El dolor de muelas de la dieta medieval en Pontevedra

Investigadores de la USC evidencian que las clases populares que consumían pescado en abundancia presentaban peor salud dental

Es clave para entender la vida cotidiana de las clases urbanas populares de Galicia en la Edad Media y Moderna

Mapa de Pontevedra con los lugares en los que se obtuvieron las piezas dentales analizadas.

Mapa de Pontevedra con los lugares en los que se obtuvieron las piezas dentales analizadas. / EcoPast

Gala Dacosta

Gala Dacosta

La investigadora del Grupo EcoPast de la Universidade de Santiago Clara Veiga Rilo, junto con Antonio Martínez Cortízas y Olalla López Costas, han descubierto que la dieta hiperespecializada basada en pescado durante la Edad Moderna y la Edad Media en la ría era la causante de una serie de complicaciones dentales.

El estudio, que fue originalmente publicado en la revista “Archaeological and Anthropological Sciences”, pudo desarrollarse gracias a una serie de 34 piezas de entre los siglos XIII y XVII enterradas en las necrópolis pontevedresas de Santa María a Maior y San Bartolomeu o Vello.

Los esqueletos analizados pertenecían a personas de clase popular urbana relacionadas con la artesanía o la pesca. En este caso, la investigación parte de análisis multiisotópicas y de la patología oral, y no de fuentes históricas, artísticas y arqueológicas. La disciplina bioarqueológica no había sido capaz, hasta el momento, de relacionar lesiones bucodentales con dietas concretas.

El motivo es que en estudios anteriores se analizaban dietas generalistas que no dejaban en los individuos marcadores específicos. Los 34 esqueletos encontrados en yacimientos de la ciudad, sin embargo, estaba hiperespecializada en pescado. Por esto, los investigadores lograron identificar su relación con la patología oral presentando esta población un nivel de desgaste dental muy severo desde las primeras etapas de sus vidas.

Las necrópolis de Pontevedra revelan al mundo por primera vez cuál es la relación entre la dieta de los seres humanos y el desgaste de sus dientes, constituyendo ésta una valiosa información del pasado para el futuro. Todos los restos humanos fueron excavados entre los años 2007 y 2009 durante dos campañas arqueológicas en el centro de Pontevedra, concretamente en las zonas que hoy son la iglesia de Santa María y el Teatro Principal. Se hallaron en estratos datados en la época bajomedieval y altomoderna, es decir, del siglo XIII al XVII.

El 64% de los individuos presentaban algún tipo de lesión

En estos siglos que trataron desde el Grupo EcoPast de la USC los problemas bucodentales eran una patología compleja que impactaba directamente en la salud, y que todavía lo hace actualmente, ya que canto mayor sea el desgaste de los dientes, más posibilidades hay de acabar contrayendo enfermedades como las caries. En cuanto al estudio de la caries, el 64% de los individuos presentaban algún tipo de lesión. Las lesiones cariosas se presentaron en diecisiete individuos del cementerio de Santa María y en cinco de San Bartolomeu. El trabajo concluye que el consumo habitual de pescados y mariscos en Pontevedra tuvo consecuencias indudables en la salud de los pontevedreses.

La tasa de desgaste dental en la actualidad es mucho menor ahora que en sociedades pasadas, debido en parte a la forma en que se procesan los alimentos antes de su ingesta. El hallazgo contribuye al conocimiento científico, sí, pues constituye una novedad en cuanto a las investigaciones del campo de la bioarqueología, pero es también clave para entender la vida cotidiana de las clases urbanas populares de Galicia en la Edad Media y Moderna.

Según el artículo publicado en la “Archaeological and Anthropological Sciencies”, en la transición a la Baja Edad Media, Pontevedra destaca por su especialización en la captura, transformación y distribución de pescado y otros productos marinos. Constituía, con Padrón y Noia, una de las tres villas costeras gallegas autorizadas para el comercio internacional de pescado por mar. Las familias marineras pontevedresas adquirieron privilegios reales, así como ventajas comerciales como el monopolio comercial de sardina, congrio, merluza y pulpo.

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