Un sabroso viaje por todo el mundo sin salir de Vigo

En la ciudad olívica se pueden encontrar numerosas tiendas de alimentación con gustos de países tan variados como Marruecos, Venezuela, Ucrania o Rumanía

Mario C. Lourido

Nadie puede dudar que en la actualidad vivimos en una sociedad multicultural, ya no solo a nivel nacional, si no también a nivel local. A pesar de que Vigo no es una ciudad que se encuentre en el ranking de ciudades con la mayor cantidad de ciudadanos extranjeros de España, sí que es la ciudad gallega con mayor número de residentes foráneos. La comunidad internacional de Vigo contaba con más de 35.000 vecinos en el año 2022, lo que suponía más del 12% de los habitantes de la ciudad olívica. Pero esto no es lo más llamativo, pues en 2002 el colectivo extranjero de Vigo era de más de 16.000 personas, que equivalía a menos del 6% del total de los vecinos del municipio. Es decir, en veinte años, en la ciudad se ha duplicado la cantidad de residentes extranjeros mientras que el total de la población solo ha aumentado en 4.000 habitantes.

Esta gran afluencia de personas de otros países hace que Vigo se convierta en un auténtico crisol de culturas. Reflejo de esto es la multiplicidad de restaurantes, tiendas de alimentación, comercios y demás establecimientos que ofrecen productos y servicios propios de los países de origen de los dueños.

Establecimientos que no solo buscan el rédito económico, si no que también realizan una función comunitaria, social. Poder tener un lugar donde comprar los productos y alimentos con los que uno se crió supone también viajar momentáneamente al país natal, al verdadero hogar. Sin duda se trata de una de las mejores formas de poder combatir un poco la tan fastidiosa morriña. Y es que… ¿a qué vigués o viguesa en el extranjero no le gustaría tener un pedazo de su ciudad en su nuevo lugar de residencia?

Por si no fuera poco, son muchos los clientes que, curiosos, prueban los víveres de estas tiendas y quedan fascinados. Todas los locales consultados coinciden en una cosa, y es que la clientela de cada uno está formada por personas de varios países. Es decir, en una tienda especializada en comida marroquí, por ejemplo, no es de extrañar que haya clientes españoles, colombianos, senegaleses… Si el producto es de buena calidad, da igual el lugar de origen del mismo.

Pero no todo es de color de rosa. Este tipo de establecimientos se enfrentan a dificultades como trabas para poder traer los productos de los países de origen, problemas para conseguir determindas marcas debido a la guerra una guerra como es la de Ucrania o tener que programar sus existencias según la procedencia de sus clientes. 

“Cuando empezó todo lo de Ucrania tuvimos problemas para traer algunas cosas”

Victoria Yovenko

— Propietaria de Bogatir

Victoria Yovenko, con varios prodcutos eslavos.

Victoria Yovenko, con varios prodcutos eslavos. | // MARTA G. BREA

Justo en frente del Vialia se encuentra la tienda Bogatir. Una boutique especializada en todo tipo de productos de Europa del este, que abrió sus puertas hace menos de tres años. “Los productos que vendo en la tienda provienen todos de distribuidores ubicados en Madrid”, explica Victoria Yovenko, propietaria de lugar.

En el corto periodo que lleva abierto este establecimiento, Victoria ya ha sufrido las consecuencias de la guerra, e incluso supo sobreponerse a ellas. “Con lo de la guerra de Ucrania si que hubo muchas dificultades para traer ciertos productos rusos y ucranianos, los tuve que suplir con otros de países como Rumanía o Bulgaria. Ahora está todo más calmado”, abunda la propietaria.

Según Victoria, los eslavos que llevan en Vigo mucho tiempo no suelen comprar en la tienda ya que, “están adaptados a la dieta de aquí”. Los que sí compran bastante son aquellos que llevan aquí poco tiempo. “Al final es agradable poder comprar algo de tu país cuando te entra esa nostalgia”, comenta Yovenko.

