Contra el alcohol: hablar y escuchar

El grupo de Alcohólicos Anónimos de As Lagoas celebró sus 31 años de historia con una jornada de reuniones abiertas, a las que pudieron sumarse familiares y público general

Integrantes de Alcohólicos Anónimos y familiares, en una reunión abierta.

Integrantes de Alcohólicos Anónimos y familiares, en una reunión abierta. / IÑAKI OSORIO

Manuel se acercó por primera vez a Alcohólicos Anónimos en 2009. “Eché dos meses yendo a reuniones, pero lo dejé y me fui al desastre”, recuerda. Dos años después, volvió a intentarlo, pero tampoco funcionó. “Hasta que en 2013 llegué y me quedé, a la tercera fue la vencida. Antes iba a bares y perdía el tiempo bebiendo aquí y allí, y ahora voy a las reuniones y me sobra mucho tiempo. Este grupo lo cambió todo para mí, es una nueva vida”, apunta.

La suya no es una historia única. De hecho, en Alcohólicos Anónimos la mayoría de los relatos se parecen entre sí. “Aquí compartimos experiencias y te sientes identificado. Yo creía que solo yo tenía este problema, pero cuando escuché a otros hablar de sus historias, sentí que hablaban de mí”, asegura. Manuel había tocado fondo, “muy fondo”, y en 2013 ya solo le quedaba la esperanza de que acudir al grupo le permitiese recuperar su vida. “Poco a poco empecé a ver, porque antes veía muy borroso, y la mente empezó a aclararse, a espabilar. Hablando con los compañeros las palabras fluían. Fuera de ahí, a veces me cuesta escuchar de verdad a la gente, pero con los compañeros los escucho al 100%, es una atracción, como dos imanes. Hablar y escuchar es lo que nos nutre, lo que nos ayuda a poder hacer una vida más completa”, resalta.

El grupo al que pertenece cumplió ayer 31 años, en una jornada especial dedicada a darse a conocer entre la población. Asegura que numerosas familias y personas se acercaron a lo largo del día a la sede, en As Lagoas, para conocer el funcionamiento de la asociación. Por la tarde, el local acogió una reunión abierta, una modalidad a la que pueden asistir familiares de los alcohólicos. “Es una ocasión para entender y saber cómo funciona la recuperación en boca de otros, lo que les permite conocer más la situación que está pasando su familiar”, destaca. Alrededor de medio centenar de personas acudieron a la reunión, en la que también estuvieron presentes integrantes de Alcohólicos Anónimos de Vigo, Santiago, A Coruña o Pontevedra. “Al acabar hicimos una sesión de información pública, abierta a más gente, en la que también había médicos y asistentes sociales”, detalla Manuel.

El proceso

El grupo de As Lagoas se reúne tres veces por semana, aunque no todos los integrantes acuden a las tres citas. “Hay gente que igual viene dos días, uno como mínimo si que viene todo el mundo”, comenta Manuel. La filosofía de Alcohólicos Anónimos, que entiende el alcoholismo como una enfermedad mental, no incluye órdenes o pautas de conducta para las personas que llegan. “No decimos lo que hay que hacer, nunca”, asegura Manuel, que señala la dificultad de decidir cambiar de vida. “Nadie quiere admitir la derrota, nadie quiere admitir los cambios. Es muy difícil mudar una conducta en cualquier ámbito de la vida, y cuando alguien te dice que lo tienes que hacer te enfadas, te rebotas. Hasta que la propia persona no se levanta en una reunión y se presenta como alcohólica, no empieza el proceso”, explica.

En ese sentido, pone en valor el nivel de unión de los miembros del grupo, clave para la recuperación individual. “Igual que un móvil necesita que lo cargues por la noche para empezar el día con batería, nosotros nos cargamos reuniéndonos y escuchándonos, y eso es lo que luego te permite hacer tu vida”, detalla. Manuel asegura que aunque al principio no es fácil abrirse -él mismo intentó tres veces formar parte de Alcohólicos Anónimos hasta que consiguió cambiar de vida-, quien se queda descubre rápidamente “el cariño y el amor” de todos los compañeros. “Esto es para quien lo quiere, no para quien lo necesite, lo necesitan muchas personas que no tienen alcoholismo, de hecho”, resume.

El grupo de As Lagoas se reúne los martes, los jueves y los sábados, y Manuel deja una invitación en el aire a toda persona que quiera intentar iniciar su proceso de recuperación del alcoholismo.

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