Galicia, reflexión sobre una debacle con responsables

Francisco Hernández Vallejo

Con algo más de holgura, pero se cumplieron los pronósticos. El PP mantiene su mayoría e incrementa sus votos; el BNG ecoge el naufragio del PSOE, de Podemos y de Sumar y refuerza su alternativa en la oposición; y, como nota exótica, pero que merece reflexión, Democracia Ourensana alcanza un escaño en Ourense.

Antes de entrar en harina, gloria y admiración al CIS de Tezanos: falla, a sabiendas de que va a fallar, porque en el arte de manipular sondeos es un verdadero artista.

El PSOE se ha desmoronado en Galicia, como antes lo hizo en Valencia, Baleares, Andalucía, Murcia, Aragón, Madrid, Castilla y León, La Rioja, Cantabria... Y mantiene su mayoría en Castilla-La Mancha con García-Page y una minoría en Extremadura, que no le da para gobernar a Fernández Vara.

Se puede observar que donde gobierna y saca más votos es en comunidades cuyos líderes, o barones, no comulgan con las ideas de Pedro Sánchez .

La responsabilidad máxima del entierro del PSOE gallego tiene, a mi juicio, dos cabezas visibles en España y otra fugada en el extranjero: Sánchez, Zapatero y Puigdemont han llevado a Besteiro, que es un buen candidato, de cuya honorabilidad repuesta por la justicia no caben dudas, a una noche amarga. Eso, con ser una debacle, no es lo peor, para un partido esencial en España para la llegada de la democracia y el pacto constitucional. Lo peor es una deriva a caballo de las ambiciones de uno de sus líderes (hoy presidente del Gobierno de España), de un partido, que poco a poco se está convirtiendo a nivel nacional en irrelevante y que puede llegar a sufrir un descalabro, si el empeño de tragar todo lo tragable por su presidente le convierte en rehén de quien le aporte votos para su investidura.

El PSOE gallego no se ha estrellado por su candidato. Su debacle debe entenderse desde una perspectiva nacional. Es posible que, a pesar de todos los reveses autonómicos sufridos por Sánchez y el no haber ganado las elecciones a nivel del Estado, le pueda permitir gobernar España. ‘Item mas’, el presidente tiene tal capacidad de desdecirse, de cambiar discurso y principios, como de engatusar al mismo diablo, que podría incluso seguir gobernando bajo el paraguas del pacto y cesión permanente. Podría, sí, pero el PSOE, si no ataja esa forma de gobernar, se puede encontrar con el mismo escenario de la extinta UCD o de los actuales Podemos y Sumar. La ley de amnistía ha sido una losa en las espaldas de Besteiro.

La realidad pone al PP en el camino de una nueva legislatura. Me gustó la intervención de Rueda y nada la de Cuca Gamarra. Galicia, en efecto, es España y no es independentista como hemos mantenido reiteradamente; pero Galicia debe ser gobernada sin tutelas y de cara a Galicia. No podemos perder de vista todo aquello que el Estado nos debe y, nunca más, estar subordinados a intereses que no sean gallegos.

Felicitar también a Ana Pontón. Ha mejorado mucho, pero a expensas del PSOE. Otra lectura, estaría equivocada. Tiene ante sí no solo el reto de ser oposición y liderarla; debe salirse de una vez del coqueteo con la autodeterminación y entender que Galicia se siente española. Galicia puede cambiar si el BNG hace algunas renuncias. Autogobierno, galleguismo con fuerte carga social, sentidiño con todas las lenguas sin excepción, refuerzo del gallego, por supuesto, ymensaje integrador. Ese, es el camino para ofrecer a los gallegos: una futura representación en el Parlamento español que convierta a Galicia en decisiva.