Un radiotelegrafista meco, recordado por su protagonismo en los acorazados republicanos

Manuel López Pinal ha sido elegido entre los homenajeados en el “Día de recuerdo y homenaje a los que sufrieron el exilio”

Una de las imágenes que conserva la familia.

Una de las imágenes que conserva la familia. / FDV

Antonio Touriño

Antonio Touriño

Manuel López Pinal ha sido uno de esos héroes de la República con profundas raíces en O Grove, localidad a la que se trasladó de muy joven pues sus padres, naturales de O Carballiño, eligieron la villa arousana para hacerse cargo de un negocio de ultramarinos además de un pequeño almacén en Sanxenxo.Ahora será homenajeado en la Casa del Mediterráneo de Alicante con motivo del “Día de recuerdo y homenaje a los hombres y mujeres que sufrieron el exilio como consecuencia de la Guerra Civil y la Dictadura”, acto que se celebra el próximo 8 de mayo a nivel nacional. 

Al acto que organiza el Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática, que dirige Ángel Víctor Torres, y que se celebra en Alicante la proxima semana, acudirá el sobrino de López Pinal, Xosé Manuel López Franco, quien glosará alguno de los episodios conocidos de la corta vida del radiotelegrafista grovense, ya que murió de tifus en Túnez cuando contaba con solo 28 años. El homenajeado, recuerda la familia, ingresó en 1929 como aprendiz de radio en el buque Carlos V, donde estuvo destinado hasta mayo de 1930, siendo número 1 de su promoción. Su idea era abrir la primera emisora de radio en Pontevedra.

Manuel López Pinal, en el centro de la imagen, en Túnez.   | // FDV

Manuel López Pinal, en el centro de la imagen, en Túnez. | // FDV / A.Touriño

Después de varios cursos, en 1934 pasa a formar parte de la dotación del acorazado Jaime I, donde se produce una de sus primeras acciones políticas pues tras “petrolear” en Vigo y continuar viaje por la costa portuguesa, recibe la orden del ministro gallego Benjamín Balboa de que “arresten a la oficialidad” y se hagan “con el acorazado”. Al obedecer la orden, poco después formó parte de tres comités de gobierno del Jaime I y fue delegado del mismo en el Comité Central de la Flota (control político).

Orla de los radiotelegrafistas en la que aparece el republicano grovense.   | // FDV

Orla de los radiotelegrafistas en la que aparece el republicano grovense. | // FDV / A.Touriño

Años después, el 12 de diciembre de 1936, el submarino republicano C-3 se hundió en aguas del Mar de Alborán, a cuatro millas de Málaga, tras ser atacado por el batiscafo alemán U-4 en la denominada Operación Úrsula.En ese momento, cuando era vicepresidente del Comité Central, Manuel López Pinal recibió el triste encargo de dar el pésame a las familias.

Traslado al Cantábrico

Tras este episodio, el nuevo ministro de Marina, Indalecio Prieto, ordena la subida de la flota al Cantábrico y el acorazado Jaime I, en el que viajaba el joven radiotelegrafista grovense, fondeó en Bilbao, lugar en el que también desempeñó un importante papel al evitar que se dispararan los cañones sobre el buque Cabo Quilates, donde estaban los detenidos de derecha en el Abra de Bilbao, no sin antes participar en una fuerte discusión en la cámara del Almirante, cuando se reunía el comité.

Pero, por ello, se ganó la confianza de otros cargos y en mayo de 1936 fue elegido por el comisario general de la flota (PSOE) Bruno Alonso como delegado suyo y comisario político en el destructor Lazaga, al considerar que había demostrado ser uno de los hombres “con más raigambre y simpatía entre las dotaciones, a la vez que probado antifascismo”.

Locutor en el barco con programas en gallego

Su siguiente destino fue como locutor o speaker de la radio de la Flota Republicana, donde solían intervenir, además del citado comisario de la flota Bruno Alonso, sus hombres de confianza, además de otros mandos y autoridades. A López Pinal le atribuyeron la responsabilidad de programas en gallego como “Non fales de eso” o “Ruada”.

Fue luego destinado al Estado Mayor en servicios especiales por lo que Manuel López embarca de nuevo y en 1937 asciende a auxiliar alumno de radio, de tal modo que a finales de diciembre sale en comisión de servicios a Barcelona y más tarde a Burdeos donde tendrá la misión de desmontar la radio del vapor Celta para instalarla en el bou Guipúzcoa, ambos retenidos por el Gobierno francés junto a otros navíos.

Nuevos destinos y condecoraciones

Al año siguiente regresa a su destino en Cartagena y a bordo del Miguel de Cervantes, el 7 de mayo de 1939 l a Bizerta (Túnez) y unos días después partió con el primer convoy al campo de concentración francés de Mehri-Jebber, en Meknassy, en unas antiguas minas de fosfatos, donde fallecerá por tifus.

Con él morirían sus ilusiones, explica su sobrino Xosé Manuel López Franco: “Su intención, como la de otros, era ser repatriado a Mexico y más tarde regresar a Galicia, abrazar a sus padres y hermanos, casarse con su amada Paquita Goday, nombrada miss Obrera por el comité antifascista de O Grove el 1º de Mayo de 1934 y abrir su propia emisora en Pontevedra”.

Su sueño no se cumplió, pero aún hoy todavía se le recuerda con honores, no en vano poseía la cruz del mérito naval de segunda clase.

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