El libre marisqueo no está mal (puede ser aún peor)

La segunda jornada de campaña confirma el fracaso

Rañeiros en la apertura del libre marisqueo.

Rañeiros en la apertura del libre marisqueo. / Noé Parga

Manuel Méndez

Manuel Méndez

Por si los mariscadores de a flote no tuvieran bastantes problemas a los que hacer frente, ayer el viento complicó todavía más la pésima campaña de libre marisqueo que comenzaba el lunes en la ría.

Campaña que debería prolongarse hasta abril, pero que puede seguir los pasos de la anterior y cerrar antes de tiempo, para volver a solicitar ayudas económicas a modo de subvención.

400 barcos

Si la primera jornada fue mala, tal y como se había pronosticado, la de ayer no fue mejor, esta vez con 214 barcos despachados para el banco de O Bohído –solo 176 pasaron por su batea de control y muchos se fueron sin alcanzar los cupos–, 35 embarcaciones en Cabío y 151 en las “otras zonas” comunes.

Una afluencia ligeramente superior a la del lunes pero igual de pobre, dejando patente la poca confianza que los rañeiros tienen en estas agotadas zonas marisqueras.

Llega la pleamar

Pero todo puede empeorar aún más, de ahí que algunos se pregunten cómo estarán las cosas la semana que viene, cuando tengan que trabajar con pleamar, lo cual dificulta mucho más el duro trabajo que realizan.

Por eso hay quien insiste en decir que “el libre marisqueo está muerto”, para añadir que “ni siquiera los altos precios compensan la escasez de producción”.

Los precios llevan tiempo altos

Por cierto, que alguien puede pensar que el alto precio marcado en lonja con el arranque del libre marisqueo es una buena noticia. En realidad, esas elevadas cotizaciones se manejan desde hace meses, cuando se disparó el coste de buena parte de la mercancía que llega a los puertos.

“¿De qué nos vale que suba el precio de la almeja babosa si tenemos que esforzarnos mucho más para encontrarla y solo cogemos un kilo, en lugar de tres?”, se preguntan en el sector.

Almeja fina

El mismo que ayer vio como la mejor almeja fina se vendía a 60 euros en la lonja de Cambados, mientras que tanto la babosa como la japónica salían por encima de 22.

Cotizaciones que fueron de 86 euros por kilo de almeja fina en A Illa, para los cinco primeros kilos vendidos, entregándose los 6 siguientes a 75, 11 kilos de fina a 52, 54 kilogramos a 41 euros y los últimos 6 kilos de “san” a 35 euros. En este puerto con topes de 39 euros para la babosa y de 19, para la japónica.

Dos especies que salieron a máximos de 26 y 23 euros, respectivamente en el puerto de O Grove, donde la mejor almeja fina cotizó a 74.

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