Entrevista | Alberto Garrido Oncólogo del Chuvi

“El infradiagnóstico es frecuente en el cáncer de ovario; se detecta en estadios avanzados”

El facultativo imparte una charla titulada “Cáncer en la mujer” mañana en la sede de la Asociación de Veciños de Beade

El doctor Alberto Garrido.

El doctor Alberto Garrido. / FdV

Carolina Sertal

Carolina Sertal

Casi 400 tumores de mama, 73 de cuerpo uterino, 38 de ovario y 29 de cérvix. Son los datos de los procesos oncológicos que afectaron específicamente a las mujeres en el área sanitaria de Vigo en el año 2022, compilados en el Rexistro Galego de Tumores. Precisamente, el cáncer en la mujer es la temática que abordará el oncólogo del Complexo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi) Alberto Garrido en la charla que impartirá mañana, a partir de las 19.00 horas, en la sede de la Asociación de Veciños de Beade.

–¿Cuáles son en la actualidad los tumores más frecuentes entre la población femenina?

–El más frecuente continúa siendo el de mama, pero le siguen otros que también son muy habituales en hombres, como el de colon, que es el segundo más frecuente tanto entre hombres como mujeres y, en tercera posición, entre las mujeres está el de pulmón. Aunque también existen otros que les afectan más específicamente como los de cérvix, endometrio y ovarios, de todos ellos, el de mama sigue siendo el más prevalente.

–En los últimos años los procesos oncológicos han experimentado un importante repunte, ¿también se detecta entre los que afectan a las mujeres?

–Es cierto que hay una cierta tendencia al aumento del número de cánceres detectados al año, pero también, por suerte, hay un incremento de la supervivencia en la mayor parte de las pacientes afectadas por estos tumores. En el caso del cáncer de mama, se debe principalmente al diagnóstico precoz, gracias a los programas de cribado como el de las mamografías bianuales que está establecido en mujeres de 50 a 69 años; el de colon también tiene su programa específico de cribado y luego, en otros casos, como puede ser el de ovario, el aumento de la supervivencia se debe a los nuevos tratamientos que han aparecido, mientras que, en el de cérvix, la vacuna que en su momento se estableció ha permitido disminuir mucho con el paso de los años la aparición de tumores en el cuello del útero, al haberse erradicado o disminuido la afectación por el virus del papiloma. Además, hay un cribado en el que se efectúan citologías a las mujeres y se ha demostrado que ha aumentado la supervivencia.

–¿Cómo ha cambiado el perfil?

–Hay un porcentaje importante de pacientes jóvenes, pero la mayor parte siguen siendo de edad avanzada, ya que uno de los mayores factores de riesgo para desarrollar un cáncer es precisamente tener una mayor edad. Hay más posibilidades de que las células se malignicen porque haya un error en el código genético cada vez que las células se dividen, pues al copiar puede cometer errores en la transcripción y malignizarse de forma descontrolada. En las pacientes más jóvenes el tipo de tumor es diferente al de las mayores, predominan otras estirpes que suelen ser más agresivas y que nos hacen sospechar que existen causas genéticas, por lo que hay que investigar en la historia familiar

–¿Existe el infradiagnóstico en las pacientes oncológicas?

–Es un problema que es frecuente, por ejemplo, en el cáncer de ovario, ya que como los síntomas iniciales son poco específicos se detecta en estadios avanzados, aunque también estoy seguro de que en cierta medida influye la perspectiva de género en relación con cómo abordamos este tipo de tumores y las quejas de salud de las mujeres. Evidentemente, depende del caso, pero existe ese elemento de no investigar lo suficiente una queja crónica porque se atribuye a otras causas, si bien también puede ocurrir en varones. En otros casos, como el cáncer de endometrio, este se diagnostica en fases muy iniciales, ya que las mujeres detectan pronto que los sangrados no tienen nada que ver con los menstruales, son continuos y suele llevarse a cabo una exploración ginecológica, por lo que se detecta en estadios precoces.

–¿Cuáles han sido los principales avances en el ámbito oncológico, incluyendo los vinculados a tumores específicamente femeninos?

–Ha habido muchos avances en el tratamiento de todo tipo de tumores. En el caso del cáncer de mama se ha incorporado la inmunoterapia, hay fármacos específicos contra ciertos mecanismos moleculares que emplean las células tumorales para dividirse, como los inhibidores de ciclinas o los iPARP, otra molécula dirigida a una alteración que tienen algunos tumores de ovario. También hay anticuerpos monoclonales que llevan asociada una quimioterapia que permite al anticuerpo unirse a la célula tumoral e introducir la quimioterapia. Hay nuevos abordajes y en el Cunqueiro hay algunos ensayos clínicos abiertos para probar algunos de estos fármacos.