Gran Vigo

Vigo pulveriza todos sus récords de turismo: medio millón de visitas y roza el millón de pernoctas

Los turistas extranjeros crecen un 50% pese a la escasez de conexiones

La Navidad vuelve a superarse con 70.000 visitantes en diciembre, un 20% más

Solo las pernoctas nacionales no logran el mejor dato histórico

Turistas durante un free tour de las Luces de Navidad de Vigo

Turistas durante un free tour de las Luces de Navidad de Vigo / Alba Villar

Víctor P. Currás

Víctor P. Currás

El mes de diciembre se consolida como la temporada alta para el turismo en Vigo y lo hace a lo grande. Los datos del Instituto Nacional de Estadística certifican el 2023 como el año de los récords en la ciudad para visitantes y pernoctaciones en nacionales, extranjeros y totales. En total 524.949 personas durmieron en los establecimientos hoteleros de la ciudad; lo que supone un 14,7% más que en un 2022 que también fue el mejor de la historia.

Lo hace con 337.510 españoles (alza del 1,9% pese a varias caídas en todo el año) y 187.439 internacionales, casi un 50% más. En las pernoctaciones también anota un doble récord al rozar el millón en total (977.449 y 7,38%) y en los extranjeros con 326.289 noches registradas. Solamente el turista nacional cae hasta su tercer mejor registro (tras 2019 y 2022) con 651.160 pernoctas.

El superar la barrera simbólica del medio millón de visitas –anticipada por FARO este verano– lo sitúa en los puestos de honor del noroeste peninsular por detrás de Bilbao (1,12 millones), Santiago de Compostela (934.337), San Sebastián (908.668) y rozando el empate técnico con Oviedo (526.311). A la capital asturiana la supera en los foráneos y pone tierra de por medio con Burgos, A Coruña, León, Gijón o Sanxenxo como punto turístico de referencia.

Conviene destacar que los datos de la Coyuntura Turística Hotelera del INE no tienen en cuenta ni los más de 1.200 alojamientos turísticos de la ciudad ni el impacto en el área metropolitana. Y es que, a diferencia de otras ciudades que capitalizan casi toda la oferta hotelera de su entorno, municipios como Baiona, Nigrán, Cangas o incluso Sanxenxo y O Grove comparten turistas con Vigo.

Y aunque en 2023 el aeropuerto de Peinador recuperó la ruta a Londres (34.730 viajeros en nueve meses) y el puente aéreo con Madrid sigue al alza, la conectividad a nivel internacional es casi nula.

Ni siquiera el mercado portugués (45% de los foráneos en 2022) cuenta con alternativas viables al coche con los inconvenientes que ello provoca en la ciudad. Es por ello que la mayoría de visitantes llegan a través de los aeropuertos de Santiago y Oporto, con el aumento de coste y el recorte en la duración de las estancias medias que ello provoca.

Un diciembre fuera de serie

Y es que Vigo puede presumir de un turismo plenamente desestacionalizado ya que solamente el mes de marzo –con una Semana Santa tardía– no logró su mejor dato histórico el pasado año. En esta serie sobresale diciembre con 69.819 visitantes; la cifra más alta de cualquier mes al superar notablemente los 56.942 de este agosto.

La ligerísima caída del turista nacional hasta los 38.912 españoles en los hoteles contrasta con el espectacular alza del 73% respecto a la edición anterior en los extranjeros, con 30.907. “El tirón de las luces es incontestable y es un fenómeno mundial” presumía el alcalde de la ciudad, Abel Caballero, al apuntar que el 44% de los que llegaron fueron extranjeros.

De esta forma, Vigo fue el séptimo destino peninsular durante ese mes, solamente por detrás de Barcelona, Madrid, Sevilla, Málaga, Granada y Benidorm. Entre los factores que han contribuido a ello destaca la enorme invasión lusa registrada los días que la climatología acompañó a la Navidad. Y es que a pesar de la llegada masiva de autobuses, no fueron pocos los que hicieron noche en la urbe.

Dentro de los datos del INE destaca también un nuevo récord en el personal empleado con 575 puestos de trabajo directos, un 9% más que en 2022. El aumento de los establecimientos (69), habitaciones (2.760) y plazas (5.244) ofertadas provoca un descenso en la tasa de ocupación media; aunque continúa por encima del 70% en varios indicadores.

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