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Residencias de Vigo ya ofrecen a las familias enviar a sus mayores a centros a 60 km de distancia

Ante la carencia de plazas, los geriátricos plantean que los ancianos vayan a municipios como Forcarei, Covelo o A Cañiza

Residencia de mayores en Tomás A. Alonso, entregada por Avantespacia a Orpea.

Residencia de mayores en Tomás A. Alonso, entregada por Avantespacia a Orpea. / Ricardo Grobas

Las familias que están acudiendo a solicitar información a las residencias de la tercera edad privadas para ingresar a sus mayores se están encontrando con la cruda realidad: la única opción que tienen es apuntarse a una lista de espera que en algunos casos es de año y medio. El colapso de los geriátricos públicos y privados de la ciudad es total y no hay ninguna plaza libre en la actualidad para ancianos con el máximo grado de dependencia. Para intentar ofrecer una solución alternativa a las familias ante una situación que es desesperada, los geriátricos les están planteando ya la posibilidad de enviar a los mayores a centros de fuera de Vigo que sí tienen alguna vacante.

La directora de la residencia El Rocío de Vigo, gestionada por la Fundación San Rosendo, Conchi Lorenzo, explica por ejemplo que lo que está ofreciendo ahora a las familias es que vayan a las otras residencias que la fundación regenta en otros municipios. “Por ejemplo, les proponemos que ingresen a sus mayores en el centro de Covelo, el de Forcarei, el de A Cañiza o el de Panxón”, apunta Lorenzo. Lo que están haciendo desde DomusVi Salesas (Teis), es derivar a los interesados a su centro de Pontevedra, ya que ni Barreiro ni Cangas tienen tampoco plazas.

Hay que tener en cuenta que localidades como Forcarei están a sesenta kilómetros de la ciudad olívica y se tarda en llegar hasta allí una hora en coche, más o menos lo mismo que hasta Covelo. Es por eso que la mayoría de las familias rechazan la propuesta. El motivo es evidente: estarían muy lejos de su ser querido ingresado y no podrían verlo con la asiduidad que les gustaría. Y es que hay hijos con padres ingresados en geriátricos de Vigo que van a diario a verlos. Si estuviesen en una residencia en A Cañiza, por ejemplo, les resultaría imposible por el tiempo que les llevaría llegar hasta allí.

Y hay que apuntar otra circunstancia. También hay familias que tienen a sus mayores en una residencia pública de otras provincias gallegas, especialmente en Ourense, que están allí porque no consiguieron plaza gratuita en la ciudad, y que ahora les gustaría traerlos a Vigo e ingresarlos en una privada para tenerlos cerca y poderlos visitarlos con más asiduidad pero por la falta de plazas incluso en los geriátricos de pago vigueses les resulta imposible. “Quieren trasladarlos aquí pero ahora mismo es inviable”, asegura la directora de la residencia El Rocío.

Desafortunadamente, la única opción de que quede una plaza libre en un geriátrico es que el usuario fallezca, porque por lo general las estancias en estos centros son de forma permanente. Por lo tanto, las listas de espera son muy variables: pueden quedar varias vacantes en una misma semana o estar sin moverse durante bastante tiempo. En las residencias privadas, también se libera un hueco cuando a uno de los mayores le asignan una plaza en la pública, por la que generalmente llevan esperando meses e incluso años.

La situación de colapso en los geriátricos está provocando una concatenación de efectos colaterales en la atención sociosanitaria a mayores, tal y como ha venido contando FARO a lo largo de la semana. Por ejemplo, los centros de día de mayor capacidad han notado un aumento de la demanda. Es decir, estos centros para la tercera edad tienen actualmente a muchos mayores a cuyas familias les gustaría que estuviesen en un geriátrico, porque necesitan también cuidados nocturnos y por motivos de conciliación ellos no les pueden ofrecer la atención necesaria, pero como no hay plazas están en los servicios diurnos. Y muchos, también los privados, se empiezan ya a saturar. Uno de los más grandes de la ciudad es Parque Castrelos. Ahora mismo tiene incluso lista de espera de 25 personas.

Otra de las opciones que les queda a las familias es contratar a un cuidador. Precisamente las empresas especialistas en atención a domicilio a personas ancianas o enfermas están viviendo un auténtico aluvión de solicitudes de servicios. Y es que se han convertido en prácticamente la única solución: para conseguir conciliar con su trabajo, las familias contratan a cuidadores para que vayan a sus casas a encargarse de los mayores que necesitan atención sociosanitaria porque no pueden valerse por ellos mismos. Es más, estas compañías están contratando trabajadores continuamente y advierten que en el mercado laboral ya empiezan a escasear profesionales cualificados en este ámbito.

El Estado francés toma el control de Orpea, que garantiza su futura residencia de Tomás Alonso

El geriátrico que Orpea Ibérica está diseñando en Vigo no se verá afectado pese a que el Estado francés –por medio de la entidad financiera pública Caisse des Dépôts et Consignations (CDC)– haya tomado el control del grupo Orpea ante su abultada deuda. Así lo aseguraron fuentes de la empresa en declaraciones a este periódico, confirmando que “absolutamente todo sigue en pie” y que el cambio de manos “garantiza la estabilidad de Orpea”, dotando a la compañía de “mayores recursos financieros”. Orpea, que mediante Orpea Ibérica compró a Avantespacia el edificio de Tomás A. Alonso contiguo a la promoción de 62 viviendas de nueva construcción, y que tiene previsto la apertura de dicho centro –que dispondrá de aproximadamente 100 plazas– a lo largo de 2024, cuenta actualmente con un gran pasivo que supera los 9.000 millones de euros.

Por este motivo, la compañía ha pasado a las manos del CDC, que se ha convertido en su principal accionista al hacerse con más del 50% de la empresa. A mayores del proyecto de Vigo, el grupo posee una residencia de mayores en Culleredo (A Coruña), así como un centro de día y residencia en Lugo. En esta línea, las mencionadas fuentes niegan que estos espacios puedan verse afectados, y descartan futuros cierres –o la parálisis del geriátrico olívico–. Es más, hacen hincapié en que próximamente inaugurarán en el centro herculino “una unidad de Alzheimer”.

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