La asamblea del Náutico avala una directiva continuista presidida por Jacobo Abel Soliño

“Continuistas en lo bueno, porque creemos en el proyecto, y lo malo lo vamos a cambiar”. Es el mensaje del nuevo presidente del Club Náutico Rodeira, Jacobo Abel Soliño Hermida, al frente de una directiva en la que figura como tesorero su antecesor, Juan Rodríguez Llanos, y que fue avalada en la asamblea de socios celebrada el sábado por la noche en la sede del club. Soliño encabeza la única candidatura que concurrió a las elecciones –los socios críticos no presentaron lista– y fue avalada por 48 de los 52 carnés presentes, mientras los cuatro restantes se abstuvieron. Liquidar la deuda del club y volver a optar a subvenciones, pero sin depender de ellas, conseguir de nuevo la concesión del puerto, reconducir economicamente las secciones deportivas, recuperar la cafetería e impulsar el club social aumentando los socios en lugar de subir las cuotas son algunos de los objetivos fijados por los nuevos gestores.

El nuevo presidente repasó la historia del Náutico Rodeira y el trabajo de sus sucesivas directivas, hasta la última encabezada por Llanos, del que dijo que “lo queremos con nosotros porque ha hecho cosas bien y queremos mejorar las que ha hecho mal”, porque no ha puesto pegas a la presentación de las cuentas, a pesar de las dudas de algunos socios, y porque “controla la gestión deportiva y lo conocen en la Xunta”, entre otros argumentos que avalan su continuidad en el equipo directivo, que se renueva en los demás puestos. “¡Confiad en nosotros para sacar esto adelante!”, reclamó.

El plan de viabilidad pasa por el puerto deportivo, a cuya licitación volverá a presentarse el Náutico Rodeira. Esperan lograr que el 100% de los usuarios sean socios del club en el período 2024-2028, y para ello tienen que percibir las ventajas de serlo. También la reapertura de la cafetería, cerrada desde hace más de un año, la renovación de pantalanes, la compra de material deportivo o la promoción del deporte náutico con apoyo institucional son otros objetivos a corto plazo.

Las cifras de ocupación, que se acerca al 80% en temporada baja y llega al 100% en verano, el número de tránsitos –una media de 900 al año– y el atractivo y la pujanza de O Morrazo y de la actividad náutica hacen pensar en un futuro prometedor, subrayan desde la nueva directiva, que se compromete a celebrar una nueva asamblea en un plazo de entre 90 y 180 días para explicar los pasos en esa dirección.

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