Vigo se queda sin plazas en residencias de mayores al agotarse la oferta privada: "Nos llaman desesperados"

Hay centros con lista de espera de más de un año | Solo Ballesol acepta algún anciano en función de su estado

Zona exterior en una residencia de mayores privada de Vigo.

Zona exterior en una residencia de mayores privada de Vigo. / MARTA G. BREA

Si una persona de edad avanzada y con un grado tres de dependencia necesita una plaza en una residencia en Vigo, ahora mismo no hay ninguna disponible. Ni siquiera pagando. Y es que si las residencias públicas gestionadas por la Xunta ya tienen una larga lista de espera, las privadas tampoco cuentan ahora mismo vacante alguna. Es decir, si una familia no se puede hacer cargo de una persona mayor porque no le puede ofrecer todos los cuidados que necesita, ya no la puede enviar a un geriátrico.

En la ciudad están todos saturados, incluso los que tienen un mayor número de plazas. Por ejemplo la residencia Clece Vitam Pardo Bazán, una de las últimas en abrir. Tiene capacidad para 140 personas, ahora mismo no pueden aceptar a más y no les queda otra que apuntar a la gente que quiere ingresar a una lista de espera. Como la mayoría de centros para mayores de la ciudad, reciben a ancianos de los hospitales cuando los sanitarios consideran que se les puede dar de alta y los familiares no pueden hacerse cargo de ellos. Pero no tienen sitio. “Los hospitales nos llaman desesperados, pero ahora mismo no podemos hacer nada”, aseguran desde esta residencia viguesa.

En una situación similar están los centros gestionados por DomusVi. Ni en Barreiro ni en Salesas (el ubicado en Teis), tienen plazas disponibles. Fuentes de este último explican que la demanda ha subido exponencialmente desde diciembre. “Los mayores se convierten en más dependientes como consecuencia de los achaques propios del invierno y las personas que están con ellos solicitan más respiros familiares. Nosotros tenemos lista de espera”, explican desde esta residencia. El precio de una plaza en DomusVi Salesas, ubicada en el corazón del barrio de Teis, se ubica alrededor de los 2.600 euros con todos los servicios incluidos. Tampoco en el geriátrico que gestiona DomusVi en Cangas tienen plazas disponibles.

La residencia viguesa El Rocío, gestionada por la Fundación San Rosendo y que cuenta con 74 vacantes, es la que cuenta con una mayor lista de espera. Concretamente, según apuntan desde el propio centro, de un año y medio aproximadamente. El problema precisamente es lo poco que se mueven en muchos casos las vacantes de los geriátricos privados. Tal y como explica Iván Landín, uno de los responsables de la residencia viguesa Moledo, cuyas 45 plazas están cubiertas, es que prácticamente las dos únicas opciones que hay de que un mayor abandone el centro “es que consiga una plaza en la pública o que desgraciadamente se muera y pueda entrar otra persona en su lugar”. “Últimamente nos llama mucha gente para pedir información, notamos una mayor demanda, pero no tenemos más sitio”, asegura Landín. Es la misma respuesta que ofrecen cuando llaman para solicitar información al centro residencial Sanitas, ubicado en el entorno del Centro Comercial Gran Vía: “Actualmente no tenemos plazas disponibles”.

El único geriátrico de la ciudad que tiene algún hueco es Ballesol. No obstante, no tienen vacantes para grandes dependientes, únicamente para mayores que no tienen por ejemplo una demencia en estado avanzado. Cuentan con capacidad para 117 personas y habitaciones individuales, dobles y triples. En función del estado actual del potencial residente, aceptan o no su ingreso.

Por tanto, la única solución para las familias de los grandes dependientes en Vigo es contratar a cuidadores, pues no es posible ingresarlos en una residencia ni pública ni privada.

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