La uva albariño hace de la podredumbre virtud

Las elaboraciones con botritis noble la consagran como una de las variedades blancas más versátiles del mundo

Uvas sobremaduras utilizadas por Martín Códax para hacer vinos especiales.

Uvas sobremaduras utilizadas por Martín Códax para hacer vinos especiales. / Iñaki Abella

Manuel Méndez

Manuel Méndez

La botritis es un hongo que, dependiendo de las condiciones meteorológicas, puede arruinar una cosecha y causar tantos estragos como la temida plaga del mildiu.

Pero del mismo modo que el ser humano puede presentar tanto colesterol “bueno” como colesterol “malo”, la botritis es una podredumbre que tanto puede destrozar una cosecha en la vid como convertirse en una ventaja con la que generar unos vinos muy especiales.

Las uvas de la última vendimia tardía, en la que Martín Códax recogió 7.000 kilos.

Las uvas de la última vendimia tardía, en la que Martín Códax recogió 7.000 kilos. / FdV

Dicho de otro modo, que la botritis es destructiva en forma de podredumbre gris o del racimo, detectándose en primavera o verano, cuando la uva está formada y el clima ha sido húmedo durante cierto tiempo.

"Podredumbre noble"

Pero también puede manifestarse de manera beneficiosa, a modo de “podredumbre noble”, cuando llega el otoño, las uvas están sobremaduras y las condiciones meteorológicas se caracterizan por la presencia de nieblas, lluvias ocasionales y tardes cálidas en viñedos situados, sobre todo, a orillas de ríos o mares como la ría de Arousa.

Algunos de los vinos de
Martín Códax.   | //  A. VILLAR

Algunos de los vinos de Martín Códax. | // A. VILLAR / Manuel Méndez

En esos momentos, cuando las uvas están sobremaduras, afectadas por la botritis e incluso presentan el característico mal aspecto de los racimos olvidados en la vid, son aprovechadas para elaborar unos característicos vinos dulces de uva blanca.

Un proceso costoso

Es un proceso costoso, que además requiere sacrificar parte de la cosecha, pues hay que dejar racimos en las cepas cuando se afronta el grueso de la vendimia.

Pero el resultado, cuando llega la “vendimia tardía”, es una uva cuya vinificación gana adeptos en cada añada.

Ejemplo de ello, por tratarse de uno de los vinos especiales con mayor tradición, es el Martín Códax Gallaecia, un blanco que “supone la consagración definitiva de la uva albariño como una de las mejores y más versátiles variedades blancas del mundo”, explican los enólogos.

Una botella del Gallaecia.

Una botella del Gallaecia. / FdV

Este producto, elaborado por la cooperativa vitivinícola cambadesa Martín Códax y vendido a un precio de 48 euros la botella, es resultado, en consecuencia, “de la vinificación de uvas con un alto porcentaje de botritis noble”, pero también es fruto de “muchos años de experiencia en el cultivo de albariño”, aseguran en la bodega.

7.000 kilos

La misma que completó la recolección tardía centrada en la uva sobremadura del Gallaecia hace un par de semanas, esta vez con 7.000 kilos de uva.

Así pues, el Gallaecia volverá a salir al mercado junto a otras marcas de Martín Códax como Lías (22 euros), considerado por la bodega arousana “el mejor ejemplo de la evolución del albariño”.

Un momento de la recolección.

Un momento de la recolección. / FdV

Lías finas

Se obtiene después de seleccionar las mejores lías finas y mediante una crianza de seis meses con “batonage”, es decir, remetiendo las lías (levaduras muertas) en suspensión removiendo el vino con un bastón.

Las lías evitan la oxidación del vino, ayudan a integrar los aromas de la madera y mantienen los aromas afrutados más estables.

Tras este proceso, que le confiere volumen en boca, amplitud y redondez, el Martín Códax Lías permanece en crianza reductiva un año antes de ser embotellado y sometido a seis meses más de crianza antes de salir al mercado.

