PSICOLOGÍA

Chuparse el dedo en niños, ¿puede tener causas médicas? ¿Y consecuencias?

La psicóloga Eugenia Vallenilla nos explica por qué los niños se chupan el dedo y qué consecuencias puede tener en su desarrollo.

Chuparse el dedo ¿puede tener causas médicas? ¿Y consecuencias?

PI Studio

El hábito de chuparse el dedo es común en muchos niños y motivo de consulta muy frecuente con el pediatra.

Como explica a Faro de Vigo Eugenia Vallenilla, psicóloga en el Instituto Psicológico Cláritas, este acto comienza generalmente en la primera infancia. 

El reflejo de succión se encuentra en los recién nacidos y se produce cuando la boca del bebé entra en contacto con un pezón, un biberón o un dedo. El bebé instintivamente comienza a succionar para alimentarse. 

Succionar es un reflejo clave para la supervivencia

Los bebés pueden comenzar a chuparse el dedo en el vientre materno, ya que el reflejo de succión es uno de los primeros reflejos que se desarrollan en el feto.

“Este reflejo es importante para la supervivencia del recién nacido, ya que permite que el bebé se alimente adecuadamente.

También es un reflejo importante para el desarrollo oral del bebé, ya que ayuda a fortalecer los músculos de la lengua y la boca y les permite desarrollar la coordinación necesaria para mamar y tragar de manera efectiva”, señala. 

Sin embargo, la mayoría de los bebés no comienzan a chuparse el dedo de manera regular hasta las primeras semanas o meses de vida.

Es común en los bebés y niños pequeños, hasta tres o cuatro años, y se considera una forma natural de tranquilizarse y regularse a esta edad.

Alrededor del 75% de los bebés y niños chupan el dedo en algún momento de su infancia.

  • “Los recién nacidos se chupan el dedo debido a un reflejo primario básico y se convierte en un hábito porque pasa a ser un mecanismo de autorregulación emocional mediante el cual el niño consigue calmarse”.

Chuparse el dedo en niños, ¿esconde un problema psicológico?

Es la pregunta del millón. La especialista subraya que en algunos casos, el hábito de chuparse el dedo en niños puede estar relacionado con problemas psicológicos o emocionales. Por ejemplo, algunos niños pueden chuparse el dedo como una “forma de manejar la ansiedad, el miedo, el estrés o el aburrimiento”. 

Si este hábito persiste más allá de los 5 años, puede ser una señal de que el niño tiene algún problema emocional o psicológico subyacente.

¿Cuándo es preocupante?

Generalmente no es motivo de preocupación hasta que el niño tiene alrededor de los 4 o 5 años. A esta edad, la mayoría de los niños han superado el hábito de chuparse el dedo y han aprendido otras formas de calmarse y regularse.

La especialista subraya que en algunos casos, el hábito de chuparse el dedo en niños puede estar relacionado con problemas psicológicos o emocionales

La especialista subraya que en algunos casos, el hábito de chuparse el dedo en niños puede estar relacionado con problemas psicológicos o emocionales / Freepik

Sin embargo, si un niño sigue chupándose el dedo después de los 5 años de edad, puede ser motivo de preocupación

A partir de esta edad, el hábito puede interferir con el desarrollo normal de los dientes y la boca, lo que puede requerir tratamiento dental.

También puede ser un signo de problemas emocionales o psicológicos que deben ser abordados.

  • “En general, si está preocupado por el hábito de chuparse el dedo de su hijo, es una buena idea hablar con un profesional de la salud, como un psicólogo infanto-juvenil. Estos profesionales pueden ayudar a determinar si hay algún problema en el desarrollo emocional del niño y proporcionar ayuda a los padres que deseen eliminar esta conducta”.

¿Afecta al desarrollo emocional y/o relacional?

El hábito de chuparse el dedo en sí mismo no necesariamente afecta el desarrollo emocional o relacional de un niño.

Sin embargo, si el hábito persiste más allá de la primera infancia, “puede ser una señal de que el niño está presentando dificultades emocionales que pueden afectar su posterior desarrollo”.

  • “Por ejemplo, si un niño está chupándose el dedo para lidiar con la ansiedad o el estrés, puede tener dificultades para desarrollar habilidades de afrontamiento más adaptativas y relacionarse con los demás de manera saludable. Si el hábito de chuparse el dedo interfiere con la capacidad de un niño para hablar o interactuar socialmente, también puede tener un impacto en su desarrollo relacional”.
El hábito de chuparse el dedo en sí mismo no necesariamente afecta el desarrollo emocional o relacional de un niño

El hábito de chuparse el dedo en sí mismo no necesariamente afecta el desarrollo emocional o relacional de un niño / Freepik

Claves para que el niño deje de chuparse el dedo

La psicóloga infantil Eugenia Vallenilla nos ofrece algunas claves que pueden ayudar a los padres a ayudar a sus hijos a dejar de chuparse el dedo:

  • Ofrecer alternativas. Un chupete o un peluche que pueda abrazar para calmarse en vez de chuparse el dedo.

Puede ser un peluche elegido por el propio niño para este fin.

Es importante que el niño sienta que su estado emocional es reconocido por sus figuras de apego. Por ejemplo: “Veo que estás muy nervioso, a lo mejor puedes abrazar a tu peluche muy fuerte”

  • Reforzamiento positivo. Elogios y recompensas cuando su hijo deje de chuparse el dedo, como una estrella en un calendario o un pequeño regalo.

Este tipo de intervenciones suelen estar pautadas y dirigidas por profesionales en la modificación de conducta. Es importante que estas recompensas vayan acompañadas de reforzamientos verbales como: “lo estás haciendo muy bien, ya verás que lo consigues”.

  • Identificar las situaciones desencadenantes. Cuándo y por qué su hijo se chupa el dedo.

Si puede identificar situaciones desencadenantes, como el miedo o la ansiedad, puede ayudar a su hijo a desarrollar habilidades de afrontamiento más adaptativas que le permitan un correcto desarrollo social y emocional.

  • Comunicación con sus hijos. Explicar el por qué chuparse el dedo no es una buena estrategia y las posibles consecuencias, como problemas dentales, y ofrecerles explicaciones a sus estados emocionales (normalizándolos y ofreciéndole otras maneras de enfrentarse a esa situación).

¿Cuáles son las consecuencias y cuándo buscar ayuda profesional?

Cuando el hábito de chuparse el dedo perdura más allá de los 5 años los padres podrían plantearse buscar ayuda de un profesional.  

Este hábito puede interferir en el habla del niño (mala pronunciación o dificultad para emitir ciertos sonidos) y puede ser motivo para recibir tratamiento. 

Estas dificultades de habla podrían tener consecuencias en su integración y desarrollo con los demás niños. 

Otro motivo para buscar ayuda “es cuando chuparse el dedo se convierte en el principal mecanismo de regulación emocional del menor, puede ser que los padres necesiten ayuda de un profesional para saber cómo acompañar a su hijo en el desarrollo de otras estrategias de regulación emocional”.