El Centro de Formación y Empleo del Concello se estrena la próxima semana con 60 usuarios

Adquirirán conocimientos en digitalización y búsqueda de empleo

Ofrecerá módulos de habilidades sociales, autoestima o “mindfulness”

Se adaptará la oferta a las necesidades de los sectores productivos de la ciudad

Vigo ya tiene su nuevo Centro de Formación y Empleo: así luce.

Borja Melchor / Edgar Melchor

El nuevo Centro de Formación y Empleo del Concello, ubicado en el número 23 de la calle Alta, ya es una realidad. Luce en pleno Casco Vello bajo, a pocos metros de la sede de la Diputación, tras una inversión superior a 776.000 euros (con fondos europeos del proyecto EDUSI Vigo Vertical) que permitió recuperar un edificio ruinoso de 1928 utilizado antaño, en ocasiones, para drogadicción. Comenzará a funcionar la próxima semana con unos 60 usuarios repartidos en varios grupos que adquirirán competencias en digitalización y búsqueda activa de empleo, ámbitos a los que se añadirán después otros como atención sociosanitaria, perspectiva de género o mindfulness. Su objetivo: facilitar la entrada en el mercado laboral a personas en riesgo de exclusión. “La formación es fundamental, es la garantía del modo de vida”, resumió el alcalde, Abel Caballero.

Presume de un aula amplia en cada una de las dos alturas –con paneles móviles, podrán dividirse en dos cada una, por lo que resultarán cuatro–, dos espacios más pequeños para usuarios y dos mesas circulares con sillas en la planta baja, de acceso por la calle Alta, pero, más adelante, también por la Praza dos Pescadores. Dispone de ascensor y un baño adaptado a personas ostomizadas, uno de los compromisos adquiridos por la concejala de Benestar Social, Yolanda Aguiar, que visitó ayer el centro con el alcalde, la responsable de Urbanismo, María José Caride, la jefa del Servicio de Benestar Social, Paz Fernández, y arquitectos que firmaron el proyecto.

Fachada reformada hacia la calle Alta.

Fachada reformada hacia la calle Alta. / Alba Villar

La formación y los itinerarios laborales, cofinanciados con fondos europeos, ya se licitaron y adjudicaron por un importe de 160.000 euros. Se impartirán en lo que queda de año tres módulos: formación en atención sociosanitaria –600 horas–, contra la brecha digital de las personas mayores y vulnerables, y un tercero con siete ámbitos –competencias personales, habilidades sociales, autoestima, ciudadanía e integración, búsqueda activa de empleo, perspectiva de género y mindfulness, es decir, atención plena–. “El año que viene, con el presupuesto que tengamos, licitaremos nuevas formaciones”, avanzó Aguiar.

Fachada del centro 
hacia la calle Alta.

Planta baja del edificio. / Alba Villar

La concejala de Benestar Social destacó que “gran parte de las derivaciones a estos cursos las hacen las técnicas de inclusión social del Concello”, pero se ofrecen a cualquier persona en situación de vulnerabilidad social y económica. “Un caso nuevo que no conocíamos es el de gente que está cobrando una pensión de incapacidad y quiere formarse en competencias digitales”, apostillan desde este departamento municipal, a la vez que reconocen su “satisfacción” tras alumbrar este proyecto pionero porque permitirá mejorar la calidad de vida de los usuarios y ya beneficia al barrio tras coser una de las heridas de la zona vieja respetando los elementos protegidos –la fachada de piedra o las barandillas– y aproximándose lo máximo posible al proyecto original, del que se recupera la puerta de acceso al edificio, de madera, y la carpintería.

Interior de una de las aulas.

Interior de una de las aulas. / Alba Villar

Aguiar insta a los interesados en el centro a que llamen al teléfono de atención municipal 010. Añade que la intención del Concello es que el edificio también sea utilizado para realizar talleres, ya sean promovidos por el gobierno local o colectivos, y albergar formaciones de entidades. El objetivo: potenciar las capacidades para cubrir la demanda de los sectores productivos, con los que la administración local ya está en contacto para adaptar sus módulos: el resultado de esta colaboración público-privada se empezará a plasmar el próximo año en este nuevo espacio de la calle Alta, cuyo coste de rehabilitación se elevó por el encarecimiento de materiales.

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A la recuperación del edificio en ruinas, se sumará posteriormente la ampliación de la Praza dos Pescadores con la adecuación del acceso al Centro de Formación y Empleo por esta zona, gobernada ahora por la maleza, una construcción en estado ruinoso y una glicinia que será conservada y puesta en valor con una pérgola. En este momento, el Concello está en pleno proceso de expropiación.

“Se creará un espacio público y se reformará toda la plaza. Servirá de entrada principal porque, por la calle Alta –es muy empinada–, no se cumplen las condiciones de accesibilidad para las personas con discapacidad”, informó Yolanda Aguiar.

La edila de Benestar Social aprovechó la ocasión para avanzar que el centro de servicios sociales de la Praza da Princesa, cuya reforma está “terminada”, se inaugurará “próximamente”: “Queremos hacer la mudanza la semana que viene”.

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