6 de enero: día de regalos y roscones

El es día más especial del año para los niños, sin duda alguna, y para las familias al completo. El 6 de enero pone el broche de oro al inicio de una nueva etapa llena de geniales y audaces propósitos que casi nunca se llevan a cabo, pero en los que nunca falta la ilusión.

La llegada de los Reyes Magos a todas las casas en la noche del 5 al 6 de enero es mágica y se produjo después de que Melchor, Gaspar y Baltasar recorriesen las calles de Pontevedra en la tradicional y multitudinaria cabalgata.

En las cartas de los más pequeños, y los que no lo son tanto, nunca faltan aquellos juguetes tradicionales que se dejan ver en la calle en el festivo. Así ocurrió este sábado, cuando los niños aprovecharon el buen día para disfrutar de sus bicicletas, patinetes, carritos de bebés para muñecas... que año tras año repiten en las sacas gigantes llegadas de Oriente.

A Olivia le trajeron su primera bicicleta, con ruedines, eso sí, lo que no le impidió competir con su hermano mayor, que pilotaba una de montaña.

También se pudieron ver en manos de los niños los míticos “walkie talkie”, tan de moda en la década de los ochenta.

El carácter peatonal de la ciudad, con las calles y plazas a disposición casi exclusiva de los menores, animaron a las familias a salir de casa antes de celebrar la tradicional comida de Reyes.

Hay que recordar, asimismo, que desde el Concello de Pontevedra se trabaja para que cada Navidad ningún niño se quede sin su regalo del día 6. Lo hace facilitando a la ciudadanía su participación en el programa (EN)volve, a través del cual la ciudadanía se convierte en cómplice de los Reyes Magos con una aportación en regalos. Desde el gobierno local destacan la implicación de los vecinos del municipio, ya que en esta décima edición han sido 335 los que se han animado a hacer realidad los sueños de otros tantos niños para que su noche fuese mágica.

Colas en las confiterías

Además de por los juguetes, la jornada del 6 de enero también destaca por el roscón de Reyes, un postre que no falta en las mesas.

En las pastelerías y panaderías de la ciudad se formaron algunas colas para recoger los encargos, ya que los clientes más previsores, para no quedarse sin el roscón, ya habían hecho sus peticiones en días anteriores.

El precio medio del kilo se movió entre los 20 y los 22 euros, tal y como pudo saber FARO tras hablar con algunos de los establecimientos de la ciudad.

En la histórica confitería Solla y en Acuña, a 22 euros el kilo, indican que las que más se venden son siempre la tradicional sin relleno y la de nata. En A Devesa, por ejemplo, el kilo de rosca se venció a 20 euros y la más vendida, sin duda, fue la un kilo sin relleno.

En cualquier caso los precios subieron en todas ellas respecto al año pasado, cuando la media se movía entre los 18 y los 20 euros.

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