Los viejos oficios: Manuel Vázquez Pena, constructor de instrumentos de percusión

Música con pulso

Manel es el artesano más joven de la zona de Ordes y maestro percusionista; su especialidad, las panderetas y los tambores gallegos. Su marca, Manels Percusión, es ya un referente en la construcción de instrumentos hechos a mano

Manel en su taller, de donde salen panderetas, tambores, tamboriles, panderos, baquetas, mazas, tarrañolas y otros instrumentos tradicionales.

Manel en su taller, de donde salen panderetas, tambores, tamboriles, panderos, baquetas, mazas, tarrañolas y otros instrumentos tradicionales. / manels percusión / artesanía de galicia

Junto con la voz humana, la percusión ha sido la acompañante musical más antigua del mundo. Esos sonidos que salen al agitar o golpear con la mano son los más primitivos descubiertos por el hombre, que con el tiempo fue construyendo baquetas, varillas, tambores, panderetas, triángulos, cascabeles y muchos otros para dar ritmo a la vida. De tiempo –o “tempo” musical– lo sabe todo Manuel Vázquez Pena que, con solo 33 años, es uno de los artesanos del ramo más reconocidos dentro y fuera de Galicia. Desde Manels Percusión –en Santa Cruz de Montaos, en el concello de Ordes– salen instrumentos para todo el mundo.

Manel Vázquez es Técnico Superior en Producción de Madera y Mueble. Desde siempre le había gustado la música y crear sonidos, y desde pequeño fue miembro de grupos de música tradicional. En 2012 hizo su sueño realidad con Manels Percusión, un taller y marca artesanal donde se encarga de controlar todos los procesos de fabricación, desde la selección de material –la madera y la piel– hasta el producto final.

Tras escoger y preparar las tablas más idóneas, con ingenio y destreza Manel va haciendo el “chasis” de las panderetas, uno de los instrumentos de percusión más extendidos en todo el mundo y uno de los más enraizados en toda la península. Ese cuerpo hay que curvarlo a mano con cuidado porque no hay ninguna máquina que pueda hacer este proceso artesano. Después viene la fase de encolarlo y agujerear para que las ferreñas encajen a la perfección y suenen mejor. Luego se coloca la piel de cabra, el sello y complementos personalizados.

Maestros percusionistas tradicionales hay pocos y Manel es la savia nueva del gremio, con innovaciones como un parche estable para panderetas y tambores

“Cada instrumento que se hace en el taller es único”, dice Manel. Todas las piezas que componen los instrumentos están creadas a mano y revisadas una a una y certificadas con el sello de Artesanía de Galicia. Tamboriles, panderetas, bombos, pandeiros, tarrañolas, cucharas, baquetas, mazas… nada se repite porque nunca hay dos obras iguales y cada una lleva el alma que solo el artesano puede transmitir. Los tambores son otro de los productos estrella que salen del obradoiro de Ordes.

Manel trabajando

Manel trabajando

Manel personaliza y diseña cualquier tipo de instrumento a gusto del cliente. Maestros percusionistas tradicionales como él quedan poco más de una decena en Galicia. Siempre innovando e investigando para mejorar, su taller acaba de sacar el parche estable para que panderetas y tambores mantengan el sonido pese a los cambios de temperatura. Y solo va a una feria al año, la del Festival de Pardiñas en Guitiriz (Lugo), donde, además de fiesta y folclore, transcurre la Mostra de Artesáns de Instrumentos de Música Tradicional, a la que acuden maestros de toda España.

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