Opinión | Mirador de Lobeira

¿Un párking libre a partir del lunes?

El Ayuntamiento de Vilagarcía asume a partir de mañana la gestión directa del céntrico párking subterráneo Xoán XXIII con 242 plazas de estacionamiento en tres plantas soterradas, la más profunda en un estado calamitoso de conservación, sobre todo por las filtraciones y humedades que soporta.

La decisión se comprende como servicio público y sobre todo desde el aspecto social pues el propio alcalde Alberto Varela se compromete a preservar los puestos de trabajo de los vigilantes que hasta ahora atendían este negocio que la empresa Proínsa dejó ir a la quiebra, causando una deuda de casi tres millones de euros.

Efectivamente, el abandono del subterráneo precisa de una solución acorde, pero que sea el Ayuntamiento el que pande con el problema puede ser precipitado, en tanto que ni siquiera se llegó a explicar cómo va a repercutir en los ciudadanos o si se va a convertir en una competencia directa sobre otros estacionamientos que tienen que pagar altos cánones.

Por eso, casi sería mejor repensar la propuesta de asumir la gestión pública directa e incluso plantear que el día de mañana también obtenga el negocio de la plaza de España, incautado en su día al narcotraficante Marcial Dorado y que el Plan Nacional de Drogas ha sacado a subasta.

Quiere ello decir que más pronto que tarde, el Ayuntamiento de Vilagarcía se convertirá en uno de los principales empresarios de aparcamientos de la ciudad, en un duopolio en el que tiene una clara ventaja competitiva pues le faculta a poner casi los precios que le dé la gana.

Una gestión pública que sin duda puede resultar beneficiosa para algunos usuarios, pero que va a requerir una atención especializada, sin descartar la creación de alguna concejalía o servicio específico, lo que se suelen llamar chiringuitos en la jerga política.

Sobre la mesa basta con hacer mención a numerosos fiascos con los aparcamientos municipales en muchas localidades de España, pues todos recordarán los fracasos de los sistemas de la ORA en muchas ciudades y que finalmente tuvieron que ser sacados a concesión privada, aunque solo sea para no incrementar la plantilla de supervisores con categoría de funcionarios.

La asunción de los dos aparcamientos subterrános, por tanto, solo puede tener una finalidad social, que requerirá de una ordenanza en la que se especifique exactamente quienes tendrán derecho a la utilización de esas plazas de aparcamiento al lado justo de la plaza de Ravella y el Consistorio de Vilagarcía.

Y es que cabe recordar que existen situaciones jurídicas diferentes que es necesario ajustar antes de poner en funcionamiento el nuevo modelo de gestión pública por el que apostó el Gobierno de Alberto Varela.

Los vecinos tienen que saber si todos tendrán el mismo derecho a ocupar esas plazas, cuáles serán los criterios para que unos puedan estacionar y otros no, cuántas se reservarán para los funcionarios municipales, en qué situación quedan aquellos propietarios que en su día han adquirido un espacio en esta instalación, si los comerciantes podrán disponer de huecos para los clientes o simplemente si se podrá acceder con absoluta libertad como ocurre en la calle.

Todo esto exige una explicación inmediata para que todos los ciudadanos sepan a qué atenerse cuando llegan a Vilagarcía y empiezan a dar vueltas y vueltas para encontrar un hueco donde dejar el coche.

Saber que desde mañana hay 240 plazas más libres es el sueño de todos, pues sepan que está a un paso del centro peatonal.