Las biotoxinas siguen al alza en las Rías Baixas

La diarreica y la paralizante se refuerzan en Vigo y Pontevedra

Una trabajadora del Intecmar mostrando los resultados analíticos obtenidos.

Una trabajadora del Intecmar mostrando los resultados analíticos obtenidos. / M. Méndez

Manuel Méndez

Manuel Méndez

Aunque los cierres de bateas y bancos marisquero son muchos menos de lo que cabría esperar, la proliferación de células tóxicas en las rías gallegas no solo no remite, sino que se acentúa por momentos en aguas de Pontevedra y Vigo.

La combinación de toxinas diarreica (DSP) y paralizante (PSP) de la que tanto se ha hablado en las últimas semanas sigue haciéndose notar, tal y como reflejan los análisis efectuados por el Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar).

Liméns y Baiona

Prueba de ello es que en las estaciones oceanográficas de Liméns, Boca Sur y Boca Norte, las tres en la ría de Vigo, se han notado incrementos de los dinoflagelados causantes de toxinas lipofílicas como la diarreica.

Lo mismo ha sucedido en la estación de Baiona y, ya en la ría de Pontevedra, los puntos de control de Combarro, Bueu, Raxó, Boca Sur y Tambo.

Eso respecto a la DSP, que también está al alza en Sada y Ares, siendo actualmente la toxicidad más extendida en los polígonos bateeiros.

Paralizante

Con la toxina paralizante las cosas tampoco marchan bien, pues se han detectado incrementos del dinoflagelado “Gymnodinium catenatum” tanto en la ría de Vigo como en la de Pontevedra.

Más concretamente, en estaciones oceanográficas como Limés, Samil, Combarro, Aldán, Raxó, Aldán Interior, Cabalo de Bueu y Festiñazo.

Mapa que muestra la gran cantidad de células tóxicas existentes en las rías gallegas.

Mapa que muestra la gran cantidad de células tóxicas existentes en las rías gallegas. / Intecmar

Así las cosas, a media tarde permanecen cerrados el polígono bateeiro arousano Grove C2, el de Baiona, los vigueses Cangas F y Cangas G y seis de los ocho existentes en la ría de Pontevedra, donde únicamente permanecían abiertos el Portonovo A y el Portonovo B.

Los incrementos de toxicidad también se notan en estaciones costeras como O Vicedo, Mugardos, Camariñas y Langosteira.

Diarrhetic Shellfish Poison (DSP)

  • Es la toxicidad más frecuente y abundante en aguas gallegas, la menos peligrosa y la que antes eliminan los moluscos afectados.
  • Es una proliferación de fitoplancton portador de biotoxinas que llega acompañada de ingentes cantidades de nutrientes. Un fenómeno con el que están acostumbrados a convivir tanto los profesionales del Intecmar como los propios bateeiros, ya que este fenómeno se repite en cada uno de los afloramientos costeros que introducen los nutrientes en las rías gallegas.

Descargas de mejillón en Vilaxoán.

Descargas de mejillón en Vilaxoán. / M. Méndez

  • La DSP es una de las llamadas toxinas lipofílicas, y es la responsable de procesos patológicos que afectan al tracto digestivo del ser humano en caso de ingesta de producto contaminado.
  • Puede causar diarreas, náuseas, vómitos, dolores abdominales y escalofríos, detectándose los síntomas casi de inmediato tras ingerir los moluscos, pudiendo durar hasta tres días.
  • Los episodios tóxicos diarreicos están producidos por proliferaciones de dinoflagelados del género “Dinophysis”, conociéndose más de doscientas especies.
  • Son las que generan ácido okadaico, que es, en realidad, la toxina causante de la intoxicación diarreica por moluscos en humanos, afectando de manera especialmente significativa a la producción de mejillón. La más frecuente en aguas gallegas es la “Dinophysis acuminata”.

Paralytic Shellfish Poison (PSP)

  • Los episodios tóxicos paralizantes, como el que se registra desde hace semanas en Galicia y cuya presencia se suma al diarreico, están provocados por la proliferación de los dinoflagelados “Alexandrium minutum” y “Gymnodinium catenatum”.
  • Los “Alexandrium”, que son los habituales en la comunidad, son un género de dinoflagelados en el que se identifican alrededor de treinta especies y contienen algunas de las más dañinas para los humanos.
  • La intoxicación paralizante (PSP) que causan puede afectar al sistema nervioso central del ser humano y provocarle parálisis o incluso la muerte por parada cardiorespiratoria, pero solo en condiciones extremas de ingesta masiva de molusco contaminado.
  • Los síntomas de la PSP (Paralytic Shellfish Poison) se notan en los primeros treinta minutos después de comer una buena cantidad de moluscos tóxicos.
La directora del Intecmar, Covadonga Salgado, en una foto de archivo revisando planos en los que se muestra la evolución de las biotoxinas.

La directora del Intecmar, Covadonga Salgado, en una foto de archivo revisando planos en los que se muestra la evolución de las biotoxinas. / M. Méndez

  • “Se padece picazón o ardor en torno a la boca, labios, lengua y cara, además de otras alteraciones del sistema nervioso”, explica la comunidad científica.
  • En el Intecmar añaden que “esta sensación progresiva de entumecimiento muscular se extiende al cuello, brazos, piernas y extremos de los dedos”, haciendo que los movimientos voluntarios y el habla empiecen a ejecutarse “con dificultad”.
  • Estos síntomas, concretan en el laboratorio de referencia arousano, también pueden aparecer ocasionalmente acompañados de “trastornos gastrointestinales, tales como dolor abdominal, náuseas, vómitos y diarrea”.

Amnesic Shellfish Poison (ASP)

  • La amnésica es responsabilidad de especies del género “Pseudo-nitzschia”, siendo la habitual en Galicia la “Pseudo-nitzschia australis”. Se acumulan en diferentes especies de cangrejos, navajas, vieiras, mejillones e incluso anchoas.

  • La “Pseudo-nitzschia” produce una neurotoxina llamada ácido domoico, un aminoácido neuroexcitador que actúa a nivel del hipocampo y la amígdala, dos zonas cerebrales relacionadas con la memoria. De ahí que sea una de las biotoxinas que al acumularse en los moluscos bivalvos, pueden llegar a afectar a los humanos.
  • La ASP puede provocar intoxicaciones leves que generan trastornos gastrointestinales y aparecen en las primeras 24 horas.
  • Náuseas, vómitos, dolores abdominales y diarreas son algunos de los efectos, aunque en casos de intoxicaciones severas se hacen acompañar de trastornos de tipo neurológico, como debilidad, confusión, somnolencia, vértigo y pérdida de memoria. En casos extremos podrían llevar a una persona al coma.

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