La Semana de Filosofía dice adiós con una invitación a hablar de paz y marcos éticos

Arturo Leyte pronunció la lección de clausura de esta 40 edición del congreso | En las conclusiones también alerta de una nueva generación precaria y con fragilidad afectiva

Asistentes, ayer, a la sesión de clausura de la 40 edición de la Semana Galega de Filosofía.

Asistentes, ayer, a la sesión de clausura de la 40 edición de la Semana Galega de Filosofía. / Gustavo Santos

S. R.

Tras cinco días de conferencias y debates alrededor del tiempo que tuvieron como protagonistas a 15 filósofos, profesores, científicos o escritores, la Semana Galega de Filosofía despidió anoche su 40 edición, dedicada a reflexionar sobre el tiempo. En la lectura de conclusiones Ana Area, integrante del Aula Castelao, invitó a los amantes del pensamiento a hablar de paz. “Es tiempo de buscar nuevos marcos éticos”, señaló, “de promover la empatía, la solidaridad, la comprensión y la coherencia”.

Tras repasar las distintas visiones del tiempo desde Aristóteles a la física cuántica, incidió en que “el tiempo presente es el lugar donde la acción política tiene lugar, donde nos reunimos para participar en el asunto público ejerciendo nuestra libertad política para dar forma a la historia”. Por eso, añadió, Fina Birulés, una de las ponentes de esta edición, dice que “no hay manual de instrucciones para vivir. El tiempo adquiere significado a través de la acción humana en el mundo compartido, y la crisis nos obliga a afrontar el problema, la responsabilidad es nuestra. Somos lo que somos capaces de hacer con nuestro pasado”.

También se refirió a intervención de Franco Bifo Berardi. Recordó que él dice que el cerebro está en peligro “pues las nuevas generaciones aprenden más que a través de la madre a través de la máquina, asumiendo así todas las patologías de nuestro tiempo”. Estamos, señaló Ana Area, ante una generación precaria con, además, fragilidad afectiva.

Berardi, señaló, “dice que la sociedad actual es de los viejos (que son muchos y están agotados) y los jóvenes son menos y están deprimidos, por lo que cuando las energías se agotan, la agresividad surge, la violencia es una terapia para la depresión, y en situación de agotamiento la violencia es lo que surge, como el fascismo (violencia) es una cura para la depresión, el agotamiento de la población occidental es la razón que explica que vuelva a haber guerra”.

Ana Area reconoció su “patológico optimismo” antes de señalar que “es tiempo de pensar, urge pensar! Es tiempo de actuar, urge actuar!”.

La lectura de éstas y otras conclusiones se acompañó en la jornada final de las intervenciones del profesor de Filosofía y psicólogo Francisco Conde Soto, el profesor y ex presidente de la Mesa Pola Normalización Lingüística, Carlos Callón, y el catedrático emérito de Filosofía Arturo Leyte, que pronunció la lección de clausura, dedicada a “O espirito e o tempo”.

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