Vindel y Finca Xieles

Dos marcas, el Gallaecia y el Lías, que se complementan a la perfección con el Martín Códax Vindel (36 euros), fruto de “una viticultura extrema, encaminada a buscar un viñedo poco vigoroso, muy poroso y con una alta superficie foliar que provoca un muy bajo rendimiento, haciendo que las cualidades de estas uvas rosas de albariño sean únicas”, destacan en la bodega.

Las uvas con botritis de la elaboración especial de Martín Códax.

Las uvas con botritis de la elaboración especial de Martín Códax. / FdV

Donde al hablar de sus vinos especiales no pueden dejar de aludir al Martín Códax Finca Xieles (32 euros), procedente de las cepas más antiguas de la cooperativa, situadas en la plantación que da nombre a este caldo.

Un viñedo de suelo granítico, poco fértil y de bajo rendimiento que se extiende por algo más de una hectárea y está orientado al mar, en un terreno de marcado desnivel.

Desde el siglo XIX

Fue plantado a finales del siglo XIX y “conforma el terreno cosechero tradicional más importante de Cambados”, provisto de “cepas finas de enrevesadas formas que muestran el paso de los años y generan uvas que, fermentadas en huevos de hormigón, dan lugar a un vino singular que destaca por su mineralidad”, en Finca Xieles, considerado “un homenaje a la tradición vitícola” de la subzona productora Val do Salnés.

Como puede apreciarse en este vino, la orientación del viñedo influye, y mucho. Algo también patente con el Organistrum (24 euros), elaborado a partir de una selección de viñedos tradicionales orientados al Sureste para “disfrutar de un clima atlántico ideal”.

Seis meses en barrica de roble francés

Este vino en concreto es resultado de un proceso de fermentación de seis meses en barricas de roble francés, siendo su característica fundamental “el equilibrio existente entre el carácter varietal y la barrica”.

Puestos a analizar la orientación del viñedo, el tipo de suelo, su ubicación y las marcas especiales de la cooperativa de Vilariño, no hay que olvidarse del Martín Códax Arousa (24 euros), generado a partir de “una cuidadosa selección de parcelas acariciadas por el mar”, enclavadas en la zona de San Tomé en Cambados.

Son, dicen en la bodega que dirige Juan Vázquez, “viñedos de suelo granítico, marcado carácter salino, yodado y atlántico, que crecen en la desembocadura del Umia”, influenciados por la ría de Arousa.

De ellos sale el Arousa, cuya ficha de cata descubre “un vino persistente y profundo, con aromas que recuerdan a las plantas del litoral de Galicia”.

Y, por supuesto, al hablar de esta bodega arousana y sus vinos no solo hay que referirse a sus elaboraciones especiales, sino también a las más tradicionales.

Buque insignia

El mejor ejemplo es el albariño Martín Códax, “el de toda la vida”, es decir, el vino matriz y buque insignia de la bodega; un albariño Rías Baixas de 14,5 euros la botella que se elabora con uvas procedentes exclusivamente de parcelas seleccionadas en el Val do Salnés, “siguiendo un riguroso y esmerado proceso para garantizar su pureza varietal y la esencia tradicional de los vinos originarios” de la que es principal subzona productora de la Denominación de Origen.

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Castes, la cita más íntima con el vino, está de vuelta. Esta feria dedicada al vino de autor prepara su regreso a Vilagarcía de Arousa, donde, a priori, desplegará su programa de actividades el mes que viene.

Es un evento que nació de la mano del hostelero local Sito Dieste con un formato muy diferente al que suele ser habitual en este tipo de encuentros con los mejores caldos; que a veces no son, ni mucho menos, los más conocidos.

De ahí el éxito de esta feria independiente del vino, una especie de delicatessen de las ferias del sector que ejerce de escaparate para pequeños productores y bodegueros.

En la edición del año pasado, por ejemplo, participaron firmas como Adega do Demo, Albamar Algueira, Cabana das Bolboretas, Can Verdura, Barbeito, Atrium Vitis, Brigante, Anónimas Viticultoras, Constantino Ramos, Cume do Avia, Damm, Entrecantos, Fulcro, Iria Otero y Jules Brochet.

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