Ya no hay presos para los calabozos de los concellos

Solo Moaña conserva intacta su celda y es motivo de visita para los escolares que participan en el programa “Aprende Moaña”

Niños de Tirán disfrutan de la visita al calabozo moañés.   | // FDV

Niños de Tirán disfrutan de la visita al calabozo moañés. | // FDV / Cristina González

Los calabozos de las Policías Locales en los Concellos de O Morrazo ya son cosa del pasado y el único que lo mantiene intacto, aunque desde hace tiempo sin presos, es el de Moaña, en lo que serían las “mazmorras” de la casa consistorial. El calabozo de Cangas se ha convertido en un almacén, en donde se guardan todo tipo de utensilios municipales y en Bueu, el jefe de la Policía local ya ni se acuerda en donde estaban las rejas en el Concello. Ya no hay presos que llevar a los calabozos municipales que en Moaña se ha convertido en un atractivo para los niños en el programa “Aprende Moaña”.

El Concello de Moaña retomó a finales de noviembre el programa “Aprende Moaña” con los colegios para que los niños conozcan su municipio. En ese recorrido que hacen por la localidad, una de las paradas es la Casa Consistorial, en donde además de compartir un saludo con la alcaldesa y miembros del equipo de gobierno, visitan las dependencias y llegan hasta los calabozos, que se han convertido en uno de los grandes atractivos del recorrido. El pasado día 26, alumnos del colegio de Tirán disfrutaban tras las rejas y recordaban otras épocas cuando las policías locales ejercían de auténticos “sheriff” y los calabozos se llenaban prácticamente a diario de detenidos. La Guardia Civil tomó después el relevo debido a la falta de medios en las policías locales y desde hace unos años, todos los detenidos ya se entregan a la Benemérita, que tiene cuartel con calabozo en Cangas, y que es la que se encarga de trasladarlos al Juzgado.

Niños de Tirán disfrutan de la visita al calabozo moañés.   | // FDV

El calabozo de Moaña en el sótano del Concello. / G.N.

El calabozo del Concello de Moaña es el único de todos los concellos de O Morrazo que sigue en pie, con su puerta enrejada, su cama, colchón y manta, aunque ya no hay presos que llevar, tal y como señala el jefe de la Polciía Local, Lois Casás, ya que ahora todos los detenidos se ponen a disposición de la Guardia Civil. Puede que en algún momento dado se haya utilizado en el último año, pero de manera muy provisional porque en ese momento la Guardia Civil no podía recoger a la persona detenida.

El calabozo del Concello de Moaña.   | // GONZALO NÚÑEZ

Escolares de Tirán, de visita en el calabozo de Moaña. / Fdv

El calabozo de Moaña además es muy inoperativo porque, tal y cómo se diseñó el Concello, asegura el jefe policial, se encuentra en el sótano, lejos de la comisaría. La vigilancia cuando había un detenido se tenía que hacer a través de cámara de vídeo, de ahí que no fuera muy operativo. Casás reconoce que ahora la colaboración con la Guardia Civil es total, están más unifiados ambos cuerpos, y todos los detenidos se entregan a ella., como es el caso de la persecución de la violencia de género.

El jefe de la Policía de Cangas muetsra el antiguo calabozo, hoy almacén.

El jefe de la Policía de Cangas muetsra el antiguo calabozo, hoy almacén. / GONZALO NUÑEZ

Por lo que respecta a Cangas, el inspector jefe de la Policía Local, Alberto Agulla, asegura que el calabozo ya no existe como tal, y se convirtió en un espacio que se utiliza como almacén para el área de Medio Ambiente. Además indica que las dependencias policiales ya no están en el edificio principal, sino en las del centro social.

No puede precisar cuánto tiempo puede llevar inoperativo, peor por lo menos dos décadas, desde que empezó la colaboración con la Guardia Civil y todas las detenciones pasan a ellos.

En Bueu, en donde solo hay comisaría de Policía Local, a falta de que concluyan la gestiones para recuperar el puesto de la Guardia Civil, no hay, sin embargo, calabozos, como señala su jefe de Policía, Benito Pouso “Chicho”. Hay que acudir a las reseñas históricas para acordarse de lo que antes llamaban el depósito municipal y cómo en 1933 habían sido detenidos, a requerimiento del alcalde, Luis Jesús Prieto García, los integrantes de la comparsa “Los campesinos” y vecinos de Cela, que sí pasaron por aquel depósito en el Concello.

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