Madrid juega al último cartucho: tendrá que validar el martes la alta tensión para Balaídos

Solo el Consejo de Ministros puede modificar la hoja de ruta de Red Eléctrica y resta una única reunión antes de terminar el plazo | Ha de presentar un informe de Competencia

Vista general de la 
subestación de Balaídos.    | // RICARDO GROBAS

Vista general de la subestación de Balaídos. | // RICARDO GROBAS / Lara Graña

Lara Graña

Lara Graña

Son múltiples los aspectos que se tienen en cuenta a la hora de diseñar la planificación de transporte de energía eléctrica. Deben cumplirse criterios de carácter económico (que sea necesaria) o de índole técnica (que sea factible) para que el Gobierno proyecte una nueva línea o una subestación. En la actual hoja de ruta de Red Eléctrica Española (REE), en vigor para el periodo 2021-2026, Madrid decidió aparcar el proyecto para traer a Vigo una red de muy alta tensión (220 kilovoltios), una actuación defendida como innegociable por todos los agentes económicos, políticos y sociales de la ciudad. Y, sobre todo, por el corazón de la industria gallega del automóvil: Stellantis.

La factoría, como toda su red de proveedores, trabaja con un suministro insuficiente, de 132 kV, que sufre constantes microcortes y apagones y que derivan en cuantiosas pérdidas de producción, e inviable en el actual proceso de electrificación del sector. El Gobierno de Pedro Sánchez, ante el clamor unánime, prometió –no sin múltiples reticencias– remendar aquella decisión antes del 31 de marzo. Le queda un único cartucho para cumplir su compromiso, porque esa corrección solo puede ser validada por el Consejo de Ministros y resta una única reunión antes de que termine el mes. El 28 de marzo, festivo local de la Reconquista.

A preguntas de FARO, fuentes de REE apuntaron que no es su competencia fijar una fecha para la aprobación de este proyecto. “Tanto la aprobación como la publicación de la Planificación y sus modificaciones depende de la aprobación del Consejo de Ministros. El documento es vinculante para Red Eléctrica y, por tanto, somos responsables de su ejecución pero no de su aprobación”. Esta decisión habrá de ser publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE), sin rango de ley, pero a partir de la cual arrancará el proceso para dotar a Vigo de una red de muy alta tensión.

A día de hoy, la línea de 220 kV pasa de largo de la ciudad con un enlace entre Pazos de Borbén y Atios (O Porriño). La actuación deberá constar de un ramal: llevar el cableado desde Pazos a Vigo, construir una subestación en el polígono de Balaídos, levantar otra subestación específica y particular para Stellantis –prevé costear Zona Franca– y devolver este enlace hasta Atios. Es un proyecto que fue presupuestado en cerca de 70 millones de euros, cuando sí fue integrado en la planificación de Red Eléctrica para el periodo 2015-2020. El Gobierno echará manos de fondos europeos.

Aunque desde el Ministerio para la Transición Ecológica se rechazó de manera reiterada este plan –su titular, Teresa Ribera, repitió hasta cuatro veces por escrito que no era necesario y negó las disrupciones en el suministro que sufre Stellantis–, deberá ser esta misma cartera la que defienda ahora su ejecución. La ley determina que deberá aportar un informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), además de alegaciones formuladas por las comunidades autónomas. Porque no se trata de una nueva planificación en la red de transporte, sino una modificación en la que ya existe.

Y no es ningún procedimiento excepcional, como prueba el BOE. En julio de 2018, por ejemplo, el Consejo de Ministros ya aprobó un cambio en la planificación para incluir una nueva subestación de 220 kV en Dicastillo, en Navarra, presupuestado en 12,4 millones de euros. “La subestación Dicastillo se implantará con el objetivo de reforzar y mejorar la seguridad y calidad de suministro [...] con problemas de grandes caídas de tensión y capacidad reducida, situación agravada ante la posibilidad de nuevos suministros ocasionados por la autovía Pamplona-Logroño y varios polígonos industriales en la zona”, motivó entonces el anuncio en el Boletín Oficial.

Proyecto Nuevo Vigo de alta tension

Simón Espinosa

En este caso, la ventana que abrirá el Gobierno obedece a la necesidad de “incluir aquellas actuaciones urgentes que sean estratégicas y prioritarias para la transición energética y que permitan desarrollar la cadena de valor industrial”. Stellantis puso encima de la mesa la subestación como un proyecto imprescindible y ligado a la propia continuidad futura de la factoría en Vigo, ya que la asignación de la nueva plataforma STLA Small –sobre la que se ensamblarán los nuevos modelos eléctricos– va de la mano con un suministro de electricidad con garantías, de esos 220 kV. Sin alta tensión no hay plataforma –adjudicada ya a múltiples fábricas de la compañía que preside Carlos Tavares–, y el grupo prevé iniciar las obras para la adaptación de la planta de Balaídos este mismo verano, durante el parón de vacaciones. Además de modificar la planificación de Red Eléctrica para este proyecto, denominado Nuevo Vigo, también incluirá una nueva subestación en Sagunto, donde Grupo Volkswagen ha iniciado ya la construcción de la gigafactoría de baterías.

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