Los viejos oficios: Cristina y Bea Velasco Mora, artesanas del papel

Convierten hojas en obras de arte: las hermanas Cristina y Beatriz Velasco triunfan en la artesanía de papel

Son las artífices de Anaquiños de Papel, marca premiada que da nueva vida a este sector artesano

Anaquiños de Papel, radicada en Coruña, es la marca de las hermanas Cristina y Beatriz Velasco Mora, abogada una (Cristina) y arquitecta otra (Beatriz) que con su materia prima –papel– se han situado como un referente en el sector. Han desarrollado proyectos para marcas de moda internacionales (Loewe, Cartier…) y sus diseños alegran vestuario y ambientes. Han recibido el premio Eloy Gesto de la Fundación Artesanía de Galicia y han sido finalistas de los premios nacionales, en la categoría de emprendimiento, entre otros reconocimientos.

El proyecto surge en 2012 de la mano de Beatriz, inspiradora también del nombre –esos “anaquiños” que hoy no conocen fronteras– y apasionada del diseño y la creatividad a través del origami. Hoy Cristina es la cara visible de la marca, aunque Beatriz –dedicada a la arquitectura– sigue colaborando con su hermana y plasmando geometrías mediante un papel ya famoso. Han trabajado en escaparates, en colaboraciones con publicistas, eventos internacionales o revistas de moda. Y tienen una línea de lámparas que llaman la atención de cualquiera que las ve, lo mismo que sus ramos de flores, en tamaño normal o XXL, guirnaldas, postales, sombreros… Sus objetos son versátiles y crean auténticas obras de arte con cualquier proyecto que tienen entre sus manos.

Lámpara "Tsuru"

Lámpara "Tsuru". / Anaquiños de papel

Despegaron como firma artesana con sus vistosas flores de papel, que se hicieron conocidas rápidamente en todo el país. Eso les dio visibilidad y a partir de ahí comenzaron los encargos que les han permitido desarrollar su pasión. Las marcas tampoco tardaron en llegar: Loewe, Inditex, Cartier, Luis Vuitton, Lladró, Mr. Wonderful, Porcelanosa, Pull and Bear o Simorra son algunos de sus clientes más reconocidos. Y además de crear piezas en papel, imparten talleres de origami para quienes quieran adentrarse en una artesanía milenaria.

Siendo el papel su materia prima de trabajo, contribuyen a la sostenibilidad y al cuidado del medio ambiente. En Anaquiños de Papel no se desaprovecha nada y hasta la más pequeña tira o recorte se reutiliza para tener vida propia. Normalmente, empiezan haciendo un prototipo para después hacer el trabajo definitivo.

Un material tan dúctil les abre un mundo de posibilidades infinitas en cuanto a originalidad y creatividad. Realizan todo tipo de trabajos tanto para particulares –ramos, flores, lámparas, sombreros…– como para profesionales del sector de la publicidad, eventos o escaparatismo, entre muchos otros. Tienen tal intuición que, solo con ver el papel, ya saben en qué se convertirá: una flor, una estrella, un sombrero… cuando lo tocan ya conocen de antemano la vida qué le van a dar. A lo largo de 2024 les esperan proyectos internacionales, aunque prefieren no desvelarlos. Su trabajo puede verse en anaquinosdepapel.com

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