Vuelve la preocupación vecinal en San Amaro por los repetidos golpes de coches a su cruceiro

El colectivo vecinal Moldes-Mourente denunció nuevos episodios de maltrato al patrimonio parroquial en los últimos meses

Coches aparcados junto al cruceiro

Coches aparcados junto al cruceiro / Gustavo Santos

A. Santos

El día a día de los vehículos que aparcan en las inmediaciones de la capilla de San Amaro, en Mourente, vuelve a generar quebraderos de cabeza en los residentes y colectivos vecinales de la zona, que han retomado sus quejas a las administraciones para proteger el cruceiro que se encuentra cerca de la iglesia, objeto durante mucho tiempo de golpes y toques por parte de los coches que suelen estacionar por allí.

Desde la asociación vecinal Moldes-Mourente denunciaron recientemente que un vehículo de gran carga, un todoterreno o una furgoneta, pudo haber impactado nuevamente contra la estructura, ya que, según los vecinos, el recubrimiento de cemento que el cruceiro tenía alrededor de su pedestal ya no está.

Este posible impacto llega, según los residentes, pocos meses después de que por el día de Difuntos el cruceiro volviese a sufrir daños, a raíz de la afluencia de vehículos de gente que quiso acercarse por el cementerio próximo. Ahí, los vecinos apuntan a que el conjunto patrimonial pudo ser desplazado en varias ocasiones, tras haber hallado un plástico procedente de la defensa de un coche cercano al pedestal.

Ante el temor de que más golpes puedan comprometer las diferentes piezas que conforman el cruceiro, el grupo vecinal pide que este vuelva a su lugar original, próximo al actual, y que se proteja de los coches y los aparcamientos invasivos con una cadena de seguridad para evitar golpes.

Ese perímetro, sostienen los residentes, podría evitar un mayor deterioro de un cruceiro cuyo origen se data en torno al siglo XVIII. Instalado ante la capilla de San Amaro, se levanta sobre una plataforma rectangular y tiene como detalle único su capitel, en el que luce un Cristo en las tallas del anverso, así como la Virgen de las Angustias en el reverso.

A finales de 2010, un golpe severo de un coche dañó gravemente la parte superior y su cruz, lo que llevó a las autoridades competentes a retirarlo de su emplazamiento original. Posteriormente, otro vehículo impactó nuevamente contra el cruceiro, dejando la estructura en lo que era su base.

Ambos impactos terminaron por colmar la paciencia de los vecinos, que decidieron movilizarse ante todos los estamentos –políticos y religiosos– para dar solución a un tema que sigue preocupando a la parroquia y sus residentes más de una década y media después.