Arrecian los problemas con el mantenimiento de las fuentes y jardines de Arzobispo Lago

Las desbrozadoras empleadas para cortar el césped se cargan las plantas, las zonas de piscina se ensucian y las fuentes se atascan con asiduidad, por lo que dejan de funcionar

Cortan el césped con desbrozadora. |   //  M.M.

Cortan el césped con desbrozadora. | // M.M. / Manuel Méndez

Manuel Méndez

Manuel Méndez

La peatonalización de la calle Arzobispo Lago (Vilagarcía) fue uno de los proyectos más ambiciosos e importantes del gobierno socialista en el anterior mandato, convirtiéndose en tarjeta de presentación de su apuesta por “un nuevo modelo de ciudad”.

El resultado final parece fuera de toda duda en este primer verano de la remozada avenida, y de hecho, no deja de recibir elogios entre vecinos y turistas.

Pero también es cierto que son muchos los problemas que rodean a esta calle desde su inauguración, a mediados del pasado mes de marzo.

Operarios tratan de mantener limpias las fuentes. |  // M.M.

Operarios tratan de mantener limpias las fuentes. | // M.M. / Manuel Méndez

Prueba de ello es que el sistema de vasos comunicantes y/o bombeos instalado en las diferentes fuentes o piscinas a lo largo de esta céntrica calle nunca funcionó correctamente.

En gran medida porque los filtros se atascan con enorme facilidad en cuanto se acumula un poco de suciedad en el agua –basta con unas hojas o unos papeles–, y esto hace que los chorros de la fuente dejen de funcionar, por lo que el agua se queda estancada.

Ángel, intentando desatascar y nivelar los vasos. |   //  M.M.

Ángel, intentando desatascar y nivelar los vasos. | // M.M. / Manuel Méndez

Además las piscinas se llenan de porquería con tanta frecuencia que se ensucian más de lo deseado y ofrecen un mal aspecto, lo cual obliga a multiplicar las intervenciones de los operarios municipales.

Incluso tiene que emplearse a fondo un vecino que todos conocen como Ángel y regenta el “carrito” o quiosco de la plaza de Galicia, ocupándose él, de forma totalmente voluntaria y desinteresada, de dedicarse a diario a desatascar los filtros para que las fuentes vuelvan a funcionar.

Por si no fuera suficiente, el colorido sistema de iluminación también falla con frecuencia y los minijardines instalados a lo largo de la calle –aprovechando los huecos que dejan las zonas de agua– no son fáciles de conservar.

Tanto es así que en ocasiones los jardineros emplean máquinas desbrozadoras de gran tamaño para cortar el césped de los pequeños jardines y acaban destrozando alguna de la plantas ornamentales, como de nuevo sucedió ayer.

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