Los antibióticos han sido uno de los mayores avances médicos del siglo pasado, salvando innumerables vidas.

Pero como todos los fármacos, los antibióticos también suponen riesgos para la salud si no se hace un uso adecuado de ellos, especialmente en edades tempranas.

La amoxicilina es uno de los antibióticos más conocidos, pero, ¿Estamos utilizandola correctamente?

¿Qué es y para qué sirve la amoxicilina?

El doctor Pedro Viaño Nogueira, vocal del Comité de Medicamentos de la Asociación Española de Pediatría (AEP) y coeditor de EnFamilia, la web para padres de la AEP, explica:

  • “La amoxicilina es el antibiótico más utilizado en pediatría, sobre todo para tratar infecciones del tracto respiratorio, como pueden ser faringitis, otitis, neumonías…”

Se trata de un antibiótico semisintético derivado de la penicilina y es muy eficaz para combatir un amplio espectro de bacterias. Actúa impidiendo el desarrollo de las mismas, evitando que la infección se extienda.

La amoxicilina para niños suele presentarse en forma de jarabe

¿Todas las infecciones se curan con antibióticos?

Los antibióticos solo sirven para tratar infecciones producidas por determinadas bacterias. No funcionan contra los virus, que son otro tipo de microorganismos productores de infecciones, por ejemplo, el resfriado.

Así lo aclara el doctor Viaño:

  • “No todas las infecciones en pediatría se tratan con antibióticos, de hecho, la mayoría de ellas no lo necesitan, ya que son de origen vírico, como la varicela”.

Ni los procesos febriles, la gastroenteritis, o la gripe se tratan con antibióticos. Es por esto que nunca debemos administrar antibióticos a nuestros hijos sin supervisión médica.

Uso correcto de la amoxicilina: siempre bajo prescripción médica

“Al igual que el resto de antibióticos, la amoxicilina se dispensa exclusivamente bajo prescripción médica, ya que su uso indebido causa daños al paciente, tanto por errores en la dosis como en diagnóstico: no todas las infecciones se tratan con antibióticos, insiste el doctor.

La automedicación puede resultar muy peligrosa para la salud, con riesgo de sufrir efectos secundarios. Por eso, Viaño aconseja:

  • Nunca administrar amoxicilina por nuestra cuenta, y mucho menos reutilizar los fármacos que hayan sobrado de otros tratamientos.
  • Cumplir con exactitud las dosis y las pautas del pediatra. “La amoxicilina en pediatría viene en forma de polvo, y debemos rellenar con agua. Hay que ser muy cuidadosos, para conseguir la concentración adecuada”.
  • Seguir las instrucciones de conservación. “En algunos casos es necesario guardarlos en la nevera".
  • No suspender el tratamiento de forma prematura, aunque veamos mejoría, ya que se podría producir una recaída.
  • No administrar probióticos de forma sistemática tras un tratamiento con amoxicilina, ya que no han demostrado su eficacia. Consultar siempre al pediatra.

 

Amoxicilina para niños: dosis

La dosis adecuada de amoxicilina en niños se calcula en función del peso, pero tambien de la indicación:

  • “Las dosis para tratar una faringitis serán más bajas que las que usamos para tratar una neumonía, ya que los microorganismos que tratamos son diferentes”

Lo mismo ocurre con los intervalos de administración, “en algunos casos se dan cada 8 horas y en otros cada 12 horas”.

Una vez más queda recalcada la importancia de consultar al pediatra antes de automedicar a nuestro hijo. “Será siempre el pediatra el encargado de calcular la dosis adecuada en caso”, insiste el doctor.

Los pediatras alertan sobre el uso inadecuado de la amoxicilina en niños

¿Estamos abusando de los antibióticos? Estos son los riesgos

Lo cierto es que sí. España es uno de los países en los que más antibióticos se recetan a los niños.

Así lo confirmó un estudio llevado a cabo por la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana entre los años 2008- 2012, junto un consorcio de científicos de Alemania, Italia, Noruega, Corea del Sur y EEUU, concluyeron que:

  • Durante los dos primeros años de vida, los niños españoles reciben de media 1,5 antibióticos por año, similar a Italia. Esto supone 3.5 veces más que la prescripción en Noruega y un 50% más que en Alemania y en Estados Unidos”.

Desde entonces, los datos han mejorado, pero las cifras siguen siendo elevadas.

Por eso, cada 18 de noviembre, se celebra el Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos. El objetivo es reducir los riesgos del uso indebido de los antibióticos:

  • Bacterias resistentes. Cuando se abusa de los antibióticos, las bacterias pueden volverse inmunes a su efecto, es decir, “aprenden” a defenderse, de forma que la medicación ya no es eficaz y tiene que ser sustituida, en ocasiones, por fármacos más nocivos para nuestra salud.

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Por eso, desde la Asociación Española de Pediatría recuerdan que:

Los antibióticos pueden ser muy beneficiosos para la salud de su hijo si se utilizan correctamente, pero pueden ser perjudiciales si se emplean cuando no son necesarios. Deberá ser su pediatra quien decida si está o no indicado su uso, según la enfermedad y las circunstancias concretas de cada caso”.