo”, señala. Una carrera que mira hacia su gran cima después de iniciarse tres años después de perder la visión. La ciudad francesa de Nimes fue testigo de un debut competitivo que luego alcanzó podios europeos y títulos nacionales.

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