Buena noticia: las biotoxinas, que ya cierran bancos marisqueros y bateas, están de vuelta
Las toxinas amnésica, paralizante y diarreica van en aumento

Los barcos bateeiros navegan estos días vacíos, debido a aún débil estado del mejillón. / Iñaki Abella

Las biotoxinas marinas empiezan a repuntar y la temperatura del agua tiende a descender. Sin duda alguna, la combinación perfecta para que el mejillón de las bateas gallegas pueda recuperarse después de unos meses enormemente complicados.
Lejos de lo que pueda parecer, la irrupción en las rías de fitoplancton portador de biotoxinas marinas es una buena noticia para el sector productor, ya que si bien provoca el cierre puntual de bancos marisqueros y de polígonos bateeiros, su llegada obedece a un proceso totalmente natural que lleva implícita la entrada de los nutrientes que el mejillón, la almeja, el berberecho y demás moluscos bivalvos necesitan para poder desarrollarse.
ASP, PSP y DSP
Quiere esto decir que el incremento de células de toxina amnésica (ASP), diarreica (DSP) y paralizante (PSP) que se ha detectado en los últimos días es una buena señal, ya que el ahora debilitado “oro negro” de batea podrá ganar el peso y rendimiento que no ha tenido este verano a causa de los irregulares desoves, una deficiente fijación a las cuerdas y/o la inusualmente alta temperatura del agua.

Gráfica que muestra la evolución de las células de Alexandrium, el dinoflagelado causante de la toxina paralizante (PSP). Cuanto más oscuros y grandes son los círculos, mayor es su acumulación. // Intecmar
Ya se explicó en FARO DE VIGO durante las últimas semanas que el mejillón atraviesa su peor momento. Quizás uno de los peores de toda su historia, ya que no solo no ha crecido como sería deseable, sino que, al debilitarse, se han registrado importantes desprendimientos y, lógicamente, episodios de mortandad.
Afloramiento costero
De ahí la trascendencia del afloramiento costero que puede estar produciéndose en la actualidad y que anuncia la proximidad del otoño y, sobre todo, la ya tradicional llegada del fitoplancton a las rías; un proceso perfectamente controlado que es este año más deseado que nunca, aunque en medio de ese alimento se encuentre también el que es portador de biotoxinas.
Además, el mejillón está ahora tan flojo en carne que aunque se decreten cierres masivos de bateas a causa de un nuevo episodio tóxico, los perjuicios serán mínimos para los bateeiros a corto plazo.
Industria e Italia
Lo importante para el sector acuícola es que ese molusco se desarrolle cuanto antes para así atender con garantías campañas tan importantes y ahora ralentizadas como la de industria –protagonizada por conserveras y cocederos– y la que abanderan, en el mercado de fresco, las depuradoras de Italia y Francia.
Todo ello, hay que insistir a expensas de ver cómo evoluciona el episodio tóxico que parece fraguarse en la actualidad en la costa gallega y ha provocado la prohibición de extracción de moluscos bivalvos cultivados en los viveros flotantes del polígono Cangas A, en la ría de Pontevedra.

Gráfica que muestra la evolución de la toxina diarreica. / Intecmar
Así lo decidió el Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar), el laureado centro de referencia internacional dependiente de la Xunta asentado en Vilaxoán (Vilagarcía).
Los últimos análisis
Tras los análisis efectuados, sus técnicos detectaron el aumento de dinoflagelados como el “Alexandrium”, causante de la toxina paralizante (PSP, por las siglas de Paralytic Shellfish Poison).
Esa es la causa del cierre de las bateas del Cangas A, al igual que ha propiciado la prohibición de extracción de los moluscos infaunales –los que viven enterrados en el substrato– de la Zona II de la ría pontevedresa.

La lucha contra las biotoxinas marinas se refuerza en el Intecmar. / Manuel Méndez
Por cierto, que desde el pasado miércoles también están cerrados los bancos marisqueros de la Zona IV.1 de la ría de Vigo; como lo está desde mayo la Zona III de Muros-Noia.
Nuevos cierres
Pero eso no es todo. El Intecmar anuncia que mañana se hará un cierre cautelar por toxicidad PSP en los moluscos infaunales de la Zona V de Pontevedra, así como otro derivado de la presencia de ASP para los de Camariñas y las Zonas I y II de la ría de Corcubión.
En cuanto al mejillón, además del Cangas A está prohibida la extracción de mejillón en el Cangas B y el Bueu B, también en la ría de Pontevedra; al igual que sucede en el Baiona A desde el pasado día 29.

