Por nuestros antepasados

Manuel Calviño Crispín

Conocer nuestras raíces no solo enriquece nuestro propio pasado familiar, sino que también nos ayuda a comprender la vida de nuestros antepasados y el contexto histórico en el que vivieron. Por ello, ¿sabes fehacientemente cómo se llamaban tus 8 bisabuelos? Si es así, además de conocer a tus 8 bisabuelos, tendrías 16 triabuelos, 32 tetrabuelos, 64 pentabuelos… ¿serías capaz de nombrarlos? Gracias a la genealogía, podrás construir un árbol que ilustre la conexión entre todas tus generaciones pasadas. Podrás dar nombre y apellidos a todos ellos, gracias a dos fuentes valiosas de información: las actas de los Registros Civiles y los Archivos Históricos Diocesanos.

Reconstruyendo mi pasado personal a través de la genealogía y gracias al Archivo Histórico Diocesano de Ourense, he podido descubrir que el 19 de febrero de 1809, hace exactamente 215 años, tenía familiares en la parroquia de San Pedro de Sanín (Ribadavia). En aquellos tiempos, se vivía la Guerra de Independencia española, momento en que las tropas francesas invadieron Galicia y entraron en Ribadavia en su expedición camino a Tui.

Don B. Peña, abad de la freguesía en aquella época, relata: “José Collarte, esposo de Luisa Rasela, Gregorio Seoane, Ramón Álvarez y su esposa Theresa Fernández, Rosendo Pérez y Félix Muradas, todos vecinos de Sta. María da Grova, murieron en defensa de nuestra patria durante el ataque del ejército francés en la Casa Rectoral, parroquia e inmediaciones. Saquearon todo y robaron las iglesias, siendo enterrados en el monte de San Ciprián y viñedos. Después de quince días, cuando los franceses se marcharon, fueron desenterrados y sepultados en sus respectivas tumbas”.

Por supuesto, no conocería esta historia familiar si no fuera por la genealogía. En honor a todos ellos, especialmente a José Collarte y Luisa Rasela, mis familiares, rendimos el reconocimiento y la memoria que merecen.