Más de cien personas que no saben leer ni escribir lograron trabajo en Vigo en un mes

Es el primer contrato laboral que han firmado

El porcentaje de analfabetismo entre los trabajadores, a la baja los últimos años

El mercado de trabajo de Vigo continúa reservando un hueco para aquellas personas sin ningún tipo de formación. Más concretamente, para los que no saben ni leer ni escribir. Desafortunadamente, el analfabetismo está todavía incrustado en algunas capas de la población por las dificultades que han tenido desde pequeños al acceso a la educación. Pero muchos de ellos consiguen un empleo. Sin ir más lejos, el pasado mes de febrero, 118 vigueses analfabetos firmaron su primer contrato laboral según los datos hechos públicos por el Instituto Galego de Estatística (IGE), de los que 84 fueron hombres y 34 mujeres.

La gran mayoría de ellos consiguen insertarse en el mercado de trabajo mediante algún puesto de baja cualificación en la industria o el sector servicios. Hay que apuntar, no obstante, que el porcentaje de población analfabeta que logra acceder a un puesto de trabajo va a menos en los últimos tiempos. En el mismo mes del año pasado fueron casi doscientos los vigueses que no sabían leer y escribir los que lograron un puesto, una cifra considerablemente superior.

Hay que tener en cuenta que Vigo cuenta con múltiples recursos para aquellas personas que nunca han recibido educación reglada. El propio Concello de Vigo ofrece enseñanza básica de alfabetización a todas las personas mayores que necesiten adquirir técnicas básicas de lectura, escritura y cálculo. También la ONG Asdegal (Acción Solidaria de Galicia) cuenta con un programa de integración social con clases de alfabetización social para adultos que se imparten los martes y los jueves en el centro municipal de Teis. Algunas empresas que contratan a personas que no saben leer ni escribir también ofrecen cursos de alfabetización para que estos empleados puedan manejarse mejor y tener mayores perspectivas de futuro.

Brechas

Hay que tener en cuenta que las personas con una menor formación son las que menos posibilidades tienen de acceder al mercado laboral. Prueba de ello es que según refleja la estadística del IGE, de los 6.938 contratos de trabajo iniciales firmados en Vigo el pasado mes de febrero, 4.271 fueron firmados por personas que tienen estudios secundarios (ESO, FP media, etc), seguidos de los que cuentan con estudios superiores y, por último, los que solo completaron Primaria y los que no han recibido nunca ningún tipo de enseñanza.

La brecha de género está presente también en estos ámbitos. Y es que la gran mayoría de primeros contratos laborales suscritos el pasado mes de febrero en Vigo a personas con algún tipo de estudio los firmaron hombres. Por ejemplo, 2.600 puestos destinados a personas con educación superior fueron a parar a ellos y únicamente 1.671 a ellas, una brecha que parece que apenas se reduce en los últimos años.

Por otro lado, hay que apuntar que Vigo se ha convertido no solo en un importante destino turístico a nivel global, especialmente durante el verano y la época navideña, sino que también se ha consolidado como un polo de atracción laboral y no únicamente para personas procedentes de los municipios del entorno. Y es que los datos confirman que en la ciudad olívica cada vez son más los extranjeros que están afiliados a la Seguridad Social o, lo que es lo mismo, que están trabajando.

La población laboral foránea que está desarrollando actividad laboral en Vigo ha crecido aproximadamente un 20% en los últimos años, concretamente desde el inicio de la pandemia. Concretamente, hay más de mil nuevos afiliados a la seguridad social en Vigo procedentes de otros países respecto al año 2020. Hay que tener en cuenta el peso de la población foránea en el conjunto del mercado laboral vigués, pues representa el 5% del total de las personas que residen en Vigo y que están dadas de alta en la Seguridad Social.

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