Covadonga Salgado (de pie) y una de las profesionales del lntecmar, en Vilagarcía, durante la realización de pruebas para determinar la evolución de la toxicidad. | // FDV / Manuel Méndez
Todos los demás polígonos, prácticamente medio centenar asentados en ambas rías, en la de Ares-Betanzos, la de Muros-Noia y en Arousa, están actualmente abiertos. Aunque esto no sirva de mucho, teniendo en cuenta el bajo rendimiento del mejillón.
No es posible saber por cuánto tiempo, ya que todo va a depender de cómo evolucionen las biotoxinas marinas. Pero quizás lo ideal sea que cierren cuanto antes, ya que, como se indicó al principio, puede ser sinónimo de riqueza en las rías y de una recuperación inmediata del mejillón gallego.
Incrementos en Camariñas, Langosteira y Baiona
A la espera de acontecimientos hay que destacar que los últimos informes sobre identificación y cuantificación de fitoplancton tóxico en agua de mar emitidos por el centro analítico de Vilaxoán aluden a un incremento de dinoflagelados del género “Dinophysis”, que son los que generan ácido okadaico y causan la intoxicación diarreica por moluscos en humanos.
Es lo que se conoce como Diarrhetic Shellfish Poison (DSP) o toxina diarreica, siendo la especie más frecuente en aguas gallegas la “Dinophysis acuminata”.
Según los citados informes, ha incrementado su presencia en las estaciones costeras de medición localizadas en Langosteira, Baiona y Camariñas.
- Es la toxicidad más frecuente y abundante en aguas gallegas, la menos peligrosa y la que antes eliminan los moluscos afectados.
- Es una proliferación de fitoplancton portador de biotoxinas que llega acompañada de ingentes cantidades de nutrientes. Un fenómeno con el que están acostumbrados a convivir tanto los profesionales del Intecmar como los propios bateeiros, ya que este fenómeno se repite en cada uno de los afloramientos costeros que introducen los nutrientes en las rías gallegas.
- La DSP es una de las llamadas toxinas lipofílicas, y es la responsable de procesos patológicos que afectan al tracto digestivo del ser humano en caso de ingesta de producto contaminado.
- Puede causar diarreas, náuseas, vómitos, dolores abdominales y escalofríos, detectándose los síntomas casi de inmediato tras ingerir los moluscos, pudiendo durar hasta tres días.
- Los episodios tóxicos diarreicos están producidos por proliferaciones de dinoflagelados del género “Dinophysis”, conociéndose más de doscientas especies.
- Son las que generan ácido okadaico, que es, en realidad, la toxina causante de la intoxicación diarreica por moluscos en humanos, afectando de manera especialmente significativa a la producción de mejillón. La más frecuente en aguas gallegas es la “Dinophysis acuminata”.
Pero la que más se está haciendo notar, sobre todo en Baiona y Langosteira, es la PSP, es decir, la Paralytic Shellfish Poison o toxina paralizante, cuya presencia es menos frecuente que la de diarreica pero que en los últimos años suele coincidir con ella.
La PSP se deriva de la proliferación de los dinoflagelados “Alexandrium minutum” y “Gymnodinium catenatum”, siendo el primer género citado el más dañino para los humanos en caso de ingesta masiva de producto altamente contaminado, lo cual es poco probable si se consume mejillón adquirido por los cauces reglamentarios.
- Los episodios tóxicos paralizantes, como el que se registra desde hace semanas en Galicia y cuya presencia se suma al diarreico, están provocados por la proliferación de los dinoflagelados “Alexandrium minutum” y “Gymnodinium catenatum”.
- Los “Alexandrium”, que son los habituales en la comunidad, son un género de dinoflagelados en el que se identifican alrededor de treinta especies y contienen algunas de las más dañinas para los humanos.
- La intoxicación paralizante (PSP) que causan puede afectar al sistema nervioso central del ser humano y provocarle parálisis o incluso la muerte por parada cardiorespiratoria, pero solo en condiciones extremas de ingesta masiva de molusco contaminado.
- Los síntomas de la PSP (Paralytic Shellfish Poison) se notan en los primeros treinta minutos después de comer una buena cantidad de moluscos tóxicos.
- “Se padece picazón o ardor en torno a la boca, labios, lengua y cara, además de otras alteraciones del sistema nervioso”, explica la comunidad científica.
- En el Intecmar añaden que “esta sensación progresiva de entumecimiento muscular se extiende al cuello, brazos, piernas y extremos de los dedos”, haciendo que los movimientos voluntarios y el habla empiecen a ejecutarse “con dificultad”.
- Estos síntomas, concretan en el laboratorio de referencia arousano, también pueden aparecer ocasionalmente acompañados de “trastornos gastrointestinales, tales como dolor abdominal, náuseas, vómitos y diarrea”.
La tercera en discordia, en este caso con un incremento significativo de células en la estación costera de Merexo (Camariñas), es la Amnesic Shellfish Poison (ASP), es decir, la toxina amnésica que provocan especies del género “Pseudo-nitzschia”, siendo la habitual en Galicia la “Pseudo-nitzschia australis”.
Amnesic Shellfish Poison (ASP)
- La amnésica es responsabilidad de especies del género “Pseudo-nitzschia”, siendo la habitual en Galicia la “Pseudo-nitzschia australis”. Se acumulan en diferentes especies de cangrejos, navajas, vieiras, mejillones e incluso anchoas.
- La “Pseudo-nitzschia” produce una neurotoxina llamada ácido domoico, un aminoácido neuroexcitador que actúa a nivel del hipocampo y la amígdala, dos zonas cerebrales relacionadas con la memoria. De ahí que sea una de las biotoxinas que al acumularse en los moluscos bivalvos, pueden llegar a afectar a los humanos.
- La ASP puede provocar intoxicaciones leves que generan trastornos gastrointestinales y aparecen en las primeras 24 horas.
- Náuseas, vómitos, dolores abdominales y diarreas son algunos de los efectos, aunque en casos de intoxicaciones severas se hacen acompañar de trastornos de tipo neurológico, como debilidad, confusión, somnolencia, vértigo y pérdida de memoria. En casos extremos podrían llevar a una persona al coma.
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