Hay clientes, faltan camareros y dinero

La hostelería se felicita por el buen verano pero se queja por la escasa mano de obra

El comedor del restaurante grovense A Solaina.

El comedor del restaurante grovense A Solaina. / M. Méndez

Manuel Méndez

Manuel Méndez

“Hay mucha gente en el paro, pero parece que nadie quiere trabajar”. De este modo responden diferentes empresarios del sector turístico arousano cuando se les pregunta por la evolución del verano y del puente festivo que se vive estos días con motivo de la festividad de Santiago Apóstol.

“No nos podemos quejar de la afluencia que estamos teniendo ni de las previsiones para el mes que viene, ya que estamos recibiendo a una gran cantidad de visitantes y hay una buena cifra de reservas; aunque también es cierto que se aprecia un menor consumo, ya que la crisis y la subida de precios se está haciendo notar en el bolsillo de los turistas”, explica uno de los consultados.

El comedor de uno de los restaurantes más populares de O Grove, en plena actividad.   | //  M. MÉNDEZ

Pasajeros en el catamarán "Gran Cormorán Jet", hace apenas una semana. / M. Méndez

“Aunque tengamos la misma cantidad de clientes, el gasto que realizan es menor, ya que en vez de pedir tres platos, ahora se conforman con dos; y hay gente que si antes salía a comer o cenar fuera cuatro o cinco días a las semana, ahora solo lo hace en un par de ocasiones”, apostilla.

Contratación de personal

“Pero no es el único contratiempo, ya que también nos estamos encontrando con problemas en el momento de la elaboración de nuestras plantillas de personal, ya que parece que nadie quiere ser camarero”, apostilla otro de los hosteleros.

En este gremio indican que “ya no es cuestión de pagar más o menos, y tampoco se trata de horarios más o menos flexibles; lo que sucede es que no hay gente que quiera estar detrás de la barra, sirviendo mesas o haciendo las camas”.

No quieren el trabajo

Quienes así opinan esgrimen que “con las ayudas sociales que reciben muchos, los hay que prefieren estar sin trabajar en sus casas, y cuando desde la oficina de empleo los mandan a nuestros negocios vienen solo para decirnos que no les interesa la oferta y pidiéndonos que les firmemos el papel diciendo que han estado aquí para que no les quiten el subsidio”.

E inciden en que “esto no pasa solo con la hostelería, sino también en otros muchos sectores; por eso no hay albañiles, carpinteros o barrenderos; ya que la gente solo quiere cargos en los que no hacer esfuerzos o no mancharse las manos pelando patatas o fregando los baños”.

Pasajeros a bordo del “Gran Cormorán Jet”, hace unos días.   | //  M.M.

Una cata servida por alumnos de hostelería en A Lanzada. / Manuel Méndez

Los empresarios arousanos también aluden a los ciudadanos extranjeros que recalan en la comarca para decir que “cuando vienen tienen que esperar unos años hasta lograr el permiso de residencia y demás papeles, y mientras no los tienen todos en regla no los dejan trabajar, a pesar de que muchos de ellos estarían dispuestos a hacerlo y nos ayudarían a suplir esa carencia que sufrimos”.

Profesionales

Lo que quieren decir los hosteleros es que “no resulta nada sencillo encontrar personal, y mucho más difícil es dar con camareros o cocineros profesionales”, lo cual explica y justifica la conveniencia y necesidad de acciones formativas como las que se llevan a cabo con los talleres de hostelería del Concello de O Grove y la Mancomunidade do Salnés.

A pesar de todo, “estamos disfrutando de un buen verano, aunque quizás con menos gente y menos inversión que el de 2022”, sentencian en el sector hostelero.

O Grove

En este sentido, puede decirse que una de las localidades en las que mejor están las cosas es O Grove, donde se nota el enorme tirón turístico que ejerce gracias a su afamada gastronomía.

El restaurante A Solaina, en O Grove.

El restaurante A Solaina, en O Grove. / M. Méndez

Conocida por su buena cocina, de ahí que ejerza como “comedor de Galicia” también en verano, y no solo durante la Festa do Marisco que se celebra cada primera quincena de octubre, esta villa no deja de recibir visitantes que acuden expresamente a ella para saborear su cocina.

“Estamos trabajando fuerte, como todos los veranos, aunque quizás sea cierto que hay clientes que realizan un gasto inferior al que estaba siendo habitual”, esgrime el propietario de uno de los restaurantes más laureados del municipio meco.

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La isla de Sálvora vuelve a estar más cerca que nunca del continente, pues son varias las navieras que operan en el puerto de O Corgo (O Grove) y, como cada verano, organizan viajes periódicos a ese archipiélago que preside la boca de entrada a la ría de Arousa.

Entre las firmas armadoras está Cruceros del Ulla, de la familia Naveiro, una de las empresas que ostentan el liderazgo del sector de los barcos de pasaje a nivel nacional.

En este caso su vinculación con Sálvora resulta especialmente estrecha, ya que organiza expediciones a la misma tanto desde O Grove como desde el puerto de Ribeira, en la comarca vecina de Barbanza (Arousa Norte).

Con catamaranes como el “Fly Delfín” y el “Gran Cormorán Jet”, entre otras embarcaciones, esta empresa se ha convertido en una de las grandes promotoras del citado territorio insular, haciendo que los turistas puedan visitarlo tanto de día –para conocer su enigmática aldea– como al atardecer, para asistir a sesiones “starlight”.

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