Entrevista | Carmen González Sotelo Nueva delegada institucional del CSIC en Galicia

“Espero que este año podamos decir, de una vez, que empiezan las obras en la ETEA”

“El IIM ha ido incorporando investigadores y contamos con proyectos grandes, nos hace falta una nueva sede”

Carmen González, en la sede 
del IIM, en Bouzas.   | // ALBA VILLAR

Carmen González, en la sede del IIM, en Bouzas. | // ALBA VILLAR / s. penelas

Sandra Penelas

Sandra Penelas

Carmen González es oficialmente desde este martes la nueva delegada institucional del CSIC en Galicia, cargo de confianza en el que releva a Javier Rey, quien cesó a petición propia, y desde el que coordinará a las más de 480 personas que trabajan en sus cuatro centros, la UTM, el Cesga y las dos sedes del IEO. Es la segunda mujer que asume esta responsabilidad en casi 40 años y la compatibilizará con su labor científica en el Instituto de Investigaciones Marinas (IIM). Como directora del centro vigués en la etapa más dura de los recortes (2011-15), vivió la paralización del deseado traslado a la ETEA. Un proyecto que, por fin, podría poner su primera piedra este año y que constituirá uno de los principales hitos del CSIC en Galicia.

–De nuevo asume labores de gestión, pero esta vez en el ámbito institucional gallego, ¿cómo se gestó el salto a este cargo?

–La verdad es que no me lo esperaba para nada. Cuando acabó mi primer periodo de directora del IIM en 2015 me podía haber presentado a un segundo, pero decidí no hacerlo por motivos personales. Me había costado mucho tomar la decisión de ser directora pero luego me encontré francamente a gusto haciéndolo. Y cuando me llamaron para este nuevo encargo también tuve mis dudas al principio, pero me lo planteé como un reto y estoy animada e ilusionada para llevar a cabo este nuevo periodo con estas nuevas funciones dentro del CSIC.

–¿Cuál será su planteamiento como delegada?

–El trabajo de delegado institucional es muy diferente y ahí tengo que ponerme un poco al día y aprender. Un director de instituto tiene que hacer tareas relacionadas con la gestión de personal, estrategias científicas y fondos. Y también mucha labor administrativa. Es un trabajo complejo. Mis funciones ahora serán la de representar a la presidencia del CSIC ante las instituciones del territorio gallego, autonómicas, locales y todas aquellas que están relacionadas con el trabajo que desarrollan los distintos institutos. El CSIC en Galicia tiene varios y en distintas áreas científico-técnicas. Hay que conocer cuáles son las necesidades, normalmente de infraestructuras o de personal, y promover la transferencia de los conocimientos que se generan.

Carmen González, en su laboratorio del Instituto de Investigaciones Marinas, en Bouzas.

Carmen González, en su laboratorio del Instituto de Investigaciones Marinas, en Bouzas. / ALBA VILLAR

–El IIM es un buen ejemplo de la investigación de referencia que desarrollan los centros del CSIC. ¿Cree que la sociedad gallega conoce lo suficientemente bien esta labor?

–-Esa pregunta se podría extender a toda la sociedad española, pero creo que sí. Nos falta hacer un poquito más de labor de difusión y divulgación de la ciencia. Pero a lo largo de estos años hemos tenido personas dentro de los institutos y de la delegación que han sido muy claves y esenciales para que la divulgación haya dado un salto cualitativo en Galicia. Lo ha hecho el CSIC y también las universidades. Estamos yendo por el buen camino. Tenemos que reforzar esa capacidad de comunicar lo que estamos haciendo a la sociedad y estamos muy enfocados en llegar al público que en este momento se está formando en los colegios. Y desde luego también creemos que difundir los conocimientos al público general es importantísimo y que los padres puedan conocer de primera mano las cosas que hacemos. Es una labor superimportante para que la gente conozca lo que se hace en los centros de investigación y también para que se sientan orgullosos de lo que se hace aquí porque hay cosas que tienen un impacto muy positivo en la economía y, por lo tanto, en la gente que vive en Galicia.

–Dirigió el IIM en una época de grandes recortes. Al menos en ese aspecto la perspectiva ahora como gestora es menos compleja.

–Fue una época muy complicada, sí. Los economistas hablan de ciclos y parece que ahora estamos en uno más o menos bueno, muy distinto al del periodo 2011-15. Fue bastante difícil porque la financiación para proyectos disminuyó un 60% y tuvimos que reducir mucho nuestro trabajo de investigación, sobre todo, el experimental. Pero el impacto mayor se produjo porque se vio afectada la formación de los investigadores y los técnicos del futuro. Eso es lo más importante porque luego no hay recambio.

–En ese momento incluso se paralizó el ansiado traslado a la ETEA. Ahora están a punto de conocerse los ganadores del concurso de ideas para un proyecto que será uno de los grandes hitos no solo del IIM de Vigo sino del CSIC en Galicia.

–Sí, efectivamente, va a ser un hito muy importante. Espero que este año podamos decir, de una vez, que empiezan las obras en la ETEA. Todavía no conozco los proyectos en profundidad, pero puede ser una cuestión de días que se hagan públicos.

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–Después de casi 20 años de espera será una noticia muy celebrada en la ciudad.

–Imagínate para los investigadores (risas). Cuando era directora del IIM me pareció que no tocaba hablar de edificios ante una crisis económica tan fuerte. Había gente que se iba a la calle y amenazas de cortar la financiación del personal. De verdad, fue terrible. Hubo un descenso en contrataciones de personal muy grande y tampoco se incorporaba gente nueva. Pero en los últimos años el IIM ha ido incorporando nuevos investigadores, contamos con proyectos grandes como los vinculados a los fondos europeos de resiliencia y la verdad es que tenemos problemas de espacio bastante importantes. Nos hace falta una nueva sede.

–Es la segunda mujer que ocupa el cargo en casi 40 años. ¿Lo interpreta como un síntoma de que la situación va mejorando?

–Sí. Somos menos mujeres que hombres en el personal investigador, pero en el técnico es al revés. También depende de las áreas. En Ciencia y Tecnología de Alimentos, a la que pertenezco, hay más mujeres, pero en otras como Recursos Naturales la igualdad está muy lejos. En el IIM, por ejemplo, solo son dos en este momento. Pero creo que en estos últimos años se ha avanzado muchísimo. Lo que pasa es que ahí está el techo de cristal. A las mujeres con familia o con responsabilidades se les hace muy difícil compatibilizarlo con un puesto de gestión. Y además la investigación es un trabajo muy vocacional en el que nunca tienes un límite de tiempo que dedicar. Es una carrera tremendamente competitiva y resulta muy complicado con obligaciones familiares. También les pasa a los hombres, es verdad, pero ella asumen en mayor medida esas responsabilidades.

–¿Seguirá investigando en el IIM?

–Tengo necesidad de seguir disponiendo de tiempo para ello porque tengo dos proyectos en marcha con mi grupo. Mi compañero Ricardo Pérez Martín me ayudará, pero tengo que organizarme para tener tiempo para la labor institucional y para la científica, que también me gusta mucho.

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