El marisqueo se enfrenta al más difícil todavía: la escasez de cría de almeja en la ría y en los viveros

Tras una nueva jornada de limpieza, hoy comienzan los trabajos de rareo y siembra | “El mar duerme al aire libre y le afecta todo. No puedes ponerle un paraguas para abrigarlo”, advierten las mariscadoras

Dos mariscadoras vuelcan mejillón recogido en Lourizán en un contenedor.

Dos mariscadoras vuelcan mejillón recogido en Lourizán en un contenedor. / RAFA VAZQUEZ

Nueva jornada de limpieza ayer en el fondo de la ría de Pontevedra, una mañana en la que el sector marisquero aprovechó para retirar mejillón que entorpece el crecimiento de la almeja, así como para recolectar cría de esta última, aunque las perspectivas por su escasez son bastante malas, lo que no ha hecho más que empeorar el ánimo de las profesionales.

“Las cofradías de San Telmo y Lourizán fueron a quitar mejilla, mientras que la de Raxó se dedicó a la cría de almeja. Contábamos que hubiera más de la que había”, reconoce Elena Padín Gómez, patrona de la agrupación de mariscadoras y vicepatrona de la cofradía de Raxó, en Poio.

Y es que mucha de la cría de almeja que retiraron estaba muerta, lo que reduce la cantidad que tienen previsto “sembrar” hoy y mañana, cuando iniciarán las labores de rareo. Hay que recordar que el rareo consiste, precisamente, en coger la siembra y echarla en diferentes zonas, para que la almeja se dé en todo el banco marisquero.

“No tenemos mucha cría para sembrar, por lo que los ánimos bajan más”, confiesa la mariscadora.

Tras recibir en su momento el permiso del Gobierno central para poder realizar los trabajos de rareo y siembra pese a encontrarse en plena paralización de actividad, las mariscadoras han fijado los días de hoy y mañana para ello. Cada una de las cofradías lo hará en su zona: Lourizán, Pontevedra y Raxó. “Aunque el jueves Raxó va a la de Pontevedra”, matiza Padín.

Trabajarán en las playas de Raxó, O Ameixal y en la zona superior de Lourizán, “para traerla para abajo”.

En vista de la poca cría que detectaron ayer, se han preocupado, ya que si bien hay zonas de cría específicas que la venden, “el problema es que somos todas las cofradías de Galicia y no va a haber bastante cantidad para abastecer”, indica la patrona de la agrupación de mariscadoras de Raxó.

En este tipo de instalaciones, hay unos tanques en los que se cría la almeja y desova. “Ya compramos en varias ocasiones, incluso la babosa para marisqueo de a flote, pero el problema es que ahora todas las cofradías vamos a estar en la misma situación y no va a haber para todas”, informa.

Dos mariscadoras vacían un capacho con mejillón en un contenedor.  | // RAFA VÁZQUEZ

Labores de limpieza de mejillón, ayer en Lourizán. / RAFA VÁZQUEZ

En la jornada de ayer la mayoría de la almeja que encontraron era de almeja fina, en la zona de Raxó, “japónica muy poca”.

Elena Padín cree que la cosa se va a complicar con la fina, “porque en estas empresas la que crían es normalmente japónica, no fina; en caso de que la críen es muy cara y las cofradías no están ahora para tantos gastos”.

Meses de paro

Hay que recordar que las cofradías del fondo de la ría de Pontevedra decidieron por unanimidad en enero paralizar a medio plazo el plan de explotación marisquera, tanto a pie como a flote, por las graves consecuencias que el exceso de agua dulce provocó durante meses sobre los bivalvos.

La primera de las jornadas de limpieza de mejillón, una actividad para la que el sector cuenta con la autorización del Instituto Social de la Marina (ISM), se realizó a mediados del mes de marzo. Ya entonces se retiraron miles de kilos de mejillón, especie oportunista que aprovecha el paro en la extracción por parte del sector para ocupar las zonas propias de la cría de almeja, de las que ya se apropia.

La situación económica de muchas trabajadoras se complica. “¿La gente quiere ir a trabajar, pero a qué vamos a ir si no hay mercancía? Las cofradías no tienen culpa de esto. Los que somos muy veteranos ya hemos pasado por esto más veces, como cuando los incendios, que llegó a los bancos todos los restos de los montes con las riadas”, recuerda Elena Padín, que aún así reconoce que el de ahora será uno de los períodos con paro más largo.

“El mar duerme al aire libre y le afecta todo: la lluvia, el viento, el mal tiempo... No puedes ponerle un paraguas para abrigarlo. Igual que ha habido momentos muy buenos, también los hay malos”, resume.

En principio el rareo se hará hoy miércoles y mañana jueves. El viernes no porque el biólogo no se lo ha aconsejado por las condiciones meteorológicas.

“Y afortunadamente ahora podemos hacer estas labores, gracias a la lucha de las cofradías y las federaciones, que antes no nos dejaban durante el cese de actividad”, concluye.

Es buen momento para ello, ya que el desove de la almeja se produce entre abril y mayo, por lo que hay que mover la cría de un lado a otro para intentar salvar al menos la campaña de verano.

Más de un millón y medio de euros perdidos desde enero

Si se toman como referencias las cifras del marisqueo en el fondo de la ría del año pasado entre el 1 de enero y el 9 de abril, se puede hacer un cálculo de las pérdidas en el sector tanto a nivel económico como de kilos.

Según los datos de Pesca de Galicia, la plataforma tecnológica da pesca de la Consellería do Mar, a estas alturas del año pasado, se habían vendido en la lonja de Campelo 126.747,15 kilos de almejas en sus diferentes tipos, lo que supuso un montante total de más de un 1,6 millones de euros.

El 70% de los ingresos correspondieron a la almeja japónica, con 1,17 millones de euros y de la que se extrajeron 109.200 kilos, siendo la especie más abundante con diferencia. El segundo puesto fue para la fina, con más de 240.000 euros y 5.094 kilos en total. El resto se repartió entre la almeja babosa, con 221.807 euros y 10.906 kilos; la rubia con 24.630 euros y 1.541 kilos, y, por último, la bicuda, don menos de cinco kilos y poco más de 11 euros de venta en la lonja de Campelo.

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