Las disfrutonas deberían tener un bonus

Patricia Martínez Gómez

Nadie debería morir el día de su cumpleaños pero aquí estamos despidiendo a Rita en lugar de tomándonos unos gin tonics de media tarde para celebrar los 51.

De la primera mitad de su vida tengo muchos más recuerdos que de la segunda. Porque compartimos muchas primeras veces, algunos desengaños y suficientes capítulos de “Sensación de vivir” en una tele diminuta que se llevó de Vigo a la residencia donde vivíamos en Santiago. Infinitos recuerdos de los años 90 compostelanos y nunca demasiadas canciones de Los Ronaldos, de Hombres G o de Queen.

Nadie debería morirse amando tanto la vida. Las disfrutonas deberían tener un bonus. Porque se lo han ganado.

Y ahora deben estar sonando Los Ronaldos en algún sitio por ahí arriba.

Y aquí nos tomaremos ese gin tonic flojito de media tarde, que es la mejor hora, lo sabemos, para brindar por la vida y por ella.