“Aquí lo que más vendemos son los productos lácteos, en Europa del Este los hacemos muy diferentes a los de esta parte de Europa. Por ejemplo, nuestro requesón es imposible encontrarlo igual en España”, explica la encargada. Ella misma cuenta que los españoles son un porcentaje importante de su clientela: “A los de aquí les encantan los productos cárnicos, sobre todo los embutidos ahumados”. La dueña de Bogatir confiesa que trae muchas viandas de Polonia y Alemania, porque al estar en la Unión Europea es más fácil adquirirlas. “Algunos productos polacos tienen las mismas recetas que los de Ucrania. En Alemania hay muchas marcas que conservan el nombre soviético debido a las grandes comunidades de eslavos que hay allí”, puntualiza Victoria.

“Me lancé porque éramos muchos los latinos que vivíamos aquí y sin esta oferta” Alberto Subero es un venezolano que lleva más de una década en España. Él era chef de un restaurante en

Alberto Subero

— Propietario de Alberto´s Vigovenez

Alberto Subero, con una caja de cambures.   | // JAVIER TENIENTE

Alberto Subero, con una caja de cambures. | // JAVIER TENIENTE / Mario C. Lourido

Alberto Subero es un venezolano que lleva más de una década en España. Él era chef de un restaurante en su país natal, por lo que cuando llegó a Vigo, comenzó trabajando en el sector de la hostelería. Rápido vio que eso no era lo que quería hacer y aprovechó una oportunidad de mercado para abrir su propia tienda de alimentación, centrada en productos de Latinoamérica. “En aquel momento éramos muchos los latinos que vivíamos aquí y casi no había tiendas como estas”, comenta Alberto.

Como otros comercios de alimentación cuenta con proveedores en las grandes ciudades españolas: “La mercancía mayormente viene de Madrid, pero conozco distribuidores en Barcelona y Valencia también”, explica el propietario. Algo que también caracteriza a este tipo de tiendas es que traen productos según lo que vaya pidiendo la gente. “Hay clientes que vienen buscando una marca específica y si no la tengo, hago lo posible por traerla”, abunda el venezolano. En relación a esto, él cuenta que también pide los productos en proporción a la cantidad de clientes que tenga de cada país: “Tenemos productos de Venezuela, Ecuador, Colombia, Bolivia, Perú… pero por ejemplo no tenemos de Chile, aquí hay pocos chilenos ya que su economía es de las más fuertes de la zona sudamericana”, apunta. “Lo cierto es que si se traen víveres que nadie compra, estos caducan y supone una pérdida económica importante”, añade el tendero.

“Aquí lo que más se vende son las cosas venezolanas, el queso para las cachapas es bastante solicitado. Ahora los clientes vienen a por los aguacates de República Dominicana, no tienen nada que ver con los de aquí”, opina Alberto. El establecimiento cuenta con una variada clientela, no solo son los latinos los que compran aquí. Para que los compradores que no están tan familiarizados con este tipo de alimentos, es cuando Subero saca su lado de chef profesional. “Cuando viene gente de Vigo, por ejemplo, y se llevan harina para cachapas o cualquier otro producto que no sea común aquí, les comento las recetas que pueden hacer y cómo usar correctamente los ingredientes”.

“Vienen clientes de Cambados, Baiona o Santiago, pero también de otros países”

Getuta Alina Dumitru

— Propietaria de Alimentación Transilvania

Getuta Alina Dumitru, en su establecimiento

Getuta Alina Dumitru, en su establecimiento. | // ALBA VILLAR

Más de diez años de experiencia avalan a este establecimiento ubicado en la calle Pizarro. Su dueña, Getuta Alina Dumitru, comenzó este proyecto tras varios meses en el paro. “Estaba sin trabajo, pero había ahorrado dinero. Vi que no había tiendas como esta en Vigo y decidí emprender mi propio negocio”, explica.

Esta es otra de las tiendas que cuentan con proveedores en la capital de España. En este caso, al llevar tantos años con el negocio, tiene un contacto más cercano con algunos distribuidores. “Ya me conocen, yo puedo hablar con alguien de la empresa para que me intente buscar y enviar ciertos productos que son más difíciles de conseguir, es normal, al final ya es más de una década de relación comercial”, comenta la tendera, quien afirma que nunca se topó con problema alguno para traer estos víveres.

El hecho de no haber tantas tiendas como esta en la ciudad olívica hace que gente de otros lugares vengan a Vigo expresamente para comprar en Alimentación Transilvania. “Vienen de Cambados, Baiona, Santiago e incluso de A Coruña”, apunta Dumitru. Para ella este tipo de cosas hacen que le encante su trabajo: “La gente viene y me da las gracias, a mi eso me da una gran satisfacción”, añade. A pesar de que no venden por internet, si el comprador no puede acudir al local, y si es ya un cliente habitual, la misma encargada se ofrece a llevar personalmente las viandas.

“Aquí lo que más se vende es la carne ahumada y un tipo de harina especial para hacer un postre típico rumano llamado cozonac, es parecido al roscón de aquí”, explica Getuta Alina. Como en cada tienda consultada, este establecimiento cuenta también con una diversa clientela. “Viene mucha gente de Venezuela, Colombia y República Dominicana, principalmente compran una clase de queso fresco salado de oveja o vaca que es muy parecido al típico de ellos”, comenta la propietaria de Alimentación Transilvania. 

“No siempre podemos traer los productos que nos gustaría, es una auténtica pena”

Hiba Essahm

— Tendera de Mini market halal said

Hiba, junto a su padre, Said.

Hiba, junto a su padre, Said. / Marta G. Brea

Esta tienda, ubicada en plena Travesía de Vigo, está regentada por Hiba Essahm y su padre Said. Especializada en productos principalmente marroquíes, destaca por los dulces, la carne y las verduras que ofrecen a su clientela.

“Tenemos proveedores en Marruecos y Argelia que nos envían los productos a Madrid y desde allí llegan a Vigo”, explica Hiba Essahm. El problema es que estos envíos no son como a ella le gustaría, pues se encuentran con varias trabas para poder recibir algunos víveres: “Hay mercancía como dulces o algún que otro tipo de embutidos que no se pueden traer y es una pena porque muchos clientes añoran ese tipo de cosas”.

El establecimiento únicamente vende productos considerados halal, es decir, que pueden ser consumido por los musulmanes. “La gente nos agradece mucho lo que hacemos, traemos víveres de nuestra tierra que no se encuentran en grandes supermercados u otras tiendas”, abunda Hiba.

Entre los productos que más venden destacan los dulces marroquíes, la carne, los vegetales y un tipo de tomate frito propio del país del norte de África. A pesar de que este local está especializado en productos del Magreb, cuentan con una clientela de lugares diversos. “Nos compran españoles, senegaleses, colombianos, dominicanos, rumanos… si vendes productos de calidad da igual de donde sea el vendedor y el cliente”, afirman desde el local.

Una tienda que crece a grandes pasos, hace unos meses se mudaban de la calle Pino a un local más grande y mejor ubicado como es el actual en la calle Travesía de Vigo. Ahora buscan adentrarse poco a poco en el mundo de las ventas online: “Aún no vendemos por internet, pero es algo que nos gustaría hacer en un futuro no muy lejano”, confiesa Hiba Essahm. Este tipo de establecimientos están en pleno auge gracias al incipiente interés por la cocina del Magreb, con ingredientes de gran calidad y platos que no dejan indiferente a nadie. Además, la marroquí, es una de las comunidades que más rápido crece en la actualidad, duplicando su número en Vigo en tan solo 20 años.

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