Los viejos oficios: Carlos Rubio, cesteiro

La reinvención del cesto

La cestería es una de las artesanías más ancestrales. Y Carlos Rubio, desde su taller de Ferrol O Carabel reivindica la vuelta al cesto como artículo cotidiano con múltiples usos, natural y no contaminante. Sus piezas “eco”, pensadas para el día a día ya se exportan a países de Europa

Carabel es un tipo de cesto tradicional, especialmente usado por los marineros en la comarca de Ferrolterra. En casa de Carlos Rubio, natural de Ferrol, había carabeles y así es como ha bautizado este artesano a su proyecto, O Carabel, en línea con su compromiso por la recuperación del patrimonio y de la cultura popular. Carlos es un cestero enamorado de las manualidades y de los viejos oficios que busca poner al cesto en el lugar que le corresponde, como artículo cotidiano multifuncional y duradero, sostenible y natural. Sus piezas, además de dentro y fuera de Galicia, ya conocen la internacionalización.

De su propia familia, hablando con los mayores de cada lugar, visitando aldeas y recuperando técnicas en vías de desaparición, Carlos fue investigando el abanico de materiales que se utilizaban en la cestería y que antiguamente servían para hacer piezas de todo tipo, en las que se podía transportar alimentos o almacenar grano, entre muchos otros usos.

Dice Carlos que el monte o el propio huerto proveen al cesteiro de todo lo necesario para el oficio. Con loureiro, con zarza, con chopo silvestre, con salgueiro, con mimbre, maderas o arbustos diversos que se recogen en invierno, cuando las plantas están en estado vegetativo y en luna menguante, cuando la savia baja y las ramas son más flexibles. Después llega el momento de secado, que puede durar unos tres meses y, tras la posterior hidratación, se hace el trenzado del que nacerán piezas con diversos usos como bolsos para la calle, como cestas para la compra, para guardar la fruta o las patatas –las piteiras–, para recoger setas, para llevar libros, para guardar ropa o, simplemente, como objeto decorativo.

El cesto de toda la vida puede adaptarse a los usos actuales y además es un perfecto sustituto del plástico. Aparte de recuperar el oficio con sus técnicas y costumbres, otro de los objetivos de O Carabel es apostar por productos sostenibles y no contaminantes, tan naturales como el propio monte donde se recogen.

Carlos Rubio da a conocer sus trabajos en las ferias en las que participa, además de impartir talleres allí donde lo solicitan. Las redes sociales se han hecho eco de esta recuperación del cesto con un exitoso resultado. Tanto que, sus piezas, además de viajar por Galicia y por otros lugares de España, ya han ido a países de Europa como Alemania o Italia.

Los trabajos de O Carabel no solo preservan una sabiduría milenaria, sino que constatan que pueden tener un uso actual conservando las raíces. Una de sus primeras creaciones fue el bolso-cesto para hacer la compra en el comercio de proximidad, de gran aceptación en la comarca de Ferrolterra; después vinieron otros como las mochilas o las piteiras para la fruta o las patatas. Aunque los usos del cesto sean tan versátiles como la necesidad o el gusto de quien los usa. Por eso han llegado también a bodas y eventos.

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