Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Las revisiones de exámenes en selectividad se disparan durante la pandemia

Las segundas correcciones aumentan un 50% con respecto a 2019 por una mayor competencia para acceder a las plazas

Una imagen de examen de selectividad. ALBA VILLAR

Quedan menos de dos meses para la selectividad, prevista para los días 7, 8 y 9 de junio, y la CiUG ya ha publicado los plazos de matrícula anticipada y ordinaria. El examen es un momento crítico para más de 14.000 jóvenes gallegos, que ven cómo el resultado decide su futuro académico. Pese a que una inmensa mayoría supera el examen en la convocatoria ordinaria, como sucedió el año pasado, uno de cada tres universitarios gallegos no está matriculado en la carrera que figuraba de primera de su lista. Cuando la CiUG, encargada de coordinar y tramitar todo el proceso de selectividad, publica las notas de corte –la calificación asignada al último alumno que logró acceder al grado–, las cifras llegan hasta la milésima. Así de reñidas están las admisiones, sobre todo en las titulaciones de nueva planta, como pueden ser en los últimos tiempos las simultaneidades de estudios, por ejemplo, o los grados nuevos, pero también en clásicos como Medicina. Esto lleva a que en los dos últimos años se hayan disparado las solicitudes de revisión para arañar unas décimas que se vuelven preciosas cuando una de cada tres carreras exige de diez para arriba para entrar y ya son más las que requieren este tipo de calificaciones que las que se mueven en el espectro inferior de la tabla, por debajo del seis.

Como cada milésima cuenta, no es inusual que un buen número de estudiantes pidan una revisión de uno o varios exámenes al entender que no han sido justamente puntuados y parece que la insatisfacción con las calificaciones ha ido a más durante las selectividades de la pandemia. En teoría se ha rebajado la dificultad de las pruebas en la medida en que, tanto en la convocatoria de 2020 como en 2021, y lo mismo está previsto para la cita de este año: ha aumentado la opcionalidad y los estudiantes pueden elegir qué preguntas responden y no estar atados a dos modelos cerrados, A o B.

Mejores notas para más alumnos

No obstante, ese fenómeno también provoca que las calificaciones suban –el porcentaje de alumnos que ha logrado un sobresaliente en selectividad en Galicia en 2021 fue de un 4,1% entre quienes concurrieron en la convocatoria ordinaria y dos años antes era de casi la mitad, un 2,3%– y así que exista una mayor competencia se ha traducido en que el porcentaje de dobles reclamaciones se haya disparado un 50 por ciento desde 2019, antes de la irrupción del virus.

En concreto, según los datos publicados por el Ministerio de Universidades, en las pruebas de acceso a los campus del pasado año el porcentaje de dobles correcciones ascendió a un 11,19% en Galicia, el mayor de todo el Estado y casi el doble, además, que la media autonómica (6,76). Ya durante el año previo, cuando se probó el modelo de mayores opciones para evitar perjudicar a alumnos que pudieran no haber dado todo el temario por el COVID o debido a confinamientos, Galicia había sido líder en reclamaciones que buscan subir nota, aunque estas pueden tener un desenlace distinto para el alumno.

reclamaciones pruebas de acceso Hugo Barreiro

Hay que tener en cuenta, además, que hay diferencias entre las diferentes comunidades en cuanto al nivel de dificultad y que Galicia está situada a la cola en resultados, solo superada por abajo por Baleares. Este mismo año la Consellería de Educación ha reclamado tanto al ministro de Universidades, Joan Subirats, como a la de Educación, Pilar Alegría, la “necesidad” de reformar la ABAU (Avaliación de Bacharelato para o Acceso á Universidade) una prueba más “homogénea”, dado que por ahora cada comunidad “fija unos estándares de dificultad que permiten atenuar o endurecer las pruebas según cada materia”, lo que “genera”, aduce la Xunta, “grandes desigualdades en los resultados y penaliza a aquellas comunidades que requieren más esfuerzo del alumnado”, como alega Román Rodríguez. Porque eso sucede en el contexto de un distrito único, que permite a los alumnos acceder a cualquier universidad del Estado con su nota.

Un procedimiento simplificado

El procedimiento para reclamar se ha simplificado en los últimos tiempos. Como explica la CiUG en su web, se ha optado por establecer un único proceso de revisión que consta de dos partes. Primero se estudia si hubo algún error material en la corrección (que afecte a las sumas o por si quedaron cuestiones sin corregir). Si se detecta un fallo, la calificación se modifica, pero tanto al alza como a la baja. No obstante, el proceso no finaliza ahí, sino que prosigue con una segunda corrección por un corrector diferente al que valoró por primera vez al alumno. En función de la discrepancia entre una y otra nota, hay distintas opciones: si la divergencia es inferior a dos puntos, se hace una media entre ambas. Si es mayor, requiere el concurso de un tercer evaluador y la media se calcula con los tres datos.

Pese a que en los últimos años la media de las calificaciones haya ido a más entre los estudiantes gallegos, correctores de las pruebas de Lengua Castellana, Historia de España, Geografía o Química siguen reflejando en los informes de valoración que realizan al final de cada temporada que perciben deficiencias en expresión en general –tanto en ortografía como en redacción–, presentación, coherencia, capacidad de síntesis o pensamiento crítico.

Compartir el artículo

stats