La detección de mariscadores furtivos en zonas cerradas por toxina paralizante genera alarma

La PSP avanza en las Rías Baixas y ya no solo cierra polígonos bateeiros, sino también bancos de berberecho y almeja. Gardacostas intensifica los controles y la Consellería do Mar pide que se rechace el producto ilegal

Toma de muestras para el Intecmar en una batea de mejillón. |   //  IÑAKI ABELLA

Toma de muestras para el Intecmar en una batea de mejillón. | // IÑAKI ABELLA

Manuel Méndez

Manuel Méndez

En los últimos días han sido localizados diversos mariscadores furtivos en las rías de Pontevedra, Vigo y Arousa. Nada fuera de lo normal, ya que se trata de una lacra que sigue arrastrándose en Galicia, a pesar de tratarse de un delito.

Lo verdaderamente llamativo en esta ocasión es que algunos de esos mariscadores ilegales estaban trabajando en zonas cerradas para la extracción de almeja y berberecho debido a la presencia de elevadas cantidades de células tóxicas

¿Qué supone esto? Que existe un alto riesgo para la salud pública, de ahí que Gardacostas de Galicia intensifique la vigilancia y la Consellería do Mar haga un nuevo llamamiento a la colaboración ciudadana, para evitar que se comercialicen, adquieran y consuman bivalvos que pueden estar contaminados.

DSP

Una petición que, a modo de advertencia, esta vez cobra más fuerza que nunca, ya que el episodio tóxico actual no está provocado por la más habitual y menos peligrosa toxina diarreica (DSP, por las siglas de Diarrhetic Shellfish Poison), sino que se trata de un caso de toxina paralizante (PSP, por Paralytic Shellfish Poison), lo cual resulta mucho más preocupante.

Preocupación que es mayor, si cabe, al observar que el episodio tóxico en cuestión no afecta únicamente a los moluscos cultivados en viveros flotantes –que también–, sino que se extiende por algunos de los principales bancos marisqueros de las Rías Baixas.

Intecmar

Razón por la cual el Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar) decretó en los últimos días el cierre de diferentes zonas de infaunales, que es como se conocen las especies que, como la almeja y el berberecho, viven enterradas en el substrato.

Un bateeiro arousano en su vivero flotante.

Un bateeiro arousano en su vivero flotante. / INAKI ABELLA DIEGUEZ

Ayer, sin ir más lejos, este centro analítico, que dirige Covadonga Salgado, prohibió cautelarmente la extracción de mejillón en las bateas del polígono pontevedrés Portonovo A, así como en las del Muros A y el Noia A, en los tres casos debido a la subida de niveles de toxina paralizante.

Al mismo tiempo, y por las mismas causas, el laboratorio asentado en Vilaxoán (Vilagarcía) prohibía recoger infaunales de las tres zonas existentes en la ría de Muros-Noia, las cuales se sumaron al cierre que pesa desde hace una semana sobre tres de las seis zonas marisqueras de la ría de Pontevedra y una de las cinco disponibles en la de Vigo.

Trabajando en zona cerradas

Se da la circunstancia, asimismo, de que algunos de los furtivos sorprendidos en los últimos días se encontraban trabajando en algunas de esas zonas cerradas, lo cual disparó todas las alarmas e hizo que aumentara la preocupación en la Consellería do Mar.

Una preocupación que parece lógica, toda vez que las analíticas más recientes dan cuenta de una fuerte presencia de esta toxina paralizante que, como se detallaba hace días en FARO DE VIGO, toma el relevo de las lipofílicas y/o diarreicas que en marzo habían propiciado el primer episodio tóxico del año, derivado del afloramiento costero primaveral.

Estaciones oceanográficas

Para entender mejor el alcance de esta situación hay que recordar que los anteriores informes sobre identificación y cuantificación de fitoplancton tóxico en agua de mar, realizados en víspera del puente festivo, confirmaban un incremento notable de PSP en las estaciones oceanográficas de Moaña y Boca Sur de la ría de Vigo, al igual que, ya en la ría de Pontevedra, su Boca Sur, Aldán, Raxó y Festiñazo.

Además de confirmarse una “presencia significativa” de células de PSP en las estaciones oceanográficas arousanas de Cabo de Cruz y Vilagarcía, en las viguesas de Liméns, Rande y Samil, y en las pontevedresas de Bueu, Tambo, Aldán Interior y Cabalo de Bueu.

Ons y O Grove

Pues bien, los informes hechos públicos ayer, una vez conocidos los resultados de los últimos análisis –efectuados con el método químico impuesto hace unos años por la Unión Europea–, no solo mantienen esa situación, sino que añaden la existencia de toxina paralizante en otras estaciones, como las de Ons, O Grove, Meloxo, Esteiro, Freixo, As Basoñas, Sada…

Esto confirma la trascendencia del episodio tóxico actual, que en los próximos días puede seguir provocando cierres, tanto de bateas de mejillón como de bancos de infaunales.

Almeja portuguesa

En relación con todo esto, hay que decir que el avance de la toxina paralizante por las rías gallegas obliga a extremar la vigilancia, para evitar que los furtivos introduzcan en el mercado producto afectado.

Un control que se efectúa por tierra, mar y aire y que no solo trata de evitar la comercialización de bivalvos extraídos en zonas carradas por lo que popularmente se conoce como “marea roja”.

También se vigila la llegada a las depuradoras gallegas de almeja portuguesa, ya que en muchos casos el bivalvo se importa de forma fraudulenta y no es sometido, ni de lejos, a los mismos controles sanitarios que sí se aplican en la comunidad en el caso de los infaunales “legales”.

De ahí la colaboración entre Gardacostas y Guardia Civil. Y de ahí, también, el operativo que la semana pasada permitió interceptar en Vilaboa un turismo con matrícula portuguesa que transportaba 300 kilos de almeja japónica y 255 de babosa hacia una depuradora de Sanxenxo.

Era producto ilegal obtenido en Aveiro que, hay que insistir, no ofrece garantía alguna al consumidor y, como sucede con el obtenido en Galicia por los furtivos, puede causar graves daños a la salud pública.

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