El Frigoríficos se pega un tiro en el pie

59 minutos de exhibición balonmanística y solo uno para tirar todo el (ingente) trabajo por la borda. El Frigoríficos del Morrazo sumó un doloroso empate ante el Atlético Valladolid (38-38) en una nueva demostración de que los partidos del conjunto cangués son escritos por el más imaginativo y cruel de los guionistas. Si los cangueses venían de igualar ante el Torrelavega tras errar la friolera de seis penaltis, ayer, en un esperpéntico y dramático giro de los acontecimientos, desperdiciaron una renta de tres goles en el último minuto de partido para regalar un impensable punto a los locales. Ver para creer.

El espectacular partido del Cangas quedó completamente empañado por su desenlace. En una cancha en la que los locales han sumado todos los puntos salvo los del Barcelona y muy mermado físicamente por las bajas de Del Arco y Fodorean (en el banquillo pero sin jugar un solo minuto), el cuadro gallego desplegó buen juego y garra a partes iguales. Solo faltó el premio, esquivo, como otras tantas veces.

Nacho Moyano decidió hacer de la necesidad virtud y salió con una atípica defensa con Santi López y Brandao en el centro, y Dorado y Gayo en los penúltimos, dejando uno de los exteriores para Toth y otro para Jenilson, con Elcio bajo palos. Y a correr. El ritmo fue endiablado en el arranque del choque (nueve goles en los primeros cinco minutos). Los visitantes golpeaban primero con su rapidez y en ataque estaban casi perfectos, encontrando siempre soluciones y anotando en cada lanzamiento. El técnico local, David Pisonero, tenía que pedir tiempo muerto (7-11, minuto 14).

Un Frigoríficos acosado por el infortunio

Toth –notable partido el suyo hasta la recta final– comandaba una primera línea de bajitos con Santi y Gayo como escuderos, y con los extremos como ejecutores. Apostó el Valladolid entonces con el 5.1 que tan bien le había ido al Torrelavega, pero el Frigoríficos no se descompuso hasta que encadenó un par de errores y una exclusión. Los locales recortaron (14-16, minuto 25) y Moyano sorprendió vaciando portería para atacar 7 contra 6. La fórmula dio resultado y los visitantes se fueron con una cómoda renta a vestuarios (16-20).

En la reanudación volvió el intercambio de golpes. Elcio seguía aportando bajo palos y César Pérez parecía despertar (22-24, minuto 38, con tiempo de Moyano). El Cangas supo apretar los dientes y volver a recuperar ventaja (24-28, minuto 44, con tiempo de Pisonero). Brais tomaría entonces el relevo asumiendo la responsabilidad para disparar a los suyos a su máxima ventaja (27-33, minuto 52, con nuevo tiempo vallisoletano).

El Frigoríficos pierde a Juan del Arco

El Frigoríficos comenzaba a dar muestras de cansancio, pero seguía manteniendo el control del partido y del marcador. Por si acaso, Moyano pedía tiempo para abrochar la victoria (33-36, minuto 57). Toth ponía cuatro arriba a los suyos a falta de dos minutos y medio (33-37), al igual que Gayo con dos minutos por jugarse (34-38). Lo que vino después es difícil de explicar. El equipo cangués entró en el último minuto de juego con tres goles de ventaja. Alejandro Pisonero redujo la renta a dos y el Cangas se suicidó entonces con dos pérdidas infantiles de balón cuando únicamente debía mantener la posesión y jugar con la necesidad del rival. El mal menor es sumar 7 puntos e irse al parón fuera del descenso directo, aunque en puesto de promoción.

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