El PSdeG pretende negociar con el BNG para que caiga Baltar y Jácome gobierne en minoría

La ejecutiva gallega socialista “no hablará” con el líder de DO, pero esperan que “facilite” un gobierno alternativo al PP en la Diputación | El Bloque en la disyuntiva: ganar peso en la Diputación o que siga el “baltarismo”

Luís Seara (BNG) y Rafael Villarino (PSOE), en la sesión de investidura del 2019. |   // B. LORENZO

Luís Seara (BNG) y Rafael Villarino (PSOE), en la sesión de investidura del 2019. | // B. LORENZO / A.G.T.

¿Con quién quiere bailar el PSdeG? Parece que la respuesta está clara. Quiere agarrar de la cintura al BNG para acompasar los primeros ‘básicos’ de un tango que todavía no tiene coordinación, pero sí una propuesta clara: facilitar el gobierno de Jácome al frente del Concello de Ourense para centrar todos los esfuerzos en que caiga el “baltarismo” de la Diputación. Los socialistas entienden que deben elegir, no pueden conseguir tumbar a Baltar y Jácome al mismo tiempo por una cuestión aritmética y si tienen que elegir, prefieren apartar al PPdeG de la Diputación de Ourense. Al menos, esa es la primera intención.

Sin tropezar con los primeros acordes, los socialistas buscan hacerse con el gobierno provincial y para ello necesitan, como mínimo, a los nacionalistas en este baile. La propuesta que manejan desde la ejecutiva gallega es que “no negociarán con Jácome”, pero si lo harán con los nacionalistas para formar una alternativa en la Diputación. Sin embargo, para que todo salga, necesitan a otro compañero de baile, a Jácome.

El líder de DO es el factor diferencial en la composición de una Diputación sin Manuel Baltar porque los diputados de PSOE (7) y BNG (3) no suman mayoría y los de DO (3) son indispensables en esta aritmética, emanada de las urnas en las pasadas elecciones al no obtener el PP la mayoría absoluta en el ente provincial (12 de 25).

Esta será la hoja de ruta que podría aprobar hoy la ejecutiva gallega socialista para la Diputación y el Concello de Ourense. Para ello tienen que bailar primero en el Consistorio ourensano: no presentar ningún candidato, no alinearse con el PP y convencer al BNG, para que sea investida la lista más votada y gobierne Pérez Jácome.

Ayer, el líder de DO se sumaba a la coreografía diciendo que “Gonzalo Jácome pacta con el demonio si trae el cielo para Ourense”, sobre la posibilidad de que le dejen gobernar y hacer una coalición en la Diputación de Ourense. Pero ya se sabe, que Jácome tiene ‘pasos libres’.

Una que vez ambos faciliten el gobierno del Concello, saltaría la música a la Diputación, donde ahí pretenden hacerse con el bastón de mando de la mano del BNG y con el aval verbal (o escrito) de Gonzalo Jácome, ya que los votos de este en el ente provincial son esenciales.

El socialismo gallego prima el ente provincial, sobre el gobierno municipal, y espera que el BNG comparta este criterio. Aceptarían la victoria de Jácome en las urnas, pero se niegan a perder otra “oportunidad histórica” para derrocar a Baltar de la Diputación de Ourense. Mover los pies al ritmo de la música de la negociación es importante en la construcción del relato, pero para ello necesitan que los nacionalistas les agarren fuerte. En el núcleo del socialismo gallego ven posibilidades de bailar sin tropezar, para evitar caerse como hicieron en las últimas municipales de 2019, donde a pesar de la lista más votada en el Concello y conseguir hasta 9 diputados en el ente provincial, se quedaron sin una y sin la otra.

En el seno del PSOE provincial, la idea era sentarse a negociar con BNG y DO por la caída del baltarismo, pero fueron desautorizados por la ejecutiva gallega del PSdeG que determinó que “con Jácome no” y que las reglas las marcaban los órganos superiores del partido en Galicia.

La disyuntiva nacionalista

¿Facilitar un gobierno de Jácome y ganar peso en la Diputación sin Baltar? ¿Ser parte (incluso alcalde) en un tripartito en el Concello de Ourense, haciendo que Baltar siga en la Diputación? ¿Enfocarse en las generales y las autonómicas de 2024? Todas estas preguntas saltarán a la palestra del Consello Nacional del próximo sábado que celebrarán los nacionalistas, sin saber muy bien cómo enfrentarse a la disyuntiva que les planteará el socialismo gallego. Si optar por bailar agarrados con PSOE (y DO) para derrocar a Baltar o tender la mano al PP y al PSOE para evitar que Jácome sea alcalde.

La música de la negociación acaba de empezar, pero en el baile siempre se puede cambiar de pareja, aunque la música siga sonando, una, dos e incluso tres veces.

Rueda “seduce” a Pontón y evita responder sobre el presidente del PP de Ourense

“Hablo en serio, señora Pontón, en ningún caso apoyaremos al actual alcalde. Ya que ustedes también defienden que no lo apoyarán, sean coherentes y apoyen a la segunda lista más votada en las elecciones municipales en la ciudad de Ourense”. Ese fue el alegato en forma de propuesta que el presidente del PPdeG, Alfonso Rueda, lanzó a la líder nacionalista, para que el BNG permita que Manuel Cabezas (PP) sea alcalde con su apoyo y el de los socialistas.

Más que una postura concreta sobre el devenir de un futuro pacto a tres en el Concello de Ourense, pareció un globo sonda para que se pronuncien los nacionalistas. El PP se considera “legitimado” para liderar una alternativa con Cabezas en el Concello, a expensas de su posible continuidad o no debido al mal resultado electoral, y dejar correr el tiempo para que el PP gobierne la Diputación.

Pedro Sánchez, resultados electorales, comicios generales o consejos para preguntas directas. Esos fueron los argumentos del presidente del PPdeG al ser preguntado por la situación de Manuel Baltar (por los audios difundidos y el juicio penal por ir a 215 km/h), evitando contestar, como hizo Paula Prado en una entrevista radiofónica. Voces populares, como adelantó FARO, buscan una salida negociada de Manuel Baltar, de la que de momento no trascendieron más que rumores y suposiciones.El PPdeG tiene encima de la mesa el “gobierno de mayorías”, como explicó FARO, con el que puede seducir a Jácome. A Jácome no le hace Baltar, pero a Baltar (o el PP) si Jácome.

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