Llanos se explica ante la asamblea del Náutico y deja la impresión de que volverá a presentarse

Más de medio centenar de socios acudieron a la convocatoria, donde la Asamblea de Afectados por la Gestión del Club no compareció. El presidente asegura que la nueva concesión de Portos del puerto deportivo es la salvación

Foto de archivo de una asamblea del Náutico Rodeira, celebrda en el salón de plenos del Concello. |   // FDV

Foto de archivo de una asamblea del Náutico Rodeira, celebrda en el salón de plenos del Concello. | // FDV / Juan calvo

A pesar de los ataques recibidos y la grave situación económica por la que atraviesa el Club Náutico Rodeira, su presidente, Juan Rodríguez Llanos no descarta presentarse a la reelección. Los socios (más de cincuenta y después de muchas asambleas en la que apenas había diez personas) que estuvieron en la última asamblea salieron de la misma con esta impresión , ya muy cerca de la medianoche. Quien no compareció, al menos no se escuchó su voz, fue la Plataforma de Afectados por la gestión del Club Náutico Rodeira. Se esperaba su presencia, era una oportunidad para darse a conocer, para exponer sus ideas y hacer públicas sus críticas ante la directiva y el presidente al que tanto criticaron en los últimos meses. Hubo algún comentario crítico, pero lejos de las acusaciones que vertió la mencionada plataforma, que incluso había mencionado la posibilidad de acudir a los tribunales. Muchos socios pensaban que era el momento para “pelear” la candidatura. Porque tras lo visto este fin de semana queda la duda de si la plataforma presentará una candidatura alternativa.

En la asamblea, la directiva explicó que en el plazo de seis meses, gane quien gane las elecciones que tendrán lugar el próximo día 25, se tendrá que celebrar otra asamblea para comprobar como transcurre la situación de club, que en opinión de Juan Rodríguez Llanos, su futuro está ligado a que la Xunta de Galicia vuelva a conceder al Club Náutico la cesión del puerto deportivo. Pero por mucho deseo que tenga la Xunta de Galicia, lo cierto es que hay unos pliegos de condiciones en los que se basará el concurso y es de ello de lo que de verdad va a depender la entidad náutico, no de las buenas palabras, que sí que es cierto que las hay. Pero para no hacer sufrir a los clubes gallegos, que en su mayoría tienen las concesiones de los puertos deportivos, deben desaparecer del pliego de cláusulas las condiciones tan leoninas impusieron en la anterior ocasión y que en gran medida son responsables de la deuda.

Juan Rodríguez Llanos explicó que para fraccionar el pago de la deuda con la agencia tributaria gallega, 118.000 euros, su directiva pone como aval la sede del club y también el material deportivo propiedad del club. El fraccionamiento de la deuda seria por 5 años. Mientras se mantenga la deuda del club con la agencia tributaria gallega, no podrá percibir ayudas oficiales. Es un pez que se muerde la cola, un bucle del que es difícil salir. Para casi todos, Portos de Galicia debe dejar de ser ese mero recaudador de dinero público, que hace, por ejemplo, que las tasas de las terrazas que ocupan terrenos que están dentro de su competencia sean tan elevadas, pese a estar situadas encima de aceras construidas por el Concello y alumbradas por farolas también instaladas por la administración municipal.

Una empresa para cursos que la oposición pone en entredicho

En la asamblea tambie´n se aprobó una estimación de gastos para el año 2024. Con respecto a las actividades deportivas la cifra se acercaba mucho a los 90.000 euros y el puerto deportivo a más de 200.000 euros. La situación del club es caótica en estos momentos. No solo no pueden recibir subvenciones públicas, sino que no disponen ni de dinero para las equipaciones del club. La mayoría de los socios esperaban más explicaciones por parte de la junta directiva. Hay que mencionar que la asamblea se celebró en la semana en la que se quitó del puerto deportivo la caseta que era propiedad de una empresa del presidente de la entidad deportiva y que servía para atender todos lo relacionados con los cursos de formación que impartía. Teóricamente formaba pare del acuerdo de club de externalizar las escuelas deportivas. La citada empresa pagó al club 49.600 euros por una concesión de 7 años, que teóricamente dejaría a la empresa unos beneficios de entre 11.000 y 13.000 euros al año. Esas 49.600 euros sirvieron para pagar las reclamaciones ejecutivas de la hacienda gallega. Los estatutos del club señalan que el presidente y directivos no pueden tener relaciones económicas con el club.

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