La impenitente espera por la alta tensión

Madrid exprime el plazo para incluir la subestación de Balaídos en la hoja de ruta de REE

Panorámica parcial de las instalaciones de Stellantis Vigo en Balaídos.  // Ricardo Grobas

Panorámica parcial de las instalaciones de Stellantis Vigo en Balaídos. // Ricardo Grobas / L. Graña

Lara Graña

Lara Graña

“Antes del 31 de marzo de 2023, el Gobierno iniciará una modificación de aspectos puntuales de los planes de desarrollo de la planificación de la red de transporte de energía eléctrica [...] para incluir aquellas actuaciones urgentes que sean estratégicas y prioritarias para la transición energética y que permitan desarrollar la cadena de valor industrial”. Así reza el artículo 21 del real decreto 20/2022, con el que el Ejecutivo central habilitó, tras eternas suspensiones y rechazos, la llegada de la alta tensión a la ciudad de Vigo y, singularmente, al polígono industrial de Balaídos.

Un proyecto integrado dentro de los planes de futuro de la factoría de Stellantis –única de España sin suministro de 220 kilovoltios (kv), por lo que sufre constantes apagones– que ha de consumarse formalmente en las próximas tres semanas para cumplir con ese mandato legal emitido en diciembre. Aunque, de momento, ni el sector ni la propia fábrica que dirige Ignacio Bueno tienen noticias del cambio en la planificación de Red Eléctrica. FARO intentó ayer constatar la existencia de avances en fuentes de la compañía que preside Beatriz Corredor, sin éxito.

A día de hoy, la alta tensión pasa de largo de la ciudad de Vigo. Esta red de 220 kv conecta Pazos de Borbén con Atios (O Porriño), y es preciso trazar un desdoblamiento del tendido para llegar a Balaídos. Será aquí, en el entorno del pulmón de la industria gallega de automoción, donde se deberá erigir una subestación. En las instalaciones de Stellantis habrá una segunda torre, específica para la factoría, embarcada plenamente en la electrificación de los modelos y en plena negociación con el Gobierno para disponer de fondos del Perte que cofinancien la plataforma industrial STLA Small, sobre la que se ensamblarán los nuevos modelos eléctricos.

El objetivo de la compañía es de arrancar con las primeras inversiones en el centro este verano, coincidiendo con el parón de agosto, pero antes se han de allanar los compromisos de Madrid. La alta tensión y esa nueva ronda del Perte VEC (vehículo eléctrico y conectado) van de la mano, pero son pilares pendientes de formalización. El Consorcio de Zona Franca de Vigo se ha ofrecido a sufragar la construcción de la subestación particular de Stellantis, que después pagaría una cuota de arrendamiento por su uso.

Como estableció el RD de diciembre –de medidas para paliar los efectos de la guerra en Ucrania–, la reactivación de este proyecto para traer a Vigo la alta tensión está motivada en su relevancia “crítica para la transición energética y la electrificación de la economía”. La subestación de Balaídos estaba prevista para el periodo 2015-2020 de Red Eléctrica, pero no se llevó a término; para el quinquenio 2020-2025 desapareció directamente de la planificación, para contrariedad de todo el tejido industrial vigués.

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