La “UVI” de la fauna marina, atenta ante la gripe aviar

La CEMMA no tiene orden de aplicar protocolo alguno ante el hallazgo de mamíferos muertos

Un miembro de la CEMMA alimenta un lobo marino.

Un miembro de la CEMMA alimenta un lobo marino. / Ricardo Grobas

Rafa López

Rafa López

La gripe aviar H5N1 altamente patógena causa preocupación entre virólogos y veterinarios de todo el mundo. Aunque el contagio de persona a persona se considera una probabilidad lejana, la epidemia ha alcanzado el escalón anterior, la transmisión entre mamíferos. Así se constató en el brote de la granja de visones de Carral (A Coruña) en octubre pasado. Por ello los miembros de la Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Marinos (CEMMA) permanecen atentos a los posibles casos de gripe aviar, tanto en aves como en mamíferos marinos, su especialidad, aunque las autoridades no les han trasladado ningún protocolo de actuación específico ante el hallazgo de mamíferos muertos o enfermos.

“Estamos atentos a la evolución de todo esto, tanto en las aves como en los cetáceos –señala a FARO Alfredo López, biólogo y portavoz de la CEMMA–. Tenemos que tener cuidado y hacer las entregas como se nos ordena en el caso de las aves”.

Semanas atrás, más de 600 leones marinos fueron encontrados muertos o agonizantes en playas de Perú, en el que constituyó el primer evento de mortalidad masiva de mamíferos salvajes por gripe aviar H5N1 en América del Sur. Otras informaciones indican que el virus mató a cientos de focas en el Mar Caspio, frente a la costa de Daguestán, en Rusia. Si se confirma, el número de animales involucrados sugeriría transmisión entre mamíferos.

El año pasado se reportaron numerosos casos con el virus en focas en las islas británicas y cetáceos en el Mar del Norte. Todos los años llegan a las costas gallegas ejemplares de lobos marinos que proceden de las islas británicas. Por ello la CEMMA se puso en contacto con las administraciones estatal y autonómica, que les respondieron que, en principio, no se contempla ningún protocolo específico para el tratamiento de estos animales.

“Estamos atentos por si tuvieran algún tipo de síntomas compatibles con los que están teniendo aves y otro tipo de animales, pero de momento no tenemos constancia –añade Alfredo López, miembro de la CEMMA desde su fundación–. Parece ser que hubo algún caso en cetáceos en el norte de Europa, pero son casos muy aislados y por ahora no hay protocolos que se sigan estrictamente en el caso de los mamíferos marinos”, añade.

Llamada popularmente la “UVI” de estos animales, la CEMMA, con sede en Nigrán, tiene en este momento un animal en recuperación, una foca pequeña. “Normalmente los que llegan son ejemplares muy pequeños, de tres meses. No es imposible, pero es poco probable que tengan gripe aviar. Son demasiado jóvenes. Si tuvieran alguna patología no sobrevivirían”, explica.

A los cetáceos que llegan muertos les hacen exámenes rutinarios de histopatología y de algunos patógenos, como morbillivirus y brucelosis, y han comprobado que las causas de la muerte son muy parecidas a las verificadas anteriormente. “No estamos encontrando síntomas diferentes”, insiste López, y recuerda que si se estableciese un protocolo para el envío de muestras tendría que ordenarlo y financiarlo las autoridades.

En cualquier caso, los expertos recuerdan que nunca debe manipularse un pájaro muerto o enfermo. Debe evitarse el contacto directo y cercano con aves silvestres, aves de corral y todo tipo animales salvajes enfermos o muertos